Eleg¨ªa de Delibes a la muerte de su mujer
Despu¨¦s de 17 a?os de soledad describe en 'Se?ora de rojo sobre fondo gris' su tr¨¢gica ausencia
Han tenido que transcurrir 17 a?os para que Miguel Delibes pudiera evocar la muerte de su esposa sin venirse abajo. Su nueva novela, Se?ora de rojo sobre fondo gris, es un homenaje a ?ngeles, a la que ¨¦l se refiere como "mi equilibrio", con la que el escritor reconoce que ten¨ªa una deuda. "Yo siempre tuve el deseo de dejar el esbozo suyo, aunque fuera en unos pocos folios. Lo otro me parec¨ªa una ingratitud. Pero la verdad es que hasta este momento no he tenido la fuerza suficiente para encararme con los hechos y reconstruirlos de una manera mas o menos novelada".
En Se?ora de rojo sobre fondo gris (Ediciones Destino) lo ¨²nico rigurosamente exacto, en palabras de su autor, es el proceso de la enfermedad y la muerte de su mujer, ocurrida en 1974 a consecuencia de un tumor cerebral. El libro est¨¢ lleno de un anecdotario, que muchas veces se corresponde con la realidad -como la detenci¨®n de una hija en pleno franquismo-, que prevalece sobre lo aut¨¦nticamente autobiogr¨¢fico. "Hay alg¨²n deseo m¨ªo de hacerle este homenaje a mi mujer. Siempre he tenido la sensaci¨®n de que cuando se produce la muerte de un ser cercano quedo en deuda. En este caso, esa sensaci¨®n era m¨¢s fuerte, porque mi deuda era grande tambi¨¦n. Y al tener su muerte demasiado encima no pod¨ªa evocarla sin destruirme. Ha pasado el tiempo que yo creo que era necesario no para olvidar, sino para poder recrearlo sin venirme abajo".
La melancol¨ªa del crep¨²sculo
El sufrimiento que le produjo el enfrentarse con la primera redacci¨®n se calm¨® m¨¢s tarde cuando se top¨® con los problemas t¨¦cnicos. "Te olvidas entonces del terreno en el que te est¨¢s moviendo y sobre lo que est¨¢s escribiendo. No es que dejes de sentir, sino que los problemas t¨¦cnicos se sobreponen al mismo argumento. Cuando comenc¨¦ la redacci¨®n, me distanci¨¦ un poco del tema tan personal que estaba tratando porque la resoluci¨®n t¨¦cnica del problema me exig¨ªa mucha atenci¨®n. Y logr¨¦ verlo como si no estuviera escribiendo de mi mujer", dice Delibes en su casa de Valladolid, frente a una gran fotograf¨ªa de su mujer.A sus 71 a?os, este hombre, al que muchas tardes, con el crep¨²sculo, le asalta la melancol¨ªa -"por aquello que anuncia la muerte, el ocaso"-, dice no tener razones para ser optimista: "Mi pesimismo es una manera de estar en la vida. Yo veo, en primer lugar, que esta cosa fundamental que es el tr¨¢nsito nuestro es tan breve que no me da tiempo a ser optimista. De chico ya pensaba que esto era muy corto, que esto se quemaba deprisa, y escrib¨ª la obra La sombra del cipr¨¦s es alargada, el libro m¨¢s triste del mundo".
En cuanto a la evoluci¨®n humana, tampoco ve Delibes motivos para ser optimista: "Al rev¨¦s, crecen los motivos de pesimismo, veo c¨®mo se envenena el mundo, c¨®mo se envenenan los r¨ªos y los mares y c¨®mo se implanta la energ¨ªa nuclear, cuando ¨¦sta tendr¨ªa que haber sido un medio utilizado s¨®lo durante algunos a?os, hasta que descubri¨¦ramos otra energ¨ªa. Tampoco veo a mi alrededor que los pol¨ªticos se inquieten de verdad por la destrucci¨®n ecol¨®gica del sistema". Esto, unido a la entronizaci¨®n del dinero en nuestra sociedad -"donde no se habla nada m¨¢s que del cuponazo, la loto, le llena de escepticismo.
Y mientras evoca, de manera tranquila y dulce, los cuatro a?os siguientes a la p¨¦rdida de su mujer -"cuando muri¨®, cre¨ª que me hab¨ªa acabado como narrador"-, Delibes dice no tener miedo a su muerte: "Tengo miedo al momento flisico de la muerte, a c¨®mo se va a producir, si va a haber dolor, si va a haber una conciencia clara. Pero a dormirme y morirme no tengo ning¨²n miedo. Dejo una vida m¨¢s o menos rematada. He tenido siete hijos, todos han hecho sus carreras, est¨¢n contentos donde est¨¢n. Y yo me digo: bueno, en ese sentido, ya no soy necesario".
Babelia
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