Primera victoria de Lyle en tres a?os

El golfista escoc¨¦s Sandy Lyle puso t¨¦rmino el pasado domingo a una crisis tan profunda que en algunos torneos, al ser eliminado, le impuls¨® a pregonar, no siempre en sentido figurado, que iba a ahogar sus penas en alcohol. Su victoria en el Open de M¨²nich, en el que totaliz¨® tres golpes menos que el zimbabuense Tony Johnstone, se produjo tres a?os y cuatro d¨ªas despu¨¦s de la anterior, que fue en el Campeonato Match-Play de Weritworth (Inglaterra, Reino Unido) de 1988. A sus 33, aspira ahora a reemprender su brillante carrera.Lyle fue el n¨²mero uno del circuito europeo por ganancias en 1979 y 1980. Pero su definitivo encumbramiento en su propio pa¨ªs se produjo en 1985, cuando se impuso en el Open Brit¨¢nico, algo que ¨²nicamente un compatriota suyo, el ingl¨¦s Tony JacklIn, el ganador en 1969, hab¨ªa logrado desde 1952. En esa temporada qued¨® de nuevo el primero y en las siguientes ya mir¨® m¨¢s hacia el norteamericano, en el que alcanz¨® varios triunfos. Por fin, en 1988, vivi¨® en la gloria aut¨¦ntica al anotarse tres competiciones en Estados Unidos, entre ellas el Masters de Augusta -su segunda en el Grand Slam- y dos en Europa.

Sencillo, sin excesivas ambiciones, carente del esp¨ªritu del campe¨®n, Lyle no resisti¨® el v¨¦rtigo de la altura. La presi¨®n le descentr¨®. Se vino abajo con estr¨¦pito, aunque con dignidad: en 1989 renunci¨® a la convocatoria de Ja¨²klln para formar parte del equipo europeo en la Copa Ryder "para no ser un h¨¢ndicap". Fue descendiendo los pelda?os de la clasificaci¨®n mundial por puntos hasta figurar un mes atr¨¢s en el mediocre 68o. Ahora, con su ¨¦xito muniqu¨¦s, ha subido al 51? y se ha probado a s¨ª mismo que puede recuperarse. La campa?a est¨¢ concluyendo. Pero m¨¢s vale tarde que nunca.