El INI pide m¨¢s dinero al Estado para capitalizar las empresas y reorganizar el sector p¨²blico

El presidente del Instituto Nacional de Industria (INI), Javier Salas, solicitar¨¢ al Gobierno una ayuda extra del Estado para acometer su segregaci¨®n en dos grupos, el que agrupe a las empresas rentables y el que re¨²na a las que no se pueden valer por s¨ª solas. El nuevo esquema del INI se contemplar¨¢ previsiblemente en la Ley de Presupuestos para 1992, seg¨²n manifest¨® el secretario de Estado de Industria, ?lvaro Espina. Por su parte, el director de la Fundaci¨®n Empres P¨²blica, Julio Segura, solicit¨® que las empresas p¨²blicas puedan quebrar.

Javier Salas aprovech¨® la apertura del curso El reto de la empresa p¨²blica industrial organizado por la Universidad Complutense de Madrid para dibujar los rasgos b¨¢sicos del futuro INI. El programa del primer ejecutivo del Instituto contempla cambios tanto operativos como estrategicos. El eje de esta renovaci¨®n consiste en segragar el holding p¨²blico en dos grupos. El primero agrupar¨ªa a las empresas rentables o con posibilidades de llegar a serlo y quedar¨ªan clesvinculadas, a part¨ªr de su constituci¨®n, de las ayudas oficiales. El segundo grupo lo compondr¨ªan las empresas en dificultades, es decir todas las empresas sujetas a contratos-programa -en especial las dedicadas a la miner¨ªa subterr¨¢nea- , algunas de Defensa, las de construcci¨®n naval y las sider¨²rgicas. No obstante, Salas matiz¨® que "tanto las empresas de construcci¨®n naval como las sider¨²rgicas estar¨¢n en este grupo de forma transitoria".El grupo privilegiado, al que Salas bautiz¨® como "n¨²cleo de oportunidad," se articular¨¢ en una cabecera formada por el conjunto de participaciones del Instituto en el capital de las empresas seleccionadas. Sin embargo, el paso previo para la creaci¨®n de esta cabecera consistir¨ªa, seg¨²n el presidente del INI, "en dotar con una estructura de capital razonable a las empresas que constituyen el n¨²cleo de oportunidad".

En cuanto a la f¨®rmula a emplear para capitalizar esta parte del proyecto, Salas reconoci¨® que deber¨ªan acudir a los Presupuesto Generales del Estado, al margen de proyectos alternativos como ampliaciones de capital o salidas a Bolsa. Esperamos recibir alguna aportaci¨®n del Estado para afrontar este proyecto. Otra cosa es la cuant¨ªa de la ayuda. Al Estado cualquier cifra le parecer¨¢ muy alta y a nosotros muy baja. Adem¨¢s ahora no puedo cuantificarla, puesto que depende de lo ambiciosos que seamos nosotros capitalizando nuestras empresas", matiz¨®.

El proyecto inicial era que el Estado deber¨ªa aportar al INI el a?o pr¨®ximo 50.000 millones de pesetas, cifra que podr¨ªa rebasar los 100.000 millones con el proyecto de reestructuraci¨®n.

El presidente del INI no concret¨® la fecha en la que podr¨ªa llevarse a cabo la segregaci¨®n, y la dej¨® en un vago "entre 1991 y l992". Sin embargo, el secretario de Estado de Industria, ?lvaro Espina, fue m¨¢s expl¨ªcito. Espina manifest¨® que la divisi¨®n del INI "se har¨¢ previsiblemente en la Ley de Presupuestos para 1992". Recalc¨® que "la inversi¨®n de capital p¨²blico en la industria es leg¨ªtima, siempre que no se realice mediante pr¨¢cticas que deformen la competencia".

Quiebras

Por su parte, el director de la Fundaci¨®n Empresa P¨²blica y catedr¨¢tico de Fundamentos del An¨¢lisis Econ¨®mico, Julio Segura, recalc¨® que una de las medidas para hacer competitiva la empresa p¨²blica es "aceptar que puedan quebrar".

Segura sostiene que cuando una empresa p¨²blica est¨¢ dentro de las condiciones prescritas por la ley para la quiebra, "se inicia un complejo y caro proceso que conduce a que la empresa siga acumulando p¨¦rdidas, de las que al final siempre tiene que hacerse cargo el Presupuesto". Adem¨¢s, el catedr¨¢tico defiende que "la posibilidad efectiva de quiebra disciplinar¨ªa a todos los agentes implicados en el funcionamiento de la empresa p¨²blica".

Otras de las soluciones propuestas por Segura es la de eliminar "las trabas extraordinarias a las empresas p¨²blicas" para que funcionen como las privadas. Segura se mostr¨® partidario de dise?ar una pol¨ªtica industrial, algo que, a su juicio, no se puede dejar en manos del mercado.