Vanguardia musical
Aun a riesgo de ponerme pesado, vuelvo a insistir en mi desacuerdo en la forma con que se cubren en EL PA?S los acontecimientos que tienen que ver con la m¨²sica cl¨¢sica actual. Acabo de regresar de Alicante, donde he asistido a la s¨¦ptima edici¨®n del Festival Internacional de M¨²sica Contempor¨¢nea. Han sido unas jornadas intensas, plet¨®ricas de actividades. Yo y otros pocos hemos sido testigos de la magia de los estrenos absolutos. Un creador, Javier Maderuelo, nos hizo so?ar con el percutir reiterativo de un conjunto de esculturas sonoras de Jorge Le¨®n en un espacio peripat¨¦tico y cuadraf¨®nico. Nos mov¨ªamos, paseantes asombrados, como en una galer¨ªa, sujetos pasivos de una intensa emoci¨®n est¨¦tica, acosados de electricidad ac¨²stica condensada en cintas magn¨¦ticas y por los impactos m¨²ltiples de mazos y martillos sobre el acero y los parches. ?ramos pocos, la verdad. All¨ª estaba Crist¨®bal Halffter, sentado en el. suelo junto a su esposa, pasiva y serena. Tom¨¢s Marco paseaba erguido y elegante, entre los rostros fascinados por aquellas notas envolventes. Alfredo Aracil, delgado y rom¨¢ntico, apostaba seguro y en secreto por su colega Maderuelo, admirando la serena belleza de aquel torrente inmenso de sonido y armon¨ªa puros.Los que hemos asistido a este y otros acontecimientos durante la semana alicantina -pocos, la verdad- nos mir¨¢bamos, c¨®mplices de un sentimiento exclusivo: el que proporciona la infranqueabilidad del gueto. Su cr¨ªtico musical, Enrique Franco, no hace justicia a esta m¨²sica. Ni ¨¦l ni la l¨ªnea del peri¨®dico apuestan por este festival. Halffter es noticia si compone m¨²sica para una esfera armilar; o lo es si se enzarza en est¨¦riles pol¨¦micas con alg¨²n ignorante musical. No lo es si estrella en Alicante. A Carmelo Bernaola se le entrevista y despierta inter¨¦s por su m¨²sica para series televisivas, pero no por el estreno en Espa?a de su tercera sinfon¨ªa. A esta s¨¦ptima edici¨®n le ha faltado, como a las anteriores, el apoyo de EL PA?S. Una apuesta mayor proporcionar¨¢ algo m¨¢s de justicia y, seguro, una garant¨ªa de continuidad del festival que hoy no existe. Yo y otros pocos lo agradeceremos como diletantes. La vanguardia musical espa?ola lo precisa con urgencia.-
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