El viejo radical
S¨®lo hay una cosa propia de la ciencia, y ¨¦sa es la verdad. La moda es una cosa de nuestra era. La ¨²ltima fue la del caos y esa viene del determinismo, un disparate que s¨®lo se le ocurre a un acad¨¦mico".As¨ª fue de radical el verbo de, Popper. Su colega La¨ªn lo defini¨® desde el principio: "Ante Popper todos somos aprendices: cuando ten¨ªa 77 a?os us¨® aquellos versos del Fausto -"Aqu¨ª estoy yo, pobre necio, tanto como antes lo fuera" para agradecer un premio. ?Y si ¨¦l se dec¨ªa necio qu¨¦ no dir¨ªa yo de m¨ª mismo?". Con ese esp¨ªritu habl¨® La¨ªn: refiri¨¦ndose a las ideas de Popper y de sus colegas, re mont¨¢ndose a la historia de la propia dualidad del cuerpo y de la mente para defender so bre todas las cosas que esa juntura de ambas partes -el estructurismo, lo llama La¨ªn- "es un enigma con el que tenemos que convivir siempre". "?Qu¨¦ es la actividad mental", se pregunt¨® el acad¨¦mico espa?ol, y se respondi¨®, en consonancia con Popper: "El hombre es una estructura que culmina en la mente. Los problemas del cuerpo y de la mente son mo rrocotudos, dijo La¨ªn utilizando un adjetivo de Ortega. Sobre ellos, los dos contertu lios arrojaron algunos enig mas. "Espero", dijo Pedro Schwartz, "que ustedes se va yan con m¨¢s dudas que las que ten¨ªan al entrar". Sobre lo que no hubo duda, fue sobre el mayor enemigo que en esta materia tiene Popper, y ese es el conductismo, que niega la existencia de la mente., "Est¨¢ muy de moda pensar a s¨ª en Estados Unidos, y yo soy fervientemente proamericano. Pero en este campo me opongo a ello". A juzgar por la ovaci¨®n que le brindarofi, los j¨®venes alumnos terminaron opinando lo mismo que el viejo profesor.
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