Epidemia de racismo en Alemania
Sistem¨¢ticos ataques contra extranjeros mientras se discute restringir las leyes de asilo
Como si se tratara de una enfermedad cr¨®nica que se reproduce en determinadas condiciones hist¨®ricas, el racismo y la xenofobia han resurgido abruptamente en la nueva Alemania. La inesperada subida de la extrema derecha en las elecciones del domingo en el peque?o land de Bremen coincide con un gran estallido de violencia contra los extranjeros y con el acalorado debate de la clase pol¨ªtica sobre la conveniencia de cerrar el agujero constitucional por el que, ampar¨¢ndose en el asilo pol¨ªtico, este a?o podr¨ªan entrar 200.000 personas en el pa¨ªs.
Quedan ya lejos los aislados estallidos de violencia, en las zonas m¨¢s deprimidas de la antigua Alemania comunista, contra los antiguos "trabajadores socialistas invitados" de Vietnam, Angola, Etiop¨ªa y otras zonas de influencia sovi¨¦tica, que decidieron intentar quedarse en Alemania tras la unificaci¨®n. Ya no son unos cuantos exaltados adolescentes con problemas de identidad y miedo al futuro, con la cabeza rapada y cuatro gestos neonazis, que apagan su frustraci¨®n en estas v¨ªctimas indefensas.En las ¨²ltimas semanas, los violentos ataques contra los albergues donde estos emigrantes de Europa del Este y del Tercer Mundo esperan la resoluci¨®n de su petici¨®n de asilo pol¨ªtico se han producido no s¨®lo en la antigua Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, sino en las zonas m¨¢s pr¨®speras del pa¨ªs. El pasado fin de semana, grupos de neonazis atacaron con piedras y bombas incendiarias siete de estos albergues en Renania del Norte-Westfalia, Baja Sajonia, Schleswig-Holstein y Brandeburgo. En la localidad de L¨¹nen, cerca de Dortmund, un ni?o de 10 a?os result¨® gravemente herido.
La sistem¨¢tica racha de ataques comenz¨® el pasado d¨ªa 19 en dos localidades tan separadas como Saarlouis, en el Sarre, y Hoyerswerda, en Sajonia. En la primera, un gan¨¦s result¨® muerto tras el incendio provocado en uno de estos albergues. En la ciudad sajona, cerca de un centenar de neonazis con cabezas rapadas, vitoreados por la poblaci¨®n local, cercaron varios de estos albergues y atacaron a sus habitantes con piedras y bombas incendiarias. El cerco se mantuvo durante casi una semana, hasta que, Finalmente, la polic¨ªa tuvo que abrirse paso para sacar de all¨ª a los 230 aterrorizados emigrantes.
Doble rasero policial
Desde entonces los ataques se han extendido por todo el pa¨ªs y no ha habido d¨ªa sin que se produjera alg¨²n incidente, hasta culminar el pasado fin de semana con lo que parece una acci¨®n coordinada. La polic¨ªa ha practicado unas pocas detenciones, no m¨¢s de una decena en total, pero s¨ª que se bati¨® a fondo el domingo en Hoyeswerda cuando una manifestaci¨®n de un millar de personas pertenecientes a grupos anarquistas y de extrema izquierda desfilaron por Hoyeswerda para protestar contra el racismo y la xenofobia.Simult¨¢neamente se est¨¢ produciendo el debate pol¨ªtico sobre el cambio constitucional que permita cerrar el hueco por el que pretenden colarse estos emigrantes. Se trata del art¨ªculo 16 de la ley fundamental, sobre el que se basan las muy liberales leyes que regulan el asilo pol¨ªtico, y que que se incluy¨® en la Constituci¨®n de 1949 como prevenci¨®n ante un posible resurgimiento de los principios raciales nazis. Para cualquier cambio constitucional es necesaria una mayor¨ªa de dos tercios, lo que significa que debe ser apoyado por la oposici¨®n socialdem¨®crata (SPD).
Pero, en el debate del viernes en el Bundestag sobre la cuesti¨®n, los democristianos del canciller Helmut Kohl sufrieron una sonada derrota. No s¨®lo toda la oposici¨®n (socialdem¨®crata, verdes y comunistas) se neg¨® a apoyar su propuesta, sino que tampoco lo hicieron sus socios liberales (FDP) en la coalici¨®n gobernante en Bonn. Tanto para el SPD como para el FDP, cambiar el art¨ªculo 16 supondr¨ªa ceder a las presiones de la extrema derecha y azuzar a¨²n m¨¢s la epidemia de xenofobia. La soluci¨®n pasa por acelerar el proceso legal que estudia las peticiones de asilo pol¨ªtico, que en la actualidad puede llevar entre tres y cuatro a?os.
Sin embargo, los ¨²ltimos acontecimientos no han hecho m¨¢s que aumentar la presi¨®n sobre el Gobierno y la clase pol¨ªtica, por lo que parece seguro que la batalla por el ya famoso art¨ªculo 16 volver¨¢ a replantearse con fuerza dentro de muy poco tiempo.
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