Un Michael Jackson peligroso y perfecto
Presentaci¨®n mundial del primer tema de su nuevo elep¨¦, 'Dangerous'
Ha sido un lanzamiento sencillamente mod¨¦lico: el pasado d¨ªa 6, a las seis de la tarde, se publicaba en todo el mundo la primera canci¨®n de Michael Jackson para los a?os noventa Black and white. Es el inicio de una campa?a de promoci¨®n que raciona los acontecimientos: el estreno del v¨ªdeo musical, dirigido por John Landis, est¨¢ previsto para el d¨ªa 14, y el elep¨¦ no llegar¨¢ a las tiendas hasta el d¨ªa 21. Un disco titulado Dangerous (Peligroso), del que su autor ha afirmado: "No se puede decir sino que es perfecto".Seg¨²n parece, Dangerous gozar¨¢ de una campa?a de lanzamiento tan intensiva como la de la pel¨ªcula Batman. Los responsables tienen motivos para esforzarse: seg¨²n las cl¨¢usulas del contrato m¨¢s generoso de la historia del disco, