"La propuesta de una conferencia episcopal catalana no debe escandalizar"
El pasado 22 de septiembre, Joan Carrera Planas, de 61 a?os, era ordenado obispo auxiliar de Barcelona. Vinculado a barrios obreros y al nacionalismo, asegura que contin¨²a fiel a su trayectoria, aunque de ser considerado quasi hereje por la jerarqu¨ªa ha pasado a integrarla. "La propuesta de una conferencia episcopal catalana no debe escandalizar", dice Carrera, que accedi¨® a responder a las preguntas sin cuestionario previo.
Pregunta. Hace unos meses cobr¨® fuerza el tema de una conferencia episcopal catalana.Respuesta. Hoy, Catalu?a no tiene una conferencia episcopal propia, pero en cuanto a los contenidos reales tiene muchos elementos de conferencia propia. Las palabras de monse?or Antoni Deig [el obispo que pidi¨® el una conferencia independiente] hizo que algunos pensaran que estamos peor de lo que estamos.
Los obispos catalanes gozan de una buena dosis de autonom¨ªa. Con la pol¨¦mica se han puesto de relieve dos actitudes: la de monse?or Deig -no digo que no sea positiva- ha sido decir que ser¨ªa deseable esa conferencia; en cambio, la de monse?or Torrella [arzobispo de Tarragona y presidente de la Conferencia Tarraconense] -que valoro- parte de que no hay que hacer proclamas y s¨ª en cambio de trabajar poco a poco.
P. El semanario Catalunya Cristiana, del que es subdirector, ha pedido una Conferencia Episcopal catalana.
R. S¨ª se ha hablado. Se debe decir a la opini¨®n espa?ola, que se ha asustado tanto, que hacer en Catalu?a una Conferencia Episcopal es perfectamente posible, se puede pedir. Ha habido alboroto porque el Obispo Deig no lo hab¨ªa notificado a los dem¨¢s obispos. Pero si un d¨ªa se hace una petici¨®n formal ser¨ªa correcto y no supondr¨ªa ninguna ruptura porque toda la Iglesia est¨¢ en comuni¨®n. No hay una independencia absoluta, todos estamos alrededor del obispo de Roma. Desde el punto de vista espa?ol, se debe comprender lo que el derecho can¨®nico prev¨¦. No habr¨ªa una ruptura de la comuni¨®n. No es para escandalizarse. Hay una cosa que es irrenunciable: Catalu?a debe organizar su pastoral con su individualidad diferenciada.
P. Usted fue acusado de escritos marxistas y her¨¦ticos.
R. Desde que sal¨ª del seminario he estado en barrios obreros. Escribimos unos art¨ªculos [en 1958] que fueron tachados de marxistas. Acudimos al arzobispado, llamados por el monse?or Modrego, pero ¨¦l tuvo que ir a una boda y nos env¨ªo al auxiliar, que era Narc¨ªs Jubany, quien nos dijo: 'Esto no es marxismo, esto no es nada, ya os pod¨¦is ir'.
Fui acusado de comunista. No lo he sido nunca, aunque no me opuse a la militancia de cristianos en esos partidos.
P. Entonces llega su acercamiento a la democracia cristiana.
R. Yo me inclin¨¦ hacia la Democracia Cristiana, pero vi que Uni¨® Democr¨¢tica [UDC] era incapaz de ser una alternativa eficaz por s¨ª misma. Entonces colabor¨¦ con Jordi Pujol en la fundaci¨®n de Converg¨¨ncia [CDC], que deb¨ªan integrarla UDC y mucha otra gente. Yo aportaba los obreros cristianos que a¨²n no se hab¨ªan hecho comunistas. No hubo acuerdo y cre¨ª que me encontraba m¨¢s c¨®modo en UDC. Desde 1979 dej¨¦ la pol¨ªtica. Cuando me nombraron obispo se dijo: 'Se ha hecho obispo a un militante de UDC'. No me hab¨ªa dado de baja y cuando o¨ªa rumores sobre mi nombramiento pensaba: no hagas ning¨²n gesto que parezca que preparas algo. Desde 1979 me he dedicado a la parroquia, aunque el partido me cobraba la cuota.
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