Ej¨¦rcito Rojo, ?qu¨¦ hacer?
Las Fuerzas Armadas sovi¨¦ticas, entre la reforma y la incertidumbre
En las paredes de un viejo campamento militar, una destartalada se?al proclama una vieja m¨¢xima de los soldados sovi¨¦ticos: "En guerra dispara primero y da en el blanco". Durante 40 a?os, esta amenaza ha sido el centro de la pol¨ªtica de defensa de Estados Unidos, pero ahora ese poderoso enemigo -las Fuerzas Armadas de la Uni¨®n Sovi¨¦tica cuentan con cuatro millones de soldados, 7.000 aviones de combate, m¨¢s de 350 submarinos y unas 30.000 cabezas nucleares- est¨¢ luchando simplemente por permanecer unido.
En el cuartel general de este regimiento de paracaidistas de ¨¦lite situado en la ciudad de Tula, a unos 190 kil¨®metros de Mosc¨², donde Pedro el Grande fund¨® la primera f¨¢brica de armas del imperio Ruso hace casi tres siglos, los oficiales est¨¢n confundidos y desmoralizados por los cambios que est¨¢n sucediendo y por la incertidumbre sobre qui¨¦n les dar¨¢ las ¨®rdenes en el futuro."No estamos interesados en ser una superpotencia y no pensamos m¨¢s en ello-, dice el coronel Oleg Bastanov, sentado en una mohosa habitaci¨®n del cuartel general; "s¨®lo queremos normalidad y que nuestro pueblo disfrute de una vida mejor".
Cuando una rep¨²blica tras otra se declara independiente y los habitantes de la que ya empieza a ser llamada "antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica- se dividen entre los que desean que la m¨¢quina militar siga los pasos del PCUS y los que esperan que se mantenga alguna forma de uni¨®n con una Fuerza militar para defenderla, la nueva direcci¨®n del Ej¨¦rcito sovi¨¦tico ha lanzado una campa?a de propaganda en dos direcciones, con objeto de conservar las fuerzas intactas. Por un lado, prometiendo reformar las leyes de reclutamiento obligatorio, la dr¨¢stica reduci¨®n del tama?o del Ej¨¦rcito y la posibilidad de que cada rep¨²blica establezca su propia guardia nacional. Por otro, advirtiendo a los pa¨ªses vecinos sobre las con secuencias que podr¨ªa tener una desintegraci¨®n r¨¢pida del poder militar sovi¨¦tico y del riesgo de holocausto nuclear si el control central no se mantiene.
"Ninguna rep¨²blica es suficientemente fuerte para mantener el escudo nuclear", ha advertido el general Yuri Maximov, comandante en jefe de las fuerzas estrat¨¦gicas, en declaraciones al peri¨®dico Izvestia. "Dividirlo s gri icar¨ªa su aniquilaci¨®n, y eso supone que la vida de nuestro planeta ser¨ªa destruida", a?adi¨®.
Armas nucleares
El general VIad¨ªmir Lobov, de 56 anos, antiguo comandante de las fuerzas del Pacto de Varsovia y ahora jefe del Estado Mayor, declar¨® al diario Trud la semana pasada que el mando militar "hab¨ªa traicionado al pueblo", mientras que la mayor¨ªa del Ej¨¦rcito se hab¨ªa opuesto al golpe.Para lograrlo, Lobov ha propuesto que cada rep¨²blica tenga su propio Ministerio de Defensa, a?adiendo una cadena de mando civil desde Mosc¨² hasta las rep¨²blicas; reducir el tiempo de mifi de dos a?os a 18 meses; crear m¨¢s alternativas al servicio militar, y poner fin al secretismo que "ha aislado al Ej¨¦rcito del pueblo".
Lobov tambi¨¦n ha anunciado que el Ej¨¦rcito nunca m¨¢s volver¨¢ a intervenir en pol¨ªtica y que se convertir¨¢ en una fuerza profesional, si bien algunos puestos nunca ser¨¢n cubiertos por militares de carrera. No obstante, el general ha puntualizado que las fuerzas republicanas nunca ser¨¢n "eJ¨¦rcitos nacionales" y que las armas nucleares deben permanecer "bajo la autoridad exclusiva del poder supremo del pa¨ªs".
El coronel Bastanov hace notar que su regimiento est¨¢ dirigido por un moldavo, un alem¨¢n, un ucraniano y s¨®lo un ruso. "Nuestro Ej¨¦rcito es internacional. No hay rep¨²blica en laURSS capaz de organizar sus propias Fuerzas Armadas. Pueden luchar contra campesinos desarmados, pero contra un ej¨¦rcito moderno estar¨ªan perdidos".
Adem¨¢s, la divisi¨®n existe incluso en el interior de las Fuerzas Armadas: algunos oficiales son partidarios de castigar a los soldados que desobedecieron las ¨®rdenes durante el golpe de Estado; otros creen que deben ser purgados los que lo apoyaron. El coronel Nikol¨¢i Petrushenko,diputado del ala conservadora del Parlamento ovi¨¦tico, ha comentado que las flotas de submarinos y buques del Pac¨ªfico
adoptaron posiciones opuestas, aunque no hubo enfrentamiento.
The Washington post
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