El "d¨ªa espa?ol' se sald¨® con un balance desigual
Buena acogida a 'Los papeles de Aspern', de Jordi Cadena
Las dos pel¨ªculas programadas para ayer en la secci¨®n oficial del festival donostiarra ostentaban el mismo pabell¨®n, lo cual dio motivo para que por aqu¨ª se bautizara la jornada como el d¨ªa espa?ol. No fueron las ¨²nicas actividades importantes de la representaci¨®n espa?ola. Por la tarde hubo tambi¨¦n homenaje a la veterana actriz Rafaela Aparicio, con la proyecci¨®n de la mediocre Mala hierba. Las dos pel¨ªculas espa?olas a concurso, la esperada y m¨¢s que discutible La noche m¨¢s larga, de Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez, y la irregular pero estimulante adaptaci¨®n de Henry James Los papeles de Aspern, del catal¨¢n Jordi Cadena, despertaron por igual adhesiones y rechazos.
M¨¢s rechazo que adhesiones obtuvo la pel¨ªcula de Garc¨ªa S¨¢nchez. Su filme se basa en el libro del periodista Pedro J. Ram¨ªrez El a?o que muri¨® Franco para contar, con el apoyo de una trama de ficci¨®n, tres de los cinco ¨²ltimos, pat¨¦ticos y est¨¦riles asesinatos legales perpetrados por el franquismo agonizante en aquel septiembre de 1975, tan pre?ado de temores, acosos y esperanzas.Ya habr¨¢ tiempo, sin duda alguna, para volver sobre la pel¨ªcula en el momento de su pr¨®ximo estreno. Pero en todo caso, hay que constatar que este proyecto, cuya paternidad comparte el productor Andr¨¦s Vicente G¨®mez y su esposa, la escritora y guionista Carmen Rico Godoy, y cuyo gui¨®n definitivo est¨¢ tambi¨¦n f`irmado por Guti¨¦rrez Arag¨®n, Garc¨ªa S¨¢nchez y la propia Rico Godoy, parece nacer de la memoria personal. La realizaci¨®n de la pel¨ªcula fue ofrecida antes a directores como Gonzalo Su¨¢rez, Marlo Camus o Jaime Ch¨¢varri.
"Hemos querido hacer una pel¨ªcula de car¨¢cter moral sobre lo que sent¨ªamos nosotros en aquella ¨¦poca", manifest¨® en rueda de prensa posterior el director. "No quiero juzgar en la cinta a ninguna organizaci¨®n pol¨ªtica, sino a nosotros mismos. Quiero hacer participar a los espectadores, del actual horror cotidiano. Se trata de una pel¨ªcula moral sobre nuestra falta de memoria". Pero lo cierto es que, una vez visto el filme, resulta imposible no plantearse algunas preguntas en relaci¨®n con la forma que Garc¨ªa S¨¢nchez elige para hablar de la historia. Por ejemplo, por qu¨¦ su inter¨¦s en contar s¨®lo tres de los fusilamientos y silenciar, en cambio, que dos militantes de ETA estaban entonces en similar situaci¨®n. Por qu¨¦ la ocultaci¨®n sistem¨¢tica de las siglas de las organizaciones a la que estos antifascistas pertenec¨ªan. Por qu¨¦ el tratamiento mezquinamente paternalista de la personalidad del ¨²nico encausado al cual el gui¨®n asigna alguna entidad.
Todos estos aspectos arrojan multitud de sombras sobre las intenciones de un filme que ya ha sido friamente recibido por la mayor parte de la cr¨ªtica, con la vasca a la cabeza. Por otra parte, la programaci¨®n de su pase junto al filme de Cadena rest¨® posibilidades de promoci¨®n a la pel¨ªcula catalana, mucho m¨¢s valiente y arriesgada desde el punto de vista de su opci¨®n narrativa, y mucho m¨¢s necesitada de una repercusi¨®n p¨²blica que el filme de Garc¨ªa S¨¢nchez tiene asegurada de antemano.
Flaco favor a Cadena
Flaco favor le han hecho los programadores del festival a una pel¨ªcula que ha agotado seis guiones y muchos meses de trabajo para poder superar las siempre dif¨ªciles reticencias que los densos textos del gran escritor anglosaj¨®n suelen plantear en su transposici¨®n cinematogr¨¢fica, esas "ambig¨¹edades y voces susurrantes" que Herman Borm¨ªn, principal impulsor del proyecto y que encarna en el filme al innominado narrador, identifica como el principal escollo a superar en la adaptaci¨®n.
El riesgo que Cadena asume al proponer una pel¨ªcula asi es grande y digno de elogio. Su opci¨®n narrativa, hecha de miradas y silencios que dan a la pel¨ªcula un tempo personal y a contracorriente, proporciona tambi¨¦n a la pel¨ªcula un aire fr¨ªo y a veces incluso distante, felizmente compensado por algunas interpretaciones ajustadas y precisas, llenas de matices.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.