Castro normaliza con su presencia las relaciones con la Embajada espa?ola

La presencia de Manuel Fraga en Cuba est¨¢ desbordando las previsiones del Ministerio de Exteriores espa?ol hasta el punto de que lo que fue proyectado como una modesta recepci¨®n en la Embajada de Espa?a en La Habana al presidente de la Xunta se convirti¨® en la noche del jueves en el cuarto lugar de encuentro de ¨¦ste con Castro.

Castro restitu¨ªa as¨ª una vieja tradici¨®n de acudir a las solemnidades especiales de la misi¨®n espa?ola en la isla, rota desde el a?o pasado como consecuencia de la crisis de las embajadas. En julio de 1990 los gobiernos de Madrid y La Habana sufrieron uno de sus mayores encontronazos tras la irrupci¨®n en la canciller¨ªa de 18 ciudadanos cubanos que demandaban asilo pol¨ªtico.Fraga, acompa?ado del embajador Rico, recibi¨® a Castro en la puerta de la residencia y los tres se dirigieron a uno de los salones reservados, ante el que se situaron dos guardaespaldas del comandante cubano que ya con su presencia provocaban el alejamiento al lugar de los curiosos.

El encuentro entre Fraga y Castro, en presencia del embajador Rico, tuvo tambi¨¦n otros testigos privilegiados: el industrial Eduardo Barreiros, afincado en la isla desde hace unos a?os y amigo personal de Fraga y Castro; el encargado de negocios espa?ol Ignacio Rup¨¦rez; el responsable de la esfera econ¨®mica dentro del Partido Comunista Cubano, Carlos Lage; y el vicepresidente del Consejo de Estado, Jos¨¦ Ram¨®n Fern¨¢ndez.

Nuevo encuentro

La recepci¨®n hab¨ªa sido acordada semanas atr¨¢s entre el encargado de negocios Ignacio Rup¨¦rez y el secretario de la Xunta para las relaciones con la emigraci¨®n, Fernando Amarelo de Castro, con un sentido protocolario. Castro, sin embargo, lo reconvirti¨® todo y la embajada de Espa?a se erigi¨® en el escenario de un nuevo encuentro entre los dos Pol¨ªticos.

La presencia o no de Castro en la embajada espa?ola -despu¨¦s de que el 12 de octubre del a?o pasado rompiera la tradici¨®n- supon¨ªa un term¨®metro de las relaciones entre La Habana y Madrid. Castro hab¨ªa calificado, el martes, a preguntas de los periodistas, de "simplemente normales" tales relaciones y la misma pregunta le fue hecha tambi¨¦n el jueves al reci¨¦n llegado embajador de Espa?a. "Son normales", dijo Rico.

El embajador explic¨® a los periodistas que su ausencia en el aeropuerto Jos¨¦ Mart¨ª el lunes se deb¨ªa a que no hab¨ªa encontrado plaza en el vuelo que ese mismo d¨ªa -curiosamente en el que lleg¨® Fraga- sal¨ªa con destino a La Habana y dijo que fue informado el mi¨¦rcoles anterior de la visita, cuando se encontraba de" vacaciones en Asturias, de donde tuvo que viajar a Madrid por carretera. La versi¨®n de Rico no se ajusta a la obtenida por EL PA?S de fuentes del Ministerio de Exteriores espa?ol que asegura que Rico fue avisado por el director general de Iberoam¨¦rica, Yago Pico de Coa?a, el martes para que se incorporara a su puesto, ya con Fraga en la isla y cuando se destacaba su ausencia.