Serbia, la gran desconocida
Los intelectuales de Belgrado, entre el peso de Milosevic y el miedo a la violencia
Belgrado no es la Serbia profunda, la de las bandas salvajes de guerrilleros cetniks similares a las de ustachas croatas. Pero Belgrado no es tampoco la ciudad uniformada ideol¨®gicamente por el bolchevismo-nacionalismo. Los tanques en la calle y su enfrentamiento con los manifestantes en marzo marcaron la ruptura entre amplios sectores de la intelligentsia y el l¨ªder serbio, Slobodan Milosevic. Ese divorcio, y la innata sensaci¨®n experimentada por los le¨ªdos de que hay un abismo insalvable entre ellos y la violencia casi gen¨¦tica del pueblo serbio m¨¢s m¨ªsero y aislado, caracteriza la vida de quienes en Belgrado tratan de seguir pensando y hablando por su cuenta.
Ferocidad
"La gente que est¨¢ combatiendo por ejemplo en Knin, en la Krajna", dice Zoran (no quiere dar su nombre completo), "sean serbios o croatas, no cree en nadie. Nunca han tenido ni siquiera la idea de que puede existir algo remotamente parecido a la prosperidad: con comer un mendrugo y luchar contra el vecino, ya est¨¢n haciendo lo que desde tiempos intemporales han hecho".Jovan Cirilov, director del Festival Internacional de Teatro de Belgrado, dice estar muy sorprendido de s¨ª mismo, "porque siempre hubo en mi vida otras cosas que la pol¨ªtica" y ahora no puede evitar que la pol¨ªtica le entre en casa. "Si tengo que meditar sobre lo que me inspiran esos feroces serbios de zonas fronterizas, dir¨¦ que me dan miedo", confiesa, "pero soy solidario con sus tribulaciones. No puedo entenderlos, pero siento simpat¨ªa y piedad por las v¨ªctimas". Cirilov mantiene para septiembre la convocatoria de la 25 edici¨®n del Festival: "Vendr¨¢n grupos como la Taganka de Mosc¨², el Station House Opera de Londres o el Cosmos Kolej-TNP de Lyon. Pero lo importante es que me ha confirmado su participaci¨®n el Teatro Dram¨¢tico Nacional Esloveno de Maribor".
El cineasta Aleksandar Petrovic, autor de Encontr¨¦ gitanos felices, ha visto c¨®mo su pel¨ªcula Migraciones, sobre la gigantesca novela de Milos Cernianski -fallecido en 1977-, no pod¨ªa inaugurar el festival de Pula, en Croacia, el m¨¢s importante de Yugoslavia. El responsable de la muestra, viceministro croata de Cultura, la suspendi¨® el d¨ªa mismo de la apertura, aduciendo la "violencia general". Este a?o Yugoslavia s¨®lo ha producido seis filmes, cuando la media de los ¨²ltimos a?os era de 30.
El vendaval nacionalista desencadenado por el l¨ªder serbio, Milosevic, no deja indiferente a ning¨²n intelectual. El cineasta Dusan Makavejev opta por sugerir en las p¨¢ginas de Vreme -el semanario m¨¢s cr¨ªtico de Yugoslavia, que a¨²n no ha tenido los problemas de presi¨®n del poder que ha sufrido el croata Danas- todo un bromista sistema de desplazamientos de poblaci¨®n y de creaci¨®n de "peque?os estados, con peque?as banderas y con todo peque?o" e incluso la obligatoriedad de que el metro no mida 100 cent¨ªmetros, sino 49, para que haya m¨¢s territorio y m¨¢s soberan¨ªa. "Deliro", concluye Makavejev, "pero de miedo".
En Belgrado hay hambre de peri¨®dico, y la oposici¨®n ideol¨®gica a Milosevic es notable. Petrovic escribe contra ¨¦l en Borba. "Ahora hay m¨¢s democracia en Belgrado que en Zagreb", dice. El periodista Stojan Cerovic, sobrino del disidente del tito¨ªsmo Milovan Djilas, es dirigente en Belgrado del peque?o y denodado Centro de Acciones Antiguerra, que funciona sobre todo en Sarajevo: "Milosevic depende mucho de esta guerra". El Centro convoc¨® la semana pasada una manifestaci¨®n en Belgrado, pero no hubo mucha gente, aunque s¨ª periodistas. "En Sarajevo hace semanas salieron 100.000 personas", se?ala una manifestante, Gordana, "pero si esta situaci¨®n sigue la etapa final podr¨ªa ser la guerra civil en Serbia".
