La CSCE da en Mosc¨² la bienvenida a los b¨¢lticos en alem¨¢n
La primera jornada de la conferencia fue pr¨®diga en emociones hist¨®ricas
Por iron¨ªas del destino, ha sido precisamente un ministro de Asuntos Exteriores alem¨¢n, Hans-Dietrich Genscher, quien dio ayer la bienvenida en un organismo intemacional, la Conferencia sobre Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (CSCE), a las tres rep¨²blicas b¨¢lticas. El escenario no pod¨ªa ser m¨¢s sugerente, la magn¨ªfica sala de columnas de la Casa de los Sindicatos de Mosc¨², en la que fueron expuestos al p¨²blico en su d¨ªa los restos mortales de los l¨ªderes de la URSS, incluidos Lenin y Stalin. Hace 50 a?os, dos ministros, uno alem¨¢n, Von Ribbentrop, y otro ruso, Mol¨®tov, firmaron el siniestro pacto secreto por el que las rep¨²blicas perdieron su independencia.
"?ste es un momento de gran importancia hist¨®rica y me siento abrumado por la emoci¨®n y la responsabilidad", confes¨® en los pasillos el jefe de la nueva diplomacia letona, Yanis Yurcans, mientras recib¨ªa los parabienes de sus colegas europeos. Inmediatamente despu¨¦s inici¨® una r¨¢pida ronda de visitas oficiales. El ministro espa?ol de Exteriores, Francisco Fern¨¢ndez Ordo?ez, le anunci¨® que en breve viajar¨¢ a su pa¨ªs el subsecretario de su Ministerio, M¨¢ximo Cajal, para preparar el desarrollo de las relaciones diplom¨¢ticas.Al parecer, existe un edificio en la capital, Riga, que perteneci¨® en los a?os 20 y 30 al Estado espa?ol y que podr¨ªa ser devuelto a sus due?os originales. En cualquier caso, es poco probable que Espa?a abra r¨¢pidamente una nueva Embajada en la zona.
La primera jornada de la CSCE fue pr¨®diga en emociones hist¨®ricas. Tambi¨¦n se encontraba presente en Mosc¨², por primera vez en 30 a?os, un ministro alban¨¦s. En 1961, Tirana y la URSS rompieron sus relaciones, algo ins¨®lito que entonces produjo un choque en el bloque socialista y que ha descrito el escritor alban¨¦sIsmail Kadar¨¦ en una de sus novelas.
Pero las emociones no impidieron la actividad diplom¨¢tica pura y dura dentro y fuera del marco de la Conferencia. Dentro, existe pol¨¦mica sobre las propuestas de las delegaciones sovi¨¦tica y alemana. Pr¨¢cticamente todo el mundo est¨¢ de acuerdo en establecer algunos mecanismos que permitan la injerencia de la comunidad internacional cuando se trate un problema de violaci¨®n de derechos humanos. Pero cuando se habla de detallar el mecanismo en concreto, las cosas ya no son tan sencillas.
Los representantes sovi¨¦ticos, que han visto completamente cambiadas sus instrucciones despu¨¦s del golpe, por influencia de los pol¨ªticos rusos, seg¨²n . reconoci¨® el propio portavoz de Exteriores, pretenden que la comunidad pueda intervenir si alguien declara el estado de excepci¨®n o emergencia dentro de su territorio sin respetar sus normas legales y constitucionales. Su reciente experiencia golpista les ha vuelto muy sensibles ante el tema.
M¨¢s pol¨¦mica a¨²n resulta la idea alemana, seg¨²n la cual la CSCE podr¨¢ inspeccionar determinad¨®s pa¨ªses si existen denuncias de violaci¨®n de los derechos de las minor¨ªas. Fuera del estricto marco de la conferencia, la actividad diplom¨¢tica es incesante y siempre en tomo a las mismas preguntas: ?Es posible el mantenimiento de la Uni¨®n entre las antiguas rep¨²blicas sovi¨¦ticas? ?Hasta qu¨¦ punto puede extenderse en Europa el problema de las nacionalidades? ?C¨®mo conceder cr¨¦ditos si no sabemos qui¨¦n los va a devolver?. Ya nadie duda, adem¨¢s, que habr¨¢ que renegociar la antigua deuda sovi¨¦tica.
No parece existir hoy por hoy en Mosc¨² una respuesta a estos interrogantes, aunque ya se empieza a oir que hay posiciones m¨¢s o menos flexibles seg¨²n los distintos pa¨ªses occidentales. Algunos, por ejemplo, critican la excesiva flexibilidad de que hace gala Alemania, un pa¨ªs suficientemente fuerte desde el punto de vista econ¨®mico como para obtener grandes zonas de influencia en un eventual nuevo dise?o europeo. Menos flexible parece mostrarse EE UU, que, seg¨²n un alto diplom¨¢tico europeo, ha sugerido en fecha reciente, informal pero claramente, a sus socios en la OTAN que no alienten los proceso de desintegraci¨®n.
Por otro lado, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas inici¨® ayer consultas informales para estudiar la solicitud de las tres rep¨²blicas b¨¢lticas de ingresar en el seno de la organizaci¨®n como naciones soberanas e independientes, informa desde Washington .
El Consejo podr¨ªa reunirse hoy mismo formalmente para votar la petici¨®n. Estonia, Lituania y Letonia -que ayer prohibi¨® en su rep¨²blica a las organizaciones comunistas- pidieron su ingreso en la ONU la pasada semana. Seg¨²n los mecanismos de la ONU, si el Consejo de Seguridad alcepta a los tres nuevos miembros deber¨¢ ser la Asamblea General quien d¨¦ el visto bueno final con una votaci¨®n que deber¨ªa reflejar la mayor¨ªa de dos tercios de la asamblea.
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