Qui¨¦n te ha visto y qui¨¦n te ve
La organizaci¨®n de la Conferencia de Paz pone a Espa?a de largo como pa¨ªs de servicios
El corresponsal extranjero, v¨ªctima, como todos, del cansancio, volc¨® sin querer su refresco y dej¨® hecho una pena el div¨¢n desde el que segu¨ªa por televisi¨®n el desarrollo de la Conferencia de Paz. A menos de dos metros, uno de los encargados del mantenimiento le tranquiliz¨®: "No se preocupe", y empez¨® a mandar mensajes por su radio transmisor.El periodista esper¨® a que llegara alguien con un quitamanchas, pero no ocurri¨® as¨ª. Quien vino fue un obrero cargado con un m¨®dulo de div¨¢n nuevo y reluciente para sustituir al que se hab¨ªa manchado.
Esta escena es, s¨®lo una muestra de c¨®mo funcion¨® la organizaci¨®n espa?ola de la conferencia. "Desde luego, ¨¦sta ha sido la puesta de largo internacional de Espa?a como pa¨ªs de servicios", declar¨® a EL PA?S el jefe del gabinete del subsecretario del Ministerio del Portavoz del Gobierno, Javier Zarzalejos, miembro del comit¨¦ organizador.
El propio subsecretario, Miguel Gil, pas¨® horas en el Pabell¨®n de Cristal de la Casa de Campo, sede de la prensa, en mangas de camisa, vigilando de cerca el prodigio en el que nadie, excepto quienes trabajaron en ello, cre¨ªa 10 d¨ªas antes de iniciarse la conferencia.
" Entre los norteamericanos de la organizaci¨®n empez¨® a cundir un cierto nerviosismo", dice Zarzalejos, "pero nosotros est¨¢bamos convencidos de que podr¨ªamos hacerlo. La clave del ¨¦xito fue nuestra fe". Juicio en el que coinciden trabajadores de Dragados y Construcciones -la empresa encargada del mantenimiento-, empleados de hosteler¨ªa y los funcionarios que reparten lujosos materiales de escritorio a un ej¨¦rcito de periodistas voraces y caprichosos. Comida, caf¨¦ y refrescos, tambi¨¦n por un tubo: 250 personas sirviendo y preparando comida, incluida la boller¨ªa fina, de elaboraci¨®n propia.
Nunca falt¨® papel higi¨¦nico y nunca Telef¨®nica funcion¨® mejor -con 800 personas desplazadas-, ni estuvieron los empleados de Correos m¨¢s amables.
"Parece otro pa¨ªs", comentaban los informadores espa?oles. "A ver si luego los dejan arreglar todo lo dem¨¢s". La imagen de Espa?a no puede estar m¨¢s alta, sobre todo si lo que nos toca en adelante es poner los servicios: "Nos estamos quedando sin industria, pero hay que ver qu¨¦ catering tenemos", dijo alguien.
"Con los norteamericanos", sigue Javier Zarzalejos, "el criterio ha sido de llevarlo todo coordinado, todo pactado. Pero los obreros son de Alcobendas, y no ha tenido que venir un Galaxy lleno de moquetas y mesas. Las decisiones operativas, sobre las empresas, sobre ubicaci¨®n, han sido espa?olas. La gesti¨®n tambi¨¦n".
"El costo de poner esto en pie", dice, se?alando el recinto del Pabell¨®n de Cristal, "no superar¨¢ los 500 millones de pesetas, incluido IVA. ?Que qui¨¦n lo pagar¨¢? Habr¨¢ que delimitar lo que le toca a cada uno. Pero hay que repetir lo de que la paz no tiene precio. ?Y en cuanto a la publicidad que ha dado a Madrid? Que el alcalde ?lvarez del Manzano pregunte cu¨¢nto cuesta un anuncio en la CNN. Es uno de los dineros mejor gastados".
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