La industria espacial nacional, dispuesta al asalto de la segunda generaci¨®n de sat¨¦lites espa?oles

A un a?o del lanzamiento del primer sat¨¦lite espa?ol de comunicaciones Hispasat, se han iniciado ya los preparativos para la segunda generaci¨®n de sat¨¦lites. La Administraci¨®n y la industria, que no se ponen de acuerdo al dar las cifras de participaci¨®n espa?ola en el sat¨¦lite que ahora fabrica la empresa Matra en Francia, intentan con estos preparativos dar a la tecnolog¨ªa espa?ola la oportunidad que no tuvo con la primera generaci¨®n.

"El plazo demasiado corto de desarrollo del proyecto, 33 meses, y su bajo coste (56.000 millones de pesetas) han dificultado enormemente la participaci¨®n del sector espacial espa?ol en Hispasat", afirma Antonio Fuentes, director de la Divisi¨®n Espacio de Construcciones Aeron¨¢uticas, SA, que particip¨® la pasada semana en un seminario en la Universidad Men¨¦ndez Pelayo de Santander. Seg¨²n Fuentes, la participaci¨®n espa?ola en todo el Hispasat-1 est¨¢ en torno al 20%, y en los sat¨¦lites es s¨®lo de un 13%, cuando se habr¨ªa podido lograr m¨¢s del 30% si no hubieran existido los condicionantes de breve plazo y presupuesto lo m¨¢s bajo posible. Sin embargo, fue precisamente el 30% la cifra de participaci¨®n espa?ola en elprimer sat¨¦lite que dio Elena Salgado, secretaria general de comunicaciones y presidenta de Hispasat en la misma reuni¨®n.

Hispasat-1 empezar¨¢ a dar servicio de comunicaciones y televisi¨®n a rned ados de 1993 y durar¨¢ en ¨®rbita 10 a?os. "Nos hiemos plariteado ya la necesidad de Iniciar el estudio de definici¨®n de la siguiente generaci¨®n, del sistema Hispasat-2", afirm¨® Pedro Pint¨®, de la direcci¨®n de Hispasat, SA. "Los an¨¢lisis de mercado deben indicar los requisitos de la futura misi¨®n; paralelamente hay que estudiar la participaci¨®n tecriol¨®gica espa?ola".

Fuentes indic¨® que para el futuro Hispasat el sector espacial espa?ol podr¨ªa. encargarse de desarrollar e integrar sistemas tanto de la plataforma del sat¨¦lite como de su carga ¨²til.

"El primer sistema espa?ol de comunicaciones por sat¨¦lite no ha sido el proyecto que hubiera deseado la industria espa?ola", dijo Fuentes. Tambi¨¦n Vicente G¨®mez, director de programas internacionales del CDTI, defendi¨® la necesidad de empezar a pensar en Hispasat-2.

Jos¨¦ Mar¨ªa Casas, de Hispasat, SA, coment¨®: "A¨²n siendo importante el impacto, del Hispasat-1 en la tecnolog¨ªa espa?ola y la cuesti¨®n del prestigio nacional y el impacto cultural, el programa es ante todo un sistema de comunicaciones, una infraestructura, como lo es una autopista, y que pretende entrar en el mercado dando el mejor servicio posible al menor coste".

Un cubo de dos metros

Mientras tanto, en la sala de montaje de la empresa. Matra en Toulouse (Francia), el primer sat¨¦lite del sistema, el Hispasat-1 A, es ya visible: en el cubo met¨¢lico de dos metros de lado que albergar¨¢ los equipos de comunicaciones y de servicio empiezan a probarse conexiones y antenas; los dos largos paneles solares est¨¢n sujetos por gr¨²as dispuestos para el ensamblaje. "Todos los equipos del primer sat¨¦lite han sido ya ensayados y muchos de ellos integrados. El m¨®dulo de servicio contruido por Matra estar¨¢ terminado a medidados de septiembre", inform¨® Pint¨®. Hay un ligero retraso en la ntegraci¨®n del m¨®dulo de comunicaciones del Hispasat, pero esta fase que se realiza en el Reino Unido, finalizar¨¢ en septiembre.

.En abril de 1992 el sat¨¦lite, acabado, se llevar¨¢ a la base de Kourou, en ta Guayana Francesa, para ensamblarlo en un cohete Ariane, que lo lanzar¨¢ al espacio en el segundo semestre del a?o. El segundo sat¨¦lite del sistema, el Hispasat-1B, ser¨¢ puesto en ¨®rbita en los primeros meses de 1993. "Tambi¨¦n est¨¢ muy avanzada la base de Arganda (Madrid) desde la que se controlar¨¢n dichos sat¨¦lites.

En cuanto al presupuesto, los contratos de seguros son la ¨²nica partida que queda a¨²n por firmar y se har¨¢ en los pr¨®ximos meses con un consorcio internacional en el que participar¨¢n empresas espa?olas, inform¨® en Santander Elena Salgado.