Traductor, traidor
Los que, directa o indirectamente, frecuentamos el llamado mundo del libro sabemos hasta qu¨¦ punto escasean en nuestro pa¨ªs los buenos cr¨ªticos literarios -y yo dir¨ªa, incluso, los cr¨ªticos literarios a secas-. Miguel Garcia Posada es, a mi juicio, uno de esos pocos. Por eso nunca pens¨¦ que llegar¨ªa el d¨ªa en que le dirigir¨ªa una carta para polemizar con ¨¦l acerca de una cr¨ªtica, que considero algo superficial, a una traducci¨®n m¨ªa de la novela de Marguerite Duras El amante de la China del norte.Despu¨¦s del elogio encendido de este libro, Garc¨ªa Posada termina as¨ª su cr¨ªtica, publicada el 26 de octubre en el suplemento Babelia de EL PA?S: "Los di¨¢logos son cortantes, y al mismo tiempo fluidos, orales, nada manieristas. L¨¢stima que la traducci¨®n no siempre est¨¦ a la altura del original. La versi¨®n espa?ola est¨¢ plagada de galicismos, especialmente sint¨¢cticos, que son los que m¨¢s chirr¨ªan". Dos preguntas: ?se refiere ¨¦l a los di¨¢logos en franc¨¦s o a los ya traducidos al castellano?, y ?habr¨¢ le¨ªdo detenidamente el original franc¨¦s?
Porque, mire usted, se?or Garc¨ªa Posada, ?todo el texto en franc¨¦s de Marguerite Duras chirr¨ªa! Ella misma comenta p¨²blicamente las "incorrecciones" voluntarias, meditadas, reiteradas de su texto. En una reciente entrevista concedida al n¨²mero que est¨¢ en la calle de la revista Elle de Espa?a vuelve a repetirlo. Contrariamente a El amante, en la que el lector le¨ªa -o¨ªa- el texto como una m¨²sica, aqu¨ª la historia est¨¢ contada por voces que, todas ellas, por razonas diversas, distorsionan sint¨¢cticamente el franc¨¦s: la ni?a, porque es ni?a y se siente "de all¨¢"; el Chino, porque su franc¨¦s es imperfecto, y cuando est¨¢ colgado de opio, a¨²n m¨¢s; el hermano peque?o, simplemente porque es "diferente"; Thanh, que es de Siam, seg¨²n la propia autora en la novela, habla "la lengua de Thanh". Esas rarezas sint¨¢cticas -esa ¨¦tranget¨¦-, al borde de la incorrecci¨®n, aunque chirr¨ªen, son perfectamente legibles, inteligibles.
Limar o edulcorar en mi versi¨®n al castellano estas rarezas deliberadas de la autora hubiera sido una traici¨®n grave. Lo que probablemente a los franceses les resulte ex¨®tico, al se?or Garc¨ªa Posada, en castellano, le resulte galicismo sint¨¢ctico. Si esto, a un lector espa?ol, le resulta ex¨®tico, aunque perfectamente legible, ?creo haber conseguido mi prop¨®sito!-
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