Bush saca partido pol¨ªtico de la crisis
El mismo d¨ªa que estallaba la crisis en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, el senador Albert Gore, del Partido Dem¨®crata norteamericano, anunciaba en Washington su decisi¨®n de no presentarse a la campa?a electoral de 1992. La coincidencia tiene enorme significado: nadie quiere competir contra Bush si lo internacional domina el escenario pol¨ªtico.Los dem¨®cratas hab¨ªan concebido ilusiones de que la finalizaci¨®n de la guerra del Golfo devolver¨ªa al primer plano de atenci¨®n de la opini¨®n p¨²blica norteamericana los temas internos, en los que el presidente Bush, que hab¨ªa conquistado enorme popularidad como consecuencia del conflicto con Irak, parece m¨¢s vulnerable.
El curso pol¨ªtico en Washington se iniciaba estos d¨ªas desde esos presupuestos: los dem¨®cratas, tratando de convertir las elecciones en un refer¨¦ndum sobre la pol¨ªtica interna de Bush, y el presidente, con un calendario de viajes por EE UU para hacer frente a problemas nacionales, sobre los que m¨¢s de un 60% de los norteamericanos consideranque la Casa Blanca ha actuado con ineficacia y desinter¨¦s.
En las ¨²ltimas semanas, la prensa estadounidense hab¨ªa insistido en que Bush, el presidente m¨¢s viajero de cuantos han pasado por el Despacho Oval, dedicaba m¨¢s tiempo a los temas internacionales que a los asuntos internos y que el liderazgo demostrado en su conducci¨®n de las crisis externas no se correspond¨ªa con un manejo similar de los problemas dom¨¦sticos.
El valor de la experiencia
El estallido de la crisis en la URSS ha vuelto a demostrar a los norteamericanos que necesitan en la Casa Blanca a quien pueda defender con autoridad los intereses de la primera potencia del mundo. La imagen de serenidad y de prudencia que Bush ha transmitido estos d¨ªas est¨¢ muy lejos de la que es previsible en los candidatos dem¨®cratas, todos inexpertos.La crisis sovi¨¦tica ha servido, por tanto, para dejar claro que, en contra de lo que quisieran los dem¨®cratas, los temas internacionales van a ser fundamentales en la campa?a, y que en ese terreno Bush es, aparentemente, imbatible. "Probablemente no vamos a ganar las elecciones por la pol¨ªtica exterior, pero podemos perderlas por ella", dijo recientemente el congresista dem¨®crata Stephen Solarz.
Todos los comentaristas coinciden en que ninguno de los candidatos dem¨®cratas que han presentado oficialmente su candidatura tienen la experiencia y la talla para ofrecer a los norteamericanos seguridad en la pol¨ªtica exterior, como tampoco la tienen los dirigentes dem¨®cratas que todav¨ªa no han dicho la ¨²ltima palabra sobre su decisi¨®n.
Los ¨²nicos candidatos dem¨®cratas oficiales son Paul Tsongas, antiguo senador por Massachusetts, semidesconocido y carente de carisma; Tom Harkin, senador por Iowa y representante de la izquierda tradicional dem¨®crata, y los gobernadores de Arkansas, Bill Clinton, y de Virginia, Douglas Wilder. Ya est¨¢n fuera de la campa?a algunas de las principales figuras del partido -Albert Gore, Richard Gephart, John Rockefeller, Sam Nunn, George Mitchell, Lloyd Bentsen y Bill Bradley-, y otras -Jesse Jackson- podr¨ªan anunciar su. retirada en los pr¨®ximos d¨ªas si se confirma la tendencia hacia el predominio de los temas internacionales.
La campana dem¨®crata est¨¢ orientada a, obtener los votos de una debilitada clase media norteamericana que podr¨ªa confiar en que la actual oposici¨®n estar¨ªa en mejores condiciones para, avanzar con mayor rapidez en las reformas econ¨®micas. Pero ninguno de los nombres dem¨®cratas que aspiran a la presidencia parecen en condiciones de convencer al electorado de que podr¨ªan defender correctamente los intereses de EE UU en un mundo sometido a cambios dram¨¢ticos.
"Los sucesos en la URSS demuestran tina vez m¨¢s el abismo que separa a los potenciales candidatos dem¨®cratas del presidente Bush", opina Nell Newhouse, un encuestador del partido republicanco. "Los candidatos dem¨®cratas presentan ideas sobre la administraci¨®n econ¨®mica nacional frente a un presidente que no s¨®lo tiene un programa interno, sino tambi¨¦n un programa de relaciones exteriores".
Todo indica que los discretos resultados de Bush durante su primera. gesti¨®n est¨¢n compensados con las carencias dem¨®cratas en la pol¨ªtica exterior. Adem¨¢s, mientras Bush tiene ya un calendario orlentado a reducir su vulnerabilidad en el frente interno -fundamentalmente en lo relacionado) con la reforma de la educa,cion y con los costes de los servicios sanitarios-, los dem¨®cratas dificilmente pueden conseguir en unos meses la personalidad de talla internacional de la (lue hoy carecen.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.