Rizar el rizo

El australiano Russell Mulcahy, abord¨® la realizaci¨®n de v¨ªdeoclips antes de Filmar en 1986, Los Inmortales, una pl¨²mbea pel¨ªcula que jugaba con uno de los temas claves del cine de ciencia ficci¨®n, los saltos temporales. El Filme presentaba a dos imposibles h¨¦roes que, espada en mano, se dedicaban a enfrentarse entre s¨ª por no se sabe muy bien qu¨¦ oscuras razones.Aquellos h¨¦roes de la primera entrega vuelven ahora por la misma ley que rige todas las series: por el ¨¦xito de la f¨®rmula. Pero a diferencia de otros productos de masas contempor¨¢neos, Los Inmortales carecen de la m¨¢s elemental posibilidad de continuaci¨®n. Por ello sus responsables no han tenido otro remedio que dar la vuelta a la trama e inventarse delirantes caracter¨ªsticas que hacen al producto infinitamente m¨¢s pat¨¦tico que su antecesor. En esta segunda parte los guerreros son en realidad exilados de un lejano planeta de nombre Zeis, del cual fueron expulsados 500 a?os antes.

En este filme de encefalograma plano s¨®lo hay lugar para unos oportunistas toques ecologistas y el exotismo de incluir en una secuencia en la que Lambert contempla una representaci¨®n de Gotterdamerung en el Teatro Col¨®n de Buenos Aires para redondear un producto un poco brit¨¢nico, otro poco franc¨¦s y rodado en Argentina por un australiano. Aunque a la postre la cosa se quede en ruido y pocas nueces.