El ultim¨¢tum de los patriarcas paraliza la venta de droga en los poblados gitanos de Madrid
Los patriarcas de ocho asentamientos gitanos marginales de Madrid aseguraban haber llegado a un acuerdo: "el que venda droga ser¨¢ desterrado o se le derribar¨¢ la chabola". En los cuatro poblados del norte y noreste de la capital -Cerro de las Liebres, Cruz del Cura, Los Focos avenida de Guadalajara y El Ca?averal- y en dos del sur -Al tamira y Ribera de San Ferm¨ªn- no se ve¨ªa a nadie que fuera a pillar droga. El ultim¨¢tum funcionaba.Se apreciaba m¨¢s tensi¨®n en Entrev¨ªas, en los poblados de Pies Negros y La Celsa. "No sois del barrio, ?no?, pues iros", espetaba el t¨ªo Basilio a tres j¨®venes sudorosos. "?Est¨¢n todos los lados igual?", respondieron. "Todos". El t¨ªo Basillo estaba ayer al pie del ca?¨®n, con otros cinco gitanos de su familia. "S¨®lo han entrado tres y no han sacado nada". Dos furgonetas policiales se perd¨ªan entre las chabolas. "Cumpliremos esto, pero, a cambio, que nos dejen trabajar en los mercadillos. Estoy harto de que me quiten la fruta los municipales", comentaba Basilio.
El panorama no estaba tan claro cerca de all¨ª, en La Celsa, donde uno de los viejos de la zona, el t¨ªo Casiano, fue increpado anteayer. Una veintena de yonquis deambulaba a mediod¨ªa ante los ¨¢rboles del parque de Entrev¨ªas, a la entrada del poblado, formado por un centenar de chabolas. "No es que los gitanos no vendan, es que los maderos no dejan entrar", dec¨ªa una pareja de toxic¨®manos.
Ning¨²n gitano montaba guardia. "Aqu¨ª del t¨ªo Casiano pasan", aseguraba la chica, "se ha tirado toda su puta vida vendiendo droga, y ahora, como se ha montado, pues mira". "Oye, arriba est¨¢n pasando", les susurraron dos gitanas. Isidoro, uno de los hombres de respeto, sentenciaba: "Aqu¨ª la droga se ha acabado". Pero los polic¨ªas dec¨ªan que gitanos j¨®venes sacaban hero¨ªna hacia el parque. Y varios chabolistas acusaban ante Europa Press a sus propios patriarcas de haber tra¨ªdo la droga.
Si se iba la polic¨ªa, los coches y las motos de los colgados m¨¢s pudientes paraban un momento y luego se iban. "Los que tienen g¨¦nero no venden, ayer estuvo la tele...", se quejaba uno. "No se puede pillar, s¨®lo en el Rancho", comentaba otro. En este poblado, ubicado junto a la N-IV (Madrid-C¨¢diz), el plazo vence el lunes.
Calma en el norte
El Cerro de las Liebres, en Fuencarral, permanec¨ªa tranquilo. Desde hace un mes apenas hay mercadeo de droga en este barrio de 76 viviendas prefabricadas. Isidoro Fern¨¢ndez, uno de los portavoces, explicaba el argumento que ha convencido a los vecinos: "Tenemos que evitar la droga para que nos den viviendas que nos saquen de la miseria". Este patriarca reconoce que unas 60 familias del poblado viv¨ªan de vender papelinas hasta hace seis semanas."Nos reunimos y vimos que as¨ª no se pod¨ªa seguir, que los payos se nos estaban echando encima y que nos jug¨¢bamos mucho", aseguraba el viejo. Los trabajadores del Consorcio para el Realojamiento creen que los patriarcas mantienen a¨²n cierta autoridad.
Cerca de all¨ª, por las escombreras que rodean las 66 chabolas de la Cruz del Cura, no se ve¨ªa un toxic¨®mano. Antonio y Cano Fern¨¢ndez Silva son dos de los ancianos de respeto. Ambos admit¨ªan que en la Cruz del Cura se ha vendido droga desde hace ocho a?os. "Pero se ha acabado", aseguraban tajantes los patriarcas. "Ahora las autoridades nos tienen que ayudar y facilitarnos casa y puestos de venta", reivindicaba Cano Fern¨¢ndez.
En Los Focos y la avenida de Guadalajara, el mayor enclave chabolista de la capital, con cerca de 700 asentamientos, tampoco ayer se ve¨ªan toxic¨®manos. Los patriarcas de los Fern¨¢ndez, junto a la carretera de Vic¨¢lvaro, llevan una semana evitando que entren drogadictos.
No se ve¨ªa trapicheo en Altamira y en la Ribera de San Ferm¨ªn. "Aqu¨ª no se vende desde hace tres meses", comentaba Fernando Su¨¢rez, el patriarca del ¨²ltimo poblado (80 casas). "A ver si se acaba el racismo".
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