Modernos
No cabe duda de que Corcuera tiene raz¨®n cuando dice que su ley -y la de Gonz¨¢lez- se parece a la que aplican en otros pa¨ªses. Se refiere a Alemania, en donde la polic¨ªa tambi¨¦n asiste con pasividad al vandalismo neonazi, en donde se escarnece la tumba de Bertolt Brecht con un "cerdo jud¨ªo" al spray que nadie borra. Aqu¨ª, como all¨ª, tambi¨¦n son muy ¨²tiles los j¨®venes proyectos de carne de ca?¨®n para el fascismo, y aqu¨ª, como all¨ª, los agentes del orden a quienes nosotros pagamos se dedican a otros menesteres.El pasado 12 de octubre, por ejemplo. Caen sobre nosotros testimonios de la tolerancia con que la polic¨ªa sigui¨® la sangrienta actuaci¨®n de las cr¨ªas de serpiente en esas Ramblas barcelonesas que tanto amo y en las que crec¨ª: un lugar de tolerancia verdadera, de la mejor, en donde se mezclaban razas, colores y pelajes bajo la tierna manta de los pl¨¢tanos, al amparo de p¨¢jaros y flores, donde los anarquistas plantaban sus tenderetes sin que ni siquiera los burgueses de misa y rosc¨®n de domingo les despreciaran. Ahora son otros tiempos, y la democracia se pudre hasta en el paseo que acogi¨® al maldito de Genet y a tantos otros visitantes del Infierno.
Paralelamente, en Sevilla, la polic¨ªa corr¨ªa a porrazos a una quincena de chavales que, vestidos de indios, se pon¨ªan a bailar ante la tumba de Col¨®n, en desagravio con el V Centenario. En eso tambi¨¦n estuvo la pasma de lo m¨¢s actual. No se puede consentir que, cuando nos disponemos a celebrar 500 a?os de modernidad, unos cr¨ªos de mierda nos recuerden a quienes, antes de que lleg¨¢ramos, ni siquiera ten¨ªan alma.
Menos mal que, desde Huelva, el mismo d¨ªa part¨ªan tres carabelas llenas de extras vestidos con jubones, calzas y borcegu¨ªes.
Voil¨¤ la modernidad en todo su esplendor.
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