?Qu¨¦ hacer con el CDS?
El autor cree que el CDS -que celebra un congreso extraordinario el pr¨®ximo fin de semana- se encuentra "al borde de la extinci¨®n", por lo que es preciso un cambio dr¨¢stico, que implique la sustituci¨®n de su actual equipo directivo.
No es exagerado afirmar que, pol¨ªticamente, el CDS est¨¢ al borde de la extinci¨®n. De ah¨ª la necesidad de que el pr¨®ximo congreso extraordinario genere un cambio dr¨¢stico de su desfalleciente imagen. Sustituir al equipo de direcci¨®n es condici¨®n indispensable para renovar el perfil pol¨ªtico del partido y trasmitir a la opini¨®n p¨²blica que todo en el CDS va a transcurrir de manera muy distinta a como hasta ahora hab¨ªa transcurrido. Los electores no entender¨ªan que los afiliados reeligieran a los responsables de la situaci¨®n de quiebra en que se encuentra la formaci¨®n centrista. No habr¨ªa posibilidad real de resurgimiento porque ser¨ªa casi imposible recuperar la credibilidad.El CDS, sin embargo, no se enfrenta s¨®lo a un problema de sucesi¨®n de sus dirigentes. Recuperar la credibilidad para concurrir en condiciones adecuadas a la pr¨®xima consulta electoral requiere algo m¨¢s. Al menos estas tres cosas: proyectar una identidad clara, hasta ahora diluida por el carisma arrollador de Adolfo Su¨¢rez como fuente de atracci¨®n de los votos del CDS, para que el elector sepa con certeza lo que vota cuando emite su voto a favor del CDS; dar coherencia, constancia, y rigor a su acci¨®n pol¨ªtica, de tal modo que el votante centrista sepa que su voto no se va a pasear err¨¢ticamente de un lado a otro en apoyo de no se sabe qu¨¦ o qui¨¦n; lograr ser percibido como un partido, serio, de gobierno, es decir, con proyecto propio y auton¨®mico, la proyecci¨®n exterior de Espa?a, la inflaci¨®n, las dificultades de la peque?a empresa, la droga o el paro no pueden encontrar soluciones viables, rigurosas y coherentes en unos planteamientos de ¨¦pocas pasadas. Los objetivos de profundizaci¨®n de las libertades, de disminuci¨®n de desigualdades sociales o de justicia distributiva, reclaman hoy enfoques, caminos y m¨¦todos muy diferentes de los que se han seguido hasta hace escasos a?os. Hay una cierta ret¨®rica que probablemente ha muerto para siempre, aunque todav¨ªa circule como residuo un lenguaje de nada f¨¢cil sustituci¨®n.
Marco ideol¨®gico
Definido pues como est¨¢ el marco ideol¨®gico, ser ¨²til en la actual coyuntura pol¨ªtica espa?ola implica ofrecer al electorado soluciones propias y mejores para afrontar los problemas m¨¢s importantes: el deterioro de las instituciones, muy acusado en algunos supuestos como el de la Administraci¨®n de Justicia; la competitividad de nuestro aparato productivo, el empeoramiento de los servicios p¨²blicos o la inadecuaci¨®n de nuestras infraestructuras; el replanteamiento de la relaci¨®n Estado / sociedad y la redefinici¨®n del irrenunciable Estado de bienestar; la disoluci¨®n gradual del concepto de inter¨¦s general, sin el que es imposible levantar una Administraci¨®n moderna, y la corrupci¨®n que se extiende por la vida p¨²blica; la recuperaci¨®n de un sentido nacional no patriotero y la recomposici¨®n de una m¨ªnima moral social sin la cual la sociedad es terreno abonado en momentos de crisis para diversas formas de autoritarismo. La ejemplaridad y la austeridad de quienes encarnan los poderes p¨²blicos, la profesionalidad o el sentimiento de lo colectivo o de lo p¨²blico como algo propio; el sentido de la responsabilidad y de la solidaridad son puntos de referencia hac¨ªa los que hay que orientar la vida espa?ola. S¨®lo as¨ª se tendr¨¢ autoridad para pedir a los sindicatos que acepten la moderaci¨®n salarial o a los contribuyentes que paguen sus impuestos. S¨®lo as¨ª Espa?a alcanzar¨¢ la verdadera modernidad.
A trav¨¦s de este planteamiento se puede y se debe, a mi entender, relanzar la identidad de un partido de centro, liberal-progresista, riguroso en sus propuestas, abierto y de progreso, con capacidad para movilizar a sectores m¨¢s o menos amplios de la sociedad espa?ola, pero en todo caso activos en la vida p¨²blica e imprescindibles como apoyo social del contrapunto a un socialismo que despu¨¦s de una d¨¦cada de gobierno empieza a estar desgastado.
Los n¨²meros que arrojan las ¨²ltimas elecciones locales y auton¨®micas hablan por s¨ª solos de la necesidad de un partido centrista. La sociedad tendr¨¢ que valorar y decidir si el equilibrio pol¨ªtico en la gobernaci¨®n de Espa?a, despu¨¦s de las pr¨®ximas elecciones generales, lo determina una agrupaci¨®n de izquierdas como Izquierda Unida, una pluralidad de partidos regionalistas y nacionalistas, o capacidad para contribuir al progreso, a la justicia, al bienestar y a la estabilidad pol¨ªtica de Espa?a. En suma, reconstruir un partido ¨²til volcado hacia afuera, hacia los problemas reales de los ciudadanos, que aspire a representar a un segmento de la sociedad espa?ola, nutri¨¦ndose as¨ª de un electorado estable. Todo ello implica un profundo cambio de estilo, talante, actitudes y comportamientos. Exige asimismo una amplia modificaci¨®n de los estatutos del partido para descentralizar su organizaci¨®n, colegiar la direcci¨®n en mucha mayor medida y reequilibrar o sustituir un presidencialismo excesivo.
Desde un punto de vista ideol¨®gico-program¨¢tico, la renovaci¨®n demanda una profundizaci¨®n y desarrollo de los rasgos y orientaciones que aparecen en sus ponencias y programas. No ser¨ªa conveniente, a mi entender, cifrar las perspectivas del partido en una redefinici¨®n ideol¨®gica, no s¨®lo porque la evoluci¨®n del mundo y del pensamiento hacen cada vez m¨¢s dif¨ªciles o imprecisos los enunciados meramente ideol¨®gicos, sino porque resulta preferible ahondar en el estudio y reflexi¨®n sobre los problemas reales de nuestro tiempo y de nuestro pa¨ªs en un marco antidogm¨¢tico, flexible y abierto en el que la creatividad y la innovaci¨®n encuentren terreno abonado. Sumergir se en un debate ideol¨®gico abstracto es en los tiempos que corren bastante est¨¦ril. Enlazar conceptualmente, como propone alg¨²n sector del partido, con lo radical, lo burgu¨¦s-ilustrado, lo peque?o burgu¨¦s o expresiones de similar ¨ªndole es, en el fondo, incapacidad para sustraerse a un planteamiento decimon¨®nico ajeno a la naturaleza real de la sociedad posindustrial. La uni¨®n monetaria europea, el pacto de un partido de centro, liberal-progresista, de ¨¢mbito nacional que recoja lo mejor de la herencia de Su¨¢rez y sirva para construir un gobierno estable y de progreso. Los compromisarios tienen la palabra.
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