El Papa se despide de Brasil y concede dos donativos por 50 millones de pesetas
Juan Pablo II se despide a mediod¨ªa de hoy de Brasil, con un gesto habitual en sus viajes por el Tercer Mundo: deja dos donativos por un total de unos 50 millones de pesetas. El primero, de unos 10 millones, es para los chabolistas; el segundo, de unos 40 millones, para los ni?os abandonados, que son unos 10 millones y est¨¢n muriendo asesinados a raz¨®n de uno cada ocho horas. Brasil ha gastado, por su parte, en esta visita del Pont¨ªfice unos 100 millones de pesetas.
La miseria insalubre de los chabolistas brasile?os tiene pocos parangones en el resto del planeta. San Pedro de Leix¨¢o, que el Papa visit¨® el s¨¢bado con extraordinarias medidas de seguridad, es un poblado de cart¨®n construido sobre un vertedero que aloja a 50.000 habitantes, cuya ocupaci¨®n principal consiste en rebuscar entre las basuras. No es una excepci¨®n. Un millar de kil¨®metros hacia el Norte, en Macei¨® hay otras inmensas favelas levantadas entre canales hediondos repletos de inmundicias. La vida all¨ª es pura improvisaci¨®n, hecha de delincuencia peque?a, pero violenta. Los continuos asesinatos de ni?os, siempre impunes, otro fen¨®meno brasile?o que admite pocas comparaciones, se justifican por la necesidad de prevenir la delincuencia. Juan Pablo II abord¨® ayer este problema en Salvador, capital del Estado de Bah¨ªa, ante varios cientos de colegiales acompa?ados de sus familias, y, en su discurso, volvi¨® a condenar el aborto, las esterilizaciones masivas y los "medios artificiales" de anticoncepci¨®n.
Apretujados entre sucesivas filas de polic¨ªas que contienen las avalanchas con grandes porras de madera, los miserables de Brasil que se han acercado a estos actos no han podido prestar mucha atenci¨®n a los discursos del Papa, que llama a la conversi¨®n de las almas para solucionar los problemas. Sus intervenciones parecen m¨¢s pensadas para el p¨²blico seleccionado, autoridades, religiosos, militantes laicos y periodistas.
Debate te¨®rico
En esas plateas, Juan Pablo II ha defendido que ni la Iglesia ni los laicos cat¨®licos tienen derecho a hacer valer su condici¨®n religiosa como arma pol¨ªtica. Pero en las ¨²ltimas jornadas ha a?adido expresiones de apoyo para el activismo social de la Iglesia, que, en este pa¨ªs, camina en buena parte de la mano izquierdista del Partido de los Trabajadores del sindicalista Luis Ignacio Lula. Las relaciones siempre tensas entre miembros de la jerarqu¨ªa brasile?a se desenvolver¨¢n entre las coordenadas de un mensaje que permanece b¨¢sicamente anclado en una concepci¨®n sacralizante del papel de la Iglesia. Y los sectores m¨¢s discordantes de la l¨ªnea vaticana ya han hecho ver que est¨¢n m¨¢s dispuestos a buscar un apoyo, siquiera parcial, en las palabras del Papa para continuar su trabajo, que a seguir alimentando pol¨¦micas te¨®ricas.
Pero el debate te¨®rico sigue teniendo una cita el pr¨®ximo a?o en Santo Domingo, donde, coincidiendo con el V Centenario, se reunir¨¢ la Cuarta Asamblea General del Episcopado Latino americano. Juan Pablo II, que acudir¨¢ a la convocatoria, ya ha anunciado claramente que se dispone a celebrar el aniversario de la evangelizaci¨®n con poco margen de cr¨ªticas para la labor misionera de la Iglesia cat¨®lica, en unos momentos en que ¨¦sta tiene que hacer frente al fuerte desaf¨ªo de las sectas fundamentalistas norteamericnas.
Cuando llegue esta noche a Roma, coincidiendo con el 13? aniversario de su coronaci¨®n, tras recorrer 23.551 kil¨®metros y pronunciar 31 discursos en 10 d¨ªas, el papa Wojtyla habr¨¢ completado 785.092 kil¨®metros de viajes por el extranjero.
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