Las ense?anzas de un viaje
ALBERTO RECARTE
La celebraci¨®n del IV Congreso del Partido Comunista de Cuba permitir¨¢ comprobar hasta qu¨¦ punto estaban fundadas, o no, las expectativas de Manuel Fraga sobre apertura y reforma del r¨¦gimen castrista.A su regreso de la Habana el presidente de la Xunta, tranquilizado con el ejercicio del poder, parece haber querido apurar al m¨¢ximo la satisfacci¨®n personal que supone sentirse hombre de Estado en una situaci¨®n l¨ªmite. La reconciliaci¨®n, la f¨®rmula propuesta por Fraga para justificar su viaje, permite, como la confesi¨®n, volver a empezar, sin culpa ni pasado; l¨¢stima que Castro no est¨¦ dispuesto a ir por ese camino.
Al volver del viaje, Fraga ha escrito y concedido entrevistas en las que ha explicado los motivos para llevarlo a cabo, a pesar de las previsibles cr¨ªticas. Creo que merece la pena analizar, tanto la referencia de Fraga a la transici¨®n espa?ola como la cr¨ªtica a Estados Unidos, a quien califica de imperialista y hace responsable de los problemas cubanos.
El primer tema es la transici¨®n espa?ola. El ejemplo para todos los cubanos ser¨ªa que una transici¨®n pac¨ªfica es posible y que todo lo que sea di¨¢logo es preferible a las posturas que sostienen que es imposible el di¨¢logo, y que el mejor camino para lograr una transici¨®n pac¨ªfica en Cuba es el aislamiento primero y la desaparici¨®n pol¨ªtica de Castro despu¨¦s. A pesar de su fracaso humano, pol¨ªtico y econ¨®mico, Castro sigue sin reconocer la existencia de disidentes y con sus c¨¢rceles llenas de presos pol¨ªticos. Dec¨ªa Fraga que quiz¨¢ su visita servir¨ªa para liberar a algunos; sin duda, y ¨¦ste ser¨¢ el resultado m¨¢s positivo de su visita, pero tiene 10 millones de rehenes que pueden trocar su situaci¨®n por la de presos en cualquier momento.
Si llevamos el ejemplo de la transici¨®n espa?ola a su justo t¨¦rmino es necesario recordar que fue necesario esperar a que Franco muriera para que comenzara; por otra parte, no creo que nadie dude hoy que el ¨¦xito de la transici¨®n espa?ola descans¨® en un previo desarrollo y fortalecimiento de la sociedad civil y en una relativa prosperidad econ¨®mica sustentada por una pol¨ªtica econ¨®mica liberal desde 1959. Posteriormente, tuvimos la suerte de contar con un grupo de pol¨ªticos dialogantes, entre ellos Fraga, pero consid¨¦rese que Franco fue capaz, semanas antes de su muerte, de ratificar el fusilamiento de cinco personas. En el caso de Cuba, lo que hay que dividir, cuando Castro desaparezca, es miseria, que sigue creciendo como consecuencia de la postura dogm¨¢tica e inflexible del l¨ªder m¨¢ximo.
Volviendo a las manifestaciones de Fraga, es exacto que sus ideas, entre ellas las relativas al embargo norteamericano -bloqueo, dice ¨¦l-, no han variado con el tiempo. En 1964, siendo ministro de Informaci¨®n y Turismo, protesta ante el Gobierno de Estados Unidos por el ataque de un grupo anticastrista con base en Miami al buque espa?ol Virgen de Ar¨¢nzazu, en el que murieron tres marineros, y critica la pol¨ªtica de intento de aislamiento de Cuba. Ahora, Fraga va m¨¢s all¨¢ y considera que la pol¨ªtica de embargo norteamericana -en definitiva, una prohibici¨®n a que sus empresas comercien con Cuba- es responsable de la forma de organizaci¨®n econ¨®mica cubana. Si ello fuera as¨ª, y la preocupaci¨®n de Castro hubiera sido el embargo, el sistema econ¨®mico cubano se habr¨ªa organizado para hacer frente a esa gran limitaci¨®n de su comercio exterior, pero la realidad es que el sistema se organiz¨® para permitir el manejo omn¨ªmodo de Castro. A lo largo de los a?os, Cuba, en funci¨®n de las fantas¨ªas del dirigente m¨¢ximo, se propuso toda suerte de disparates econ¨®micos. Lo peor de la historia es que cada vez que Castro tiene una genial idea todos los recursos del pa¨ªs se concentran en ese punto, desatendiendo los dem¨¢s.
