Tensar la cuerda
Los dos equipos en litigio han aprendido mucho tras el ¨²ltimo intento fallido de pacto. PNV y PSE-PSOE no est¨¢n dispuestos a tensar la cuerda tanto como hace ocho meses. La palabra flexibilidad se ha impuesto en el vocabulario de los responsables pol¨ªticos de ambas formaciones. Atr¨¢s quedan las exigencias del PNV al PSE-PSOE en materia competencial: El Banco Vasco, las infraestructuras con sello y dinero de Madrid, la gesti¨®n aut¨®noma de la Seguridad Social con caja propia, as¨ª como la participaci¨®n en la toma de decisiones de las empresas p¨²blicas estatales radicadas en Euskadi.El control de los coeficientes de caja, las transferencias en medios personales para la Justicia en Euskadi y todos los afilados escollos que terminaron por romper la cuerda parece que no tendr¨¢n el mismo protagonismo en la nueva ronda negociadora.
Las dos comisiones negociadoras se preparan ya en tierra de nadie para tomar la cuerda. Los nacionalistas buscan un programa de m¨ªnimos para evitar la sensaci¨®n de par¨®n en esta legislatura. Los socialistas pretenden aportan racionalidad en las conversaciones a cambio de flexibilidad. De fondo planea el debate sobre el pacto auton¨®mico y la recomposici¨®n del llamado bloque constitucional, objetivos de alto inter¨¦s para el Gabinete Gonz¨¢lez.
La posibilidad de que el secretario de los socialistas vascos, Ram¨®n J¨¢uregui, no forme parte del pr¨®ximo Gobierno vasco en favor de Fernando Buesa y de otros destacados dirigentes del PSE puede incluso favorecer el reparto de carteras entre ambas formaciones. Sin embargo, en la sede socialista nadie quer¨ªa ayer aventurar y menos confirmar nada antes de conocer de primera mano las intenciones de Ardanza para lo que resta de legislatura.
La consigna nacionalista es que "todo el mundo se sienta c¨®modo dentro del nuevo Gobierno vasco". Los socialistas destacan la "cohesi¨®n, la estabilidad y la fortaleza" como las caracter¨ªsticas que deber¨¢n definir al nuevo Ejecutivo.
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