Una exposici¨®n de Frida Kahlo despierta pasiones en M¨¦xico
El consumismo norteamericano convierte su imagen en un fetiche comercial
Frida Kahlo, la pintora que convulsion¨® con su vida al mundo, no s¨®lo sigue despertando pasiones 37 a?os despu¨¦s de su muerte, sino que el propio fen¨®meno que se ha provocado en torno a su personalidad es objeto ahora en M¨¦xico, su pa¨ªs natal, de una interesante y original exposici¨®n. La muestra, fruto de una profunda investigaci¨®n de dos a?os, recoge todo el caudal de manifestaciones art¨ªsticas, sociol¨®gicas y consumistas que el fen¨®meno Frida Kahlo ha destapado en el mundo.
La exposici¨®n exhibe 380 obras que van desde el arte en todas sus expresiones a objetos personales, pasando por el fetiche comercial que la erigi¨® en Estados Unidos como icono de consumo.La exposici¨®n, que a partir del pr¨®ximo febrero se har¨¢ itinerante y viajar¨¢ a Nueva York y San Francisco, ha sido ubicada en el Museo Estudio Diego Rivera, de la capital mexicana, y nace para mostrar el complejo mundo multirreproducido de esta artista concebida por muchos sectores como un objeto de culto.
Esta muestra re¨²ne principalmente a un total de 80 artistas mexicanos y extranjeros que tomaron como bandera a Frida Kahlo y su obra para su propia creaci¨®n art¨ªstica, as¨ª como todos aquellos vol¨²menes en los que se analiza y estudia el apasionante mundo de la genial pintora, una mujer adulada por Picasso, Mir¨®, Duchamp y Kandinski, amiga personal de Leon Trotski, comunista y feminista convencida, aguerrida defensora de la emigraci¨®n chicana en Estados Unidos y esposa de Diego Rivera, uno de los tres grandes muralistas mexicanos del siglo XX.
En opini¨®n de Blanca Gardu?o, directora del museo, la exposici¨®n, que lleva como t¨ªtulo Pasi¨®n por Frida, marca un hito en la historia. Y a?ade que los criterios de selecci¨®n no se han hecho en base a la calidad de las obras, porque lo que se pretende es priorizar ante el p¨²blico aquel objeto m¨¢s interesante y m¨¢s curioso que pueda ilustrar los m¨²ltiples m¨¢rgenes de la influencia del artista.
Precisamente esa ampliaci¨®n de los m¨¢rgenes de la influencia de Kahlo, que ha llegado incluso a distorsionar su verdadero mensaje al apoderarse de su figura el consumismo americano, es objeto, tambi¨¦n de apasionada pol¨¦mica. La fot¨®grafa Lola ?lvarez Bravo, amiga personal en vida de la artista, califica la fridoman¨ªa -nombre que inicialmente se le quiso dar a esta exposici¨®n- como una moda cursi reflejo de la actitud de Estados Unidos. Y la directora del Museo de Arte Moderno de M¨¦xico, Teresa del Conde, al plantearse qu¨¦ dir¨ªa la artista si viera su rostro adosado a una camiseta de playa o colgando de un llavero, se?ala: "L¨¢stima que Frida no pueda ver todo el revoltijo que ha producido. ?Se asustar¨ªa? Un poco tal vez. Pero sobre todo se divertir¨ªa much¨ªsimo".
Junto al primer art¨ªculo sobre Kahlo en Estados Unidos, publicado por la revista Tin-Tan de San Francisco, que puso en estado de alerta a los chicanos sobre la figura de la artista, o el culto a su personalidad que le brind¨® en 1985 el movimiento feminista alem¨¢n, o el furor desatado en Jap¨®n a finales de 1989 sobre su vida y su obra, la exposici¨®n dedica espacios a aquellos artistas como Artguro Garc¨ªa Bustos, Fanny Rabel, Arturo Estrada y Guillermo Monroy, que han aportado a sus obras la influencia de la pintora.
Pero tambi¨¦n la muestra es generosa con lo que llama "Ias multirreproducciones del fetiche comercial", y permite al p¨²blico ver c¨®mo la industria consumista norteamericana aporta la imagen de Frida Kahlo a objetos de bisuter¨ªa, consumo y decoraci¨®n dom¨¦stica.
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