Gran texto, gran actor

Jos¨¦ Pla, Josep Maria Flotats: dos grandes nombres que gusta ver unidos. De la extens¨ªsima obra de Pla ha elegido Flotats un pu?ado de escritos, los suficientes -para completar el tiempo del espect¨¢culo, que es naturalmente un mon¨®logo -la primera persona del extraordinario escritor-, y que tienen primordialmente un sentido: la exaltaci¨®n de la lengua catalana, de la patria catalana. Su cocina, su mar, el color de su tierra, la fuerza humana, la l¨ªnea cultural de sus hombres, lo que fuere: Pla era un cosmopolita -la maleta que est¨¢ continuamente en el escenario lo simboliza- que fue siempre catal¨¢n; y lo vio todo con ojos de conservador medio ¨¢crata -una especie no tan rara, aunque pocas veces con esta capacidad de expresi¨®n y de explicaci¨®n-, de terrateniente del Ampurd¨¢n. Escribi¨® una lengua catalana limpia, sencilla, ir¨®nica, "con un humor honesto y vagones su frase-, con las observaciones y paradojas de su cuaderno gris- sale en el espect¨¢culo, y la, forma en que se fue escribiendo-; hay que decir que escribi¨® tambi¨¦n un castellano maravilloso, espl¨¦ndido, quiz¨¢ no dentro de las normas de la Academia, o conservando de una manera muy deliberada catalanismos que lo enriquec¨ªan.Ahora da gusto o¨ªrle por primera vez; due?o de su ideario Ya querr¨ªamos que los conservadores de hoy tuvieran su altura de esp¨ªritu. Y la humanidad del observador nato.

Flotats no imita a Pla

Flotats: ni por un segundo imita a Pla. S¨®lo al final, despu¨¦s de los saludos, se pone la gran boina de pay¨¦s, deja que la gabardina engorde su figura y repite la sonrisa cazurra y esc¨¦ptica como pura ilustraci¨®n. En mi recuerdo, Pla era hombre tambi¨¦n un poco vago, m¨¢s bien lento, socarr¨®n, que colocaba poco a poco sus frases. Pero no tengo ninguna raz¨®n para fiarme de mi recuerdo. Flotats lo hace r¨¢pido, un poco nervioso. No es un actor representando a Pla, sino interpretando los textos de Pla: como debe ser. Un aut¨¦ntico primer actor, apoyado en una leve e inteligente escenograf¨ªa, en una peque?a dramaturgia: es su dicci¨®n, su gesto, su subrayado de unos textos que ha elegido ¨¦l mismo, la direcci¨®n que les da, el gusto propio por el humor, la poes¨ªa, la humanidad que se desprende de lo escrito.Todo es muy grato, todo es muy serio y al mismo tiempo muy divertido; un hallazgo por todas partes. He dicho ya varias veces que hoy el teatro est¨¢ refugiado en Catalu?a, y nos manda aqu¨ª, de cuando en cuando, sus tesoros. ?ste es uno de ellos. El p¨²blico madrile?o, en el estreno, no sinti¨® ninguna distancia por el idioma, y aplaudi¨® como es debido -es decir, con estruendo, con longitud, con bravos- al primer actor y al texto.