El narcotr¨¢fico, delito m¨¢s com¨²n entre las internas de Carabanchel

Un total de 49 de las 51 reclusas de la unidad de madres del centro penitenciario de Carabanchel est¨¢n acusadas de delitos contra la salud p¨²blica; las dos restantes, de homicidio y robo, seg¨²n revelaron ayer las propias internas a los periodistas. La direcci¨®n del centro de mujeres de Carabanchel abri¨® ayer a la prensa las puertas de esa unidad, coincidiendo con la festividad de la Virgen de la Merced, patrona de los presos, y con el primer aniversario del traslado de las internas desde la vetusta prisi¨®n de Yeser¨ªas hasta la de Carabanchel. En total hay ni?os, todos ellos menores de seis a?os.

Todos los estamentos penitenciarios, incluidas las propias internas -salvo alguna excepci¨®n-, destacaron las ventajas de habitabilidad y bienestar que han logrado tras haber cambiado las viejas instalaciones de Yeser¨ªas por las de Carabanchel, m¨¢s modernas, m¨¢s higi¨¦nicas y mejo acondicionadas.Ahora, ninguna reclusa quiere, ni por lo m¨¢s remoto, volver la vista atr¨¢s, a las derruidas y reducidas instalaciones de Yeser¨ªas, en las que sus hijos se ve¨ªan obligados a compartir los espacios libres e incluso las habitaciones con otras internas.

"Aquello era horrible: los ni?os estaban acobardados porque algunas reclusas les pegaban cuando las molestaban con sus juegos. Y es que no exist¨ªa distinci¨®n entre las que ten¨ªan hijos y las otras porque todas vivian bajo un mismo techo", coment¨® ayer una persona muy vinculada a la poblaci¨®n reclusa femenina de Madrid. "Estaban tan acobardados que cuando te acercabas a uno, se cubr¨ªa el rostro con la mano temiendo recibir un golpe. Ahora es distinto: todas son madres y, l¨®gicamente, los respetan y entienden que son ni?os y que quieren jugar", agreg¨®.

Siete embarazadas

La unidad de madres de Carabanchel, cuyas instalaciones se idearon en un principio para alojar a piresos etarras, fue inaugurada en septiembre de 1990 y se compone de 40 habitaciones, en las que habitan 51 internas. De ellas, 44 coparten celdasindividuales con sus hijos. Las siete internas restantes est¨¢n embarazadas.

Los ni?os viven con sus madres desde que nacen hasta los seis a?os. A partlr de esa edad l¨ªmite, el ni?o pasa a disposici¨®n del juzgado de vigilancia penitenciar¨ªa, que puede decidir su entrega a los familiares o bien su internamiento en un colegio de la Comunidad de Madrid.

Mientras las madres realizan las actividades del centro, cuyo cumplimiento posibilita la redenci¨®n de pena -un d¨ªa menos de cautiverio por cada d¨ªa de trabajo-, los nifios menores de un a?o son atendidos en la guarder¨ªa infantil de Carabanchel. Y si rebasan esa edad, en otras de la Comurildad. Instituciones Penitenciarias costea toda la manutenci¨®n y la ropa que precisan.

A pesar del aparente bienestar que rellejaban ayer las internas, los; ni?os no son ajenos ni a la problem¨¢tica carcelaria ni a las enfermedades m¨¢s comunes que suelen aflorar tras las barrotes de las prisiones.

Fuentes sanitarias de Carabanchel admitieron que un 20% de los ni?os que conviven hoy en esa unidad tiene los anticuerpos del sida, aunque en la actualidad no hay ninguno dentro con la enfermedad desarrollada. "Cuando se detecta un caso, los jueces normalmente deciden su internamiento en un hosp'tal". En el caso de las reclusas madres, la cifra de afectadas por los anticuerpos es muy superior.