El 'chiringuito' que acab¨® el juzgado de guardia

La historia del grupo Eurocapital, del Banco Europeo de Finanzas (BEF) y de sociedades filiales ha estado marcada desde un principio por un destino fatal. En menos de seis anos, sus gestores han tenido m¨¢s disgustos que muchos bancos casi centenarios.Todo comenz¨® en 1986. Cuatro ejecutivos de Seat decidieron, tras la entrada de Volkswagen, crear lo que por entonces se llamaba un chiringuito financiero. ?lvaro Garc¨ªa Lomas, Gonzalo Corral, Enrique Pastor y Jos¨¦ del Alc¨¢zar lanzaban la sociedad de servicios financieros Eurocapital, con un capital de 100 millones de pesetas. Cuatro meses despu¨¦s se incorporaba al grupo Francisco Peir¨® y creaban una sociedad de mediaci¨®n y arbitraje (Arbi), que supuso su primer fracaso, ya que tuvo que cerrar un a?o despu¨¦s.

A medida que iban apareciendo nuevos mercados en Espa?a, Eurocapital, que iba dando entrada a nuevos socios y su capital se ampliaba hasta 1.000 millones de pesetas, empezaba a acariciar la idea de tener su propio banco. Aunque antes, en 1987, ya hab¨ªan hecho una incursi¨®n en el mundillo del leasing, con una sociedad, Inverleasing, que m¨¢s tarde colocaron al Banco Herrero obteniendo jugosas plusval¨ªas. Un ¨¦xito, aunque limitado.

Animados por el potencial del mercado y por la eliminaci¨®n del statu quo bancario, los socios de Eurocapital (a los cuatro iniciales se les hab¨ªan unido Francisco Peir¨® y Pedro G¨®mez Montoya) crearon su propio banco. El 12 de enero de 1989 comenzaba a operar el Banco Europeo de Finanzas, con un capital social de 1.500 millones. A los seis meses, en junio, creaban su sociedad de valores y bolsa (Eurocapital SVB) y antes de que acabara el a?o lanzaban una sociedad gestora de fondos de inversi¨®n. Era la expansi¨®n, con el apoyo de nuevos socios, entre ellos el agente de bolsa Alfonso Batalla.

Estalla Repsol

Pero el crecimiento sufr¨ªa un nuevo accidente, cuando la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores abr¨ªa expediente a Eurocapital SVB por irregularidades en la colocaci¨®n de acciones de Repsol. Luego lleg¨® la multa, por 99 millones de pesetas, y la querella criminal. El tropiezo de Repsol empez¨® a crear suspicacias entre los propios accionistas de Eurocapital y sus sociedades. La ruptura se consum¨® durante el verano de 1990, cuando Francisco Peir¨®, apoyado por nuevos inversores (el constructor Longinos S¨¢nchez, el empresario Jos¨¦ Cosmen y la familia Garc¨ªa Monz¨®n, entre otros), toman el poder.El resto de la historia es ya conocida. R¨¢pido crecimiento de los cr¨¦ditos sin excesivas garant¨ªas, participaci¨®n en emisiones de pagar¨¦s de ciertas comunidades aut¨®nomas (EL PA?S ya publicaba el 31 de enero pasado el excesivo riesgo asumido por el BEF con el gobierno c¨¢ntabro de Juan Hormaechea), estancamiento de los recursos ajenos y necesidad imperiosa de una financiaci¨®n a corto plazo, que les llev¨® a recibir m¨¢s dinero del que pod¨ªan pagar en el mercado interbancario. Y, al final, la imposibilidad de hacer frente a 17.000 millones de pesetas, la intervenci¨®n del Banco de Espa?a y la CNMV, y la suspensi¨®n de pagos. El chiringuito acab¨® en el juzgado de guardia.