"La Espa?a cat¨®lica no existe", dice el arzobispo Torrella sobre el discurso del Papa
El presidente de la Comisi¨®n Episcopal de Relaciones Interconfesionales, Ramon Torrella, afirm¨® ayer en Madrid que el, "neopaganismo", denunciado el pasado lunes por Juan Pablo II respecto a la sociedad espa?ola, es com¨²n en todas la sociedades occidentales. Torrella fue m¨¢s lejos al afirmar: "La Espa?a cat¨®lica no existe; la gente va a procesiones de Semana Santa y a misa en Navidad, pero no lo hace cada domingo". Los obispos que asisten en Roma a la visita ad limina -ante los que el Papa pronunci¨® el discurso en cuesti¨®n- aseguraron, por su parte, no entender las reacciones que estas palabras han provocado.
Las declaraciones de Torrella, arzobispo de Tarragona -que trabaj¨® en en temas ecum¨¦nicos en Roma durante el pontificado de Pablo VI-, intentaban por una parte desdramatizar la pol¨¦mica surgida, as¨ª como mostrar la situaci¨®n del catolicismo en Espa?a, tema al que se refiri¨® precisamente Juan Pablo II el pasado lunes. La actitud de Torrella contrastaba con las evasivas ante los informadores de otros obispos de la Comisi¨®n Permanente del episcopado -reunida desde ayer y hasta ma?ana en Madrid- a juzgar la pol¨¦mica.Muchos prelados remit¨ªan al portavoz de la conferencia, Agust¨ªn Garc¨ªa Gasco. ?ste se limit¨® a afirmar: "Estoy gozoso por lo que ha dicho el Papa; la primera parte de su discurso es un reconocimiento de la vitalidad de la Iglesia que ¨¦l subraya". Pero el portavoz de los obispos espa?oles no quiso entrar en la pol¨¦mica: "No he o¨ªdo a ning¨²n ministro, porque estoy preparando la permanente". Asimismo, Garc¨ªa Gasco intent¨® calmar a los periodistas con la petici¨®n de que esperaran al final de las sesiones y rog¨¢ndoles que no circularan por los pasillos buscando obispos.
El 'destape' y UCD
En cambio, el arzobispo de Tarragona se mostr¨® m¨¢s receptivo con los informadores e intent¨® que se comprendieran en su contexto las palabras del Papa. "En todos los pa¨ªses democr¨¢ticos se han ido introduciendo elementos que no son favorables a la fe cristiana: elementos de una cultura pragm¨¢tica que busca el hedonismo y la competitividad y en la que se pierden los valores ¨¦ticos. Eso no es problema de que gobierne un partido u otro; el destape comenz¨® con la UCID, pero aqu¨ª parece que perdemos la memoria hist¨®rica", subray¨® Torrella.
"En mi pueblo [Olesa de Montserrat] entre 1940 y 1950, en el per¨ªodo del inflacionismo espiritual despu¨¦s de la Guerra Civil, iba a misa un 15% de la poblaci¨®n", explic¨® el presidente de la Comisi¨®n de Relaciones Interconfesionales para sustentar su tesis sobre la escasa pr¨¢ctica religiosa en Espa?a como fen¨®meno hist¨®rico.
Otros dos obispos, el presidente de la comisi¨®n del Clero, Antonio Dorado, y el de Medios de Comunicaci¨®n Social, Joan Mart¨ª Alanis, accedieron a comentar brevemente la reacci¨®n suscitada por las palabras de Juan Pablo II. Mart¨ª Alanis opin¨® que la respuesta "ha sido desorbitada; ¨²ltimamente los medios han desorbitado algunas cuestiones como el viaje de los obispos a Cuba o la hoja dominical [repartida el pasado 8 de septiembre con motivo de la Diada catalana] de las di¨®cesis de Vic, Solsona y Tarragona". "Sorprendido y extra?ado" se mostr¨® el obispo Dorado, quien manifest¨® que no cre¨ªa que el discurso papal fuera ofensivo para la sociedad espa?ola.
El mismo tono fue utilizado por los obispos espa?oles de las provincias eclesi¨¢sticas de Valencia y Valladolid que se encuentran en Roma en visita ad limina. Piensan que se ha interpretado como an¨¢lisis sociol¨®gico lo que no es sino. una comunicaci¨®n pastoral, y detectan una susceptibilidad excesiva en la opini¨®n espa?ola. El arzobispo de Valencia, Miguel Roca afirm¨®: "No trata [el discurso del Papa] de ser una descripci¨®n global de Espa?a, sino que es una reflexi¨®n personal suya para destacarnos los puntos claros en que se debe centrar nuestra labor evangelizadora. Y estamos de acuerdo en que esos son los problemas, que, por otra parte, nosotros ya hab¨ªamos expuesto en la pastoral La verdad os har¨¢ libres [sobre la situaci¨®n de la moralidad en la sociedad espa?ola, aparecido en noviembre de 1990]. Pero como descripci¨®n sociol¨®gica, es incompleta porque, para serlo, hubiera tenido que incluir otros aspectos positivos".
Esto no es Hegel
A preguntas de los periodistas, los obispos espa?oles que se encuentran en Roma comentaron algunas de las reacciones registradas en Espa?a frente al discurso del Papa, y as¨ª, ante, la "ofensa" a la sociedad espa?ola detectada por el ministro de Educaci¨®n, Javier Solana, Miguel Roca se?al¨®: "No lo acabo de entender, porque es una reflexi¨®n sobre hechos que son ciertos".
Al igual que otros compa?eros de episcopado, Roca se?al¨® que Juan Pablo II ya hab¨ªa dicho cosas similares de Polonia, Italia y Francia, y que este discurso responde al diagn¨®stico global que este Papa hace habitualmente de las sociedades avanzadas. "Me parece que el discurso no entra en ning¨²n momento en el campo de la pol¨ªtica, y no creo que haya que decir que todo va bien moralmente en un pa¨ªs para no tropezar con el Gobierno. Encuentro que eso es una susceptibilidad excesiva", a?adi¨® Roca.
Ubeda, arzobispo de Mallorca tambi¨¦n presente en Roma, abund¨® en esa l¨ªnea al afirmar que el Gobierno no tiene por qu¨¦ sentirse aludido, ya que: "Los obispos tambi¨¦n tenemos que asumir nuestra parte de responsabilidad en un proceso de descristianizacion, que es un hecho".
Ubeda subray¨® que los obispos volver¨¢n a Espa?a "con la sencillez evang¨¦lica", tras este incidente que considero zanjado con la conferencia de prensa. "Esto no da para m¨¢s. No es la filosof¨ªa de Hegel", concluy¨®.
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