El novelista Slobodan Selenic, autor de Padres y patrones, sobre el fracaso de la incipiente burgues¨ªa serbia de entreguerras, cree que hay que derrotar a Milosevic y a Tudjman. "S¨®lo quieren la guerra", explica, "y no saben negociar. Los intelectuales que apoyan a Milosevic lo hacen porque les paga y pueden figurar: pero la mayor¨ªa de la intelligentsia en contra. Como serbio, me siento frustrado porque este gobierno autista ha provocado una fatal imagen exterior de Serbia. Por ah¨ª piensan que estamos cerca de Rusia, pero Milosevic no construy¨® nunca el comunismo. Aqu¨ª hay m¨¢s libertad de prensa que en Croacia. Pero no habr¨¢ democracia sin paz".
VIadimir Bogdanov, de Vreme, opta por el humor apocal¨ªptico: "No hay mejor sitio para diagnosticar las paranolas que la supuesta cultura. Los libreros han llegado a ser ¨¦tnicamente puros. En Zagreb no hay libros en cir¨ªlico, y en Belgrado no hay oportunidad para los escritores croatas. Lo peor est¨¢ por llegar. Otra vez los peque?os estados, las regiones militares. Otra vez exportaremos cerdos a Austria".
El cordero y 'Slobo'
Dobrica Cosic es hoy considerado como el mentor intelectual del l¨ªder serbio, Slobodan Slobo Milosevic. Cosic es autor de una gran trilog¨ªa narrativa sobre la Serbia contempor¨¢nea, El tiempo de la muerte, y encabez¨® hace tres a?os un grupo de defensa de los derechos humanos. Pero una entrevista concedida a Pol¨ªtika -hoy el diario m¨¢s oficialista, pese a su pasado de rigor y credibilidad- el 26 de julio ha tenido un efecto multiplicador: muchos intelectuales serbios, indignados por la postura de apoyo a Milosevic evidenciada por Cosic, le devuelven desde entonces sus obras, que figuraban en todas las bibliotecas. El cineasta Makavejev, sin nombrarle, habla de un "escritor debajo del casco"."La neutralidad", declara Cosic, "hoy, con una guerra contra el pueblo serbio, representa una mentira y la cobard¨ªa moral. Si no hay un acuerdo entre los yugoslavos, el pueblo serbio tendr¨¢ que crear su propio espacio ¨¦tnico". Son palabras que recuerdan al libro program¨¢tico de Milosevic, Visiones del mundo. "La desintegraci¨®n del tito¨ªsmo, la llegada al poder de los reg¨ªmenes chovinistas y secesionistas de Eslovenia y Croacia, la agresi¨®n de los albaneses con tra los serbios en Kosovo, han generado la uni¨®n del pueblo serbio. El terror estatal y la aut¨¦ntica guerra contra el pueblo serbio en Croacia nos han llevado a la conciencia de la identidad nacional. Los enemigos de los serbios han hecho que los serbios se conviertan en serbios".
Lo que duele a los intelectuales opuestos a Milosevic son frases como ¨¦stas: "Hay un nacionalismo derrotista -sobre todo entre la intelligentsia- que esconde, bajo una apariencla de yugoslavidad, el liberalismo, el utopismo europe¨ªsta y otros postulados ideol¨®gicos similares".
"Europa cre¨® Yugoslavia", dice Cosic, "y la voluntad de Europa decidir¨¢ el futuro de Yugoslavia". Pero matiza, en velada advertencia a Alemania: "Los serbios tenemos motivos racionales para no integrarnos en el modelo democr¨¢tico basado en los principios de la CE. Porque no hay que hacerse ilusiones de que dentro de la CE no existan aspiraciones hegemonistas".
Cosic aboga por unificar todas las l¨ªneas pol¨ªticas en apoyo a la causa serbia: "Serbia merece no ser gobernada por un solo partido, y no merece la oposici¨®n de los politiqueros". Para ¨¦l, Milosevic encarnar¨ªa esa causa: "Es el pol¨ªtico serbio que se ha enfrentado a. condiciones m¨¢s adversas".
Babelia
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