Se mantiene la irregular calidad en el concurso

Dos nuevas pel¨ªculas a concurso, la brit¨¢nico-estadounidense Ardientes, de David Bealrd, y la polaca Fuga del cine Libertad, de Wojciech Marczewski, sirvieron para mantener ayer una nada desde?able calidad media en la programaci¨®n a concurso, que se ve arropada por invitados como Silvia Munt, Klaus Kinski, Chartlon Heston y Jane Seymour.Una secci¨®n tradicionalmente interesante y arriesgada en sus propuestas como es Zabaltegi/ Zona Abierta, dedicada prioritariamente a un cine no comercial y de investigaci¨®n formal, no est¨¢ respondiendo todav¨ªa a las esperanzas en ella depositadas.

Ardientes es el sexto largometraje de David Beaird, un actor, escritor y director teatral que desde 1984 alterna su ocupaci¨®n principal con el cine. Su filme es descarado y atractivo, a ratos recorrido por una vena de locura muy sana y peculiar que parece asociarse en el cine americano con los cajunes, los franceses expulsados de Canad¨¢ tras la ocupaci¨®n brit¨¢nica, y que desde entonces habitan un universo pantanoso en Luisiana que parece ser igualmente apto para la exageraci¨®n, el onirismo y la violencia.

La fant¨¢stica fauna que re¨²ne Ardientes no tiene desperdicio, y va desde una sabia prostituta que tiene como cliente fijo al cura del lugar hasta un fil¨®sofo de bolsillo, mediador a la fuerza entre su infantil hija y el fogoso marido de ¨¦sta, nada menos que en la misma noche de bodas. Toda la acci¨®n del filme, que se desarrolla s¨®lo en tres escenarios, se condensa en unas pocas horas de ese d¨ªa nupcial, y a pesar de la a veces brillante cuota de humor de que hacen gala sus di¨¢logos, no logra evitar la impresi¨®n de estatismo y teatrilidad que transmite su puesta en escena despu¨¦s de un comienzo sencillamente magn¨ªfico. Con todo, su aviesa, descarada tipificaci¨®n del sagrado v¨ªnculo matrimonial y una actuaci¨®n brillante de casi todos sus protagonistas -entre los que se cuentan Faye Dunaway, James Earl Jones y Denholm Elliot- confieren al filme un considerableatractivo.

Tambi¨¦n brillante resulta el arranque de Fuga del cine Libertad, regreso a las pantallas del polaco Wojciesh Marczewski tras un silencio creativo de 10 a?os, concretamente desde el golpe militar de JaruzeIski, en 1981. El filme habla de los d¨ªas de] comunismo, y lo hace a partir de un censor que tiene que afrontar lo que ¨¦l mismo denomina "Ia revuelta de la materia": la irreprimible obsesi¨®n de sus conciudadanos por lanzarse a cantar fragmentos de la Misa de r¨¦quiem de Mozart, sin pedir permiso.Y si la calidad media de la secci¨®n oficial es por lo menos decorosa, no ocurre lo mismo con Zabaltegi/Zona Abierta, el segundo apartado en importancia del festival. De lo que hasta ahora se ha exhibido, poco hay que comentar, como no sea la constataci¨®n de lo poco original que est¨¢n resultando estas propuestas.