La postura de Fraga en hacer responsable a Estados Unidos de decisiones soberanas de los cubanos le hace coincidir con los comunistas residuales del PCE, lo que tampoco es tan extraordinario, pues se confirma que las tesis de los nacionalistas de izquierda y de derecha coinciden con frecuencia. El propio lenguaje de Fraga es de otra ¨¦poca. Los pa¨ªses iberoamericanos aspiran a f¨®rmulas de librecambio con Estados Unidos; todos han superado, por la fuerza de la realidad, la b¨²squeda de la autonom¨ªa econ¨®mica frente a Estados Unidos, aun a sabiendas de que no van a encontrar ayuda econ¨®mica directa de Washington, en parte por las propias limitaciones presupuestarlas de Estados Unidos, y en parte por un puro planteamiento pol¨ªtico.
El fracaso castrista nos ha costado a los contribuyentes espa?oles m¨¢s de 100.000 millones de pesetas en ayudas y cr¨¦ditos impagados, lo que no es ninguna novedad en el panorama internacional. La excepcionalidad del caso cubano radica en la negativa del r¨¦gimen a sentarse a la mesa de negociaciones para discutir la situaci¨®n, y en la negativa a adoptar ninguna clase de reforma. Como dice Castro, "antes nos hundiremos en el oc¨¦ano". Hasta el viaje, el Partido Popular hab¨ªa hecho casus belli de la concesi¨®n a Cuba de cr¨¦ditos, en particular de cr¨¦ditos de ayuda; no est¨¢ muy claro cu¨¢l va a ser ahora su posici¨®n, ni la del Gobierno, que desde hac¨ªa tiempo estaba reconsiderando la pol¨ªtica crediticia.
En cuanto a las reacciones al viaje, la m¨¢s silenciosa y agradecida ha sido la del Gobierno espa?ol, que ha intentado pasar inadvertido; de hecho, hubo que recuperar al embajador en el ¨²ltimo momento. La visita ha debido ser un regalo imprevisto, vista la preocupaci¨®n del Gobierno por la pac¨ªfica celebraci¨®n del V Centenario.
Al Gobierno norteamericano, la visita le debe haber parecido una provocaci¨®n, teniendo en cuenta su status actual de ¨²nica superpotencia. Y quiz¨¢ radique aqu¨ª uno de los atractivos del viaje para Fraga. El "gran vecino del Norte", origen de todos los males, frente a dificultades y problemas que se pueden resolver en el ¨¢mbito de la familia hisp¨¢nica de naciones. Al primo Castro hay que reprenderle, pero en privado, pues los trapos sucios no se airean frente a los extra?os.
Para el exilio cubano ha sido una bofetada en fr¨ªo, no compensada siquiera con una audiencia a los representantes de la disidencia en el interior de Cuba.
En cuanto a las consecuencias del viaje, donde m¨¢s cicatrices va a dejar es en el propio PP, en particular en los responsables de la pol¨ªtica exterior.
Ahora bien, si lo importante es que se hable de uno, aunque sea mal, el ¨¦xito de Fraga, en particular en Galicia, ha sido espectacular; porque, adem¨¢s, all¨ª la visita se inscribe dentro de un programa de viajes de Fraga, como presidente de la Xunta, a las comunidades de emigrantes gallegos fuera de Espa?a; el viaje anterior fue a Buenos Aires. Sin embargo, en este caso, creo que la mayor¨ªa de los gallegos que emigraron a Cuba viven, despu¨¦s de una segunda emigraci¨®n, en Miami.
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