El PS portugu¨¦s lucha por evitar una nueva mayor¨ªa absoluta de Cavaco Silva
El primer ministro portugu¨¦s, Anibal Cavaco Silva, y su Partido Social Dem¨®crata (PSD) son los grandes favoritos ante los comicios legislativos del pr¨®ximo 6 de octubre. Sin embargo, los socialistas a¨²n creen posible la victoria, y el electorado comunista, blanco de los ataques de los dem¨¢s partidos, tiene tal vez en sus manos la suerte del futuro Gobierno.
Ya se sospechaba, pero los m¨¢s recientes sondeos y la asistencia a la reciente fiesta anual de Avante, ¨®rgano oficial del PCP, lo confirmaron: no es absolutamente seguro que la muerte del comunismo en la patria de Lenin signifique una quiebra espectacular de la fuerza electoralista del partido de ?lvaro Cunhal. Es menos seguro a¨²n que, si se produce, esta quiebra beneficie al Partido Socialista (PS).Las intenciones de voto dan de nuevo la mayor¨ªa absoluta al PSD; el PS sobrepasa el 36%, pero el PCP, con m¨¢s del 11%, no acusa un retroceso sensible en relaci¨®n a los comicios anteriores.
Con 78 a?os, Cunhal, que parec¨ªa dispuesto finalmente a ceder el liderazgo al nuevo secretario general adjunto, Carlos Carvalhas -que fue el candidato del PCP a las elecciones presidenciales de diciembre ¨²ltimo, ha retomado el control del partido para ayudarle a capear la tempestad desatada por el apoyo que la direcci¨®n del PC prest¨® a los golpistas sovi¨¦ticos.
Cunhal no se lava las manos de lo que ocurre con el partido comunista sovi¨¦tico (PCUS) y no ser¨ªa capaz, como su hom¨®logo franc¨¦s, Georges Marchais, de esquivar la discusi¨®n alegando que "ellos son ellos y nosotros somos nosotros". Pero se?ala: "El comunismo no est¨¢ muerto y no morir¨¢".
Cambio de bandera
El veterano dirigente evoca con dolor la sustituci¨®n de la bandera roja por la zarista sobre el Parlamento de Mosc¨² y el cambio del nombre de Leningrado por el de San Petersburgo, pero no es de los que se suicidan cuando el mundo y los valores a los que dedic¨® toda su vida se derrumban. Cunhal podr¨ªa jugar la carta de la fortaleza sitiada, ejercer chantaje sobre la militancia, que mantuvo siempre una fidelidad ejemplar. La mayor¨ªa de los cr¨ªticos que condenaron la actitud del PCP durante el golpe y exigieron la dimisi¨®n de Cunhal y del Comit¨¦ Central se dice dispuesta a seguir votando comunista, aunque algunos ya abandonaron el partido o se disponen a hacerlo. Sin embargo, Cunhal va m¨¢s lejos: teoriza acerca de la revoluci¨®n y de la contrarrevoluci¨®n en la URSS, y el ¨²nico mea culpa que entona es por no haber entendido, antes del golpe, el fracaso de la perestroika y cu¨¢ndo y por qu¨¦ el PCUS hab¨ªa dejado de ser el partido de Lenin. Cunhal pasa al contraatraque para explicar por qu¨¦, desde su punto de vista, es m¨¢s necesario que nunca votar ecn los comunistas el 6 de octubre: no basta con derrotar a Cavaco, hay que impedir tambi¨¦n que el PS gobierne solo o en alianza con la derecha, como habitualmente.
La reciente fiesta de Avante disip¨® las ¨²ltimas dudas y rellen¨® las cajas del partido: todos reconocen que el p¨²blico fue m¨¢s numeroso que en los ¨²ltimos a?os, aunque la mayor¨ªa de los cientos de miles de personas que pasaron, por el recinto, propiedad del PCP, en Seixal, al sur de Lisboa, no eran comunistas, ni siquiera electores del PCIP.
La fiesta es el mayor acontecimiento cultural y popular del a?o en Portugal. Ninguno de los artistas nacionales o extranjeros invitados renunci¨® al cachet y al ba?o de muchedumbre, y el PCP dio de s¨ª una imagen de fuerza capaz de hacer palidecer de envidia a las delegaciones extranjeras, dos veces m¨¢s numerosas este a?o que en 1990, con especial menci¨®n para la china.
El secretarlo general del PS, Jorge Sampaio, apuesta por la bipolarizaci¨®n para conseguir la victoria sobre Cavaco y evitar las alianzas poselectorales, pero el sistema pol¨ªtico portugu¨¦s no le facilita la tarea.
Otras fuerzas en liza, ya de menor importancia, son los democristianos y los renovadores (ex canistas), m¨¢s una media docena (le partidos o grup¨²sculos, desde los trotskistas y mao¨ªstas a los mon¨¢rquicos, pasando por el Partido Democr¨¢tico del Atl¨¢ntico y el Partido de la Solidaridad Social.
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