Gripe: escalofr¨ªo del oto?o
Siete millones de espa?oles deber¨ªan vacunarse, seg¨²n Sanidad
La cabeza pesa. Dos sacos reemplazan los brazos. Las piernas... in¨²til buscarlas, sendos fardos de paja ocupan su lugar al tiempo que el dolor se instala en todo el cuerpo. Dolor, escalofr¨ªos, fiebre, n¨¢useas: la gripe. M¨¢s de cuatro millones de espa?oles la padecieron el a?o pasado. Las p¨¦rdidas econ¨®micas que provoca por absentismo laboral (unos 80.000 millones de pesetas anuales), junto a las graves complicaciones que puede tener en las personas mayores, han contribuido a que cada a?o, como un rito, Sanidad anuncie la composici¨®n de la vacuna. Es la luz verde para que centros p¨²blicos y empresas inicien las campa?as de vacunaci¨®n para prevenir el mal.
Los siete millones de espa?oles que conforman los llamados grupos de riesgo -mayores de 65 a?os y aquellos adultos y ni?os que padecen enfermedades del aparato respiratorio, coraz¨®n, diabetes, o que presentan, en general, un estado bajo de defensas- deber¨ªan vacunarse para evitar las complicaciones que la gripe puede a?adir a su ya debilitado organismo. A ellos hay que unir todo el personal sanitario, empleados de instituciones cerradas y todos aquellos que realizan su trabajo en contacto directo con el p¨²blico, como dependientes o camareros, porque, aunque la gripe no revista especial peligro para ellos, son una fuente de contagio que extiende la epidemia. En total, unos 13 millones de espa?oles deber¨ªan vacunarse, seg¨²n los especialistas.El Ministerio de Sanidad y Consumo no cuenta en sus estad¨ªsticas con datos sobre la cifra exacta de vacunaciones realizadas en 1990 Espa?a. Fuentes de ese organismo afirman que son las comunidades aut¨®nomas, con plenas competencias en salud p¨²blica, las que realizan las campa?as y registran esos datos.
Rentable
La industria farmac¨¦utica, por su parte, considera que el nivel de vacunaci¨®n en Espa?a es tres veces m¨¢s bajo que en el resto de los pa¨ªses europeos (el 80%) y sit¨²an en torno a los cinco millones de espa?oles los vacunados anualmente.Al tiempo, los expertos en salud p¨²blica se?alan que no est¨¢n aconsejadas las vacunaciones masivas a toda la poblaci¨®n. Aducen para ello que, en general, la gripe es una dolencia considerada benigna que, s¨ª no cuenta con un factor a?adido, no suele presentar complicaciones. Adem¨¢s, la vacuna s¨®lo presenta eficacia entre el 70% y 80% y econ¨®micamente no resultar¨ªa rentable.
Esta rentabilidad, en cambio, nadie la pone en duda con respecto a los grupos de riesgo. Por ello, la Consejer¨ªa de Salud de Madrid -que registr¨® oficialmente 917.124 casos de gripe en 1990- ha adquirido este a?o 300.000 vacunas con la composici¨®n exacta recomendada oficialmente este a?o por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS).
El Ayuntamiento de esa misma ciudad, por su parte, ha previsto otras 500.000 unidades. Entre las empresas privadas, Telef¨®nica se ha caracterizado desde hace a?os por la rapidez en ofrecer la vacuna a sus empleados, aunque pr¨¢cticamente todas las grandes empresas mantienen iniciativas de ese tipo. Si sobre la rentabilidad econ¨®mica las posiciones est¨¢n claras, sobre la eficacia de la vacuna surgen dudas cada a?o.
Mutaci¨®n
El virus de la gripe se caracteriza por la facilidad que tiene para mutarse, transform¨¢ndose en un organismo similar al anterior, pero resistente a los anticuerpos creados por la vacuna del primer virus. Es decir, puede que en el mes de enero, por ejemplo, surja un virus diferente a los que estamos inmunizados, desencaden¨¢ndose as¨ª una nueva epidemia.Para evitar esto, la OMS a¨ªsla cada verano, gracias a una red de 132 centros colaboradores repartidos por todo el mundo, las cepas de virus que circulan en ese momento y predice las posibles variaciones de la epidemia con respecto al a?o anterior. De los tres grupos de virus de la gripe que existen -A, B y C- el m¨¢s significativo es el primero. Para esta temporada, las vacunas antigripales est¨¢n compuestas de tres ant¨ªgenos. Dos de ellos an¨¢logos a sendas variables del virus A (Bening, de 1989, y Singapore, 1986) y el tercero del virus B (Yamagata, de 1986).
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