Cristianos viejos
CRISTIANOS VIEJOS, nosotros no somos racistas; pero quemamos las casas de los gitanos e impedimos que sus hijos vayan a la misma escuela que los nuestros. No porque consideremos a esos ni?os personalmente culpables, sino porque sus padres los educan para ser el d¨ªa de ma?ana gitanos, gitanos adultos; y, sencillamente, no querernos que nuestros hijos sean ma?ana drogadictos, pendencieros, robaperas. Ahora bien, en eso precisamente consiste el racismo: en atribuir a las gentes unas determinadas caracter¨ªsticas, inclinaciones, vicios, en funci¨®n del color de su piel, formato de su prepucio o modo de pronunciaci¨®n; o sea, de su adscripci¨®n ¨¦tnica. Se trata del fen¨®meno de la alteridad que: otros ya elaboraron, con las consecuencias sabidas, con los jud¨ªos.Lo que est¨¢ ocurriendo en el pueblo jiennense de Mancha Real resulta especialmente revelador porque los elementos del drama han sido elevados all¨ª hasta el l¨ªmite. El asesinato de un payo a manos de unos gitanos, por una parte; la extensi¨®n de la represalia hasta los ni?os, por otra. Tambi¨¦n es racismo la pretensi¨®n de que el respeto a la singularidad cultural, ancestrales tradiciones o caracter¨ªsticas psicol¨®gicas de los gitanos les otorgue cualquier especie de patente para transgredir la ley. En Mancha Real hubo un homicidio, y las personas detenidas como presuntas culpables del mismo est¨¢n a la espera de juicio. Pero ni siquiera el hecho de que se: trate de algo tan grave autoriza a nadie a tomarse la justicia por su mano. Hacerlo equivaldr¨ªa a borrar la principal diferencia entre civiliaci¨®n y barbarie: la sustituci¨®n del mecanismo sin fin de la venganza privada por la represalia ¨²nica y decidida por un poder judicial neutral. Pretender llevar esa venganza hasta la prohibici¨®n de que unos ni?os puedan acudir a la, escuela no s¨®lo es incivilizado; ni siquiera llega a b¨¢rbaro. Es salvaje.
Tal como est¨¢n las cosas, dif¨ªcilmente convencer¨¢n estos argumentos a las personas que desde el lunes se mantienen de guardia ante la escuela. Pero hay otro, en forma de pregunta: ?c¨®mo van a asimilar los conocimientos y pautas de comportamiento que sus profesores les inculquen en la escuela unos ni?os que han pasado horas llamando asesinos; a otros ni?os, sus compa?eros, por el hecho de ser gitanos? ?Cu¨¢l ser¨¢ la huella que ese comportamiento al que se les ha arrastrado dejar¨¢ en ellos? ?Es que nadie en ese pueblo va a tener el valor de detener esa locura?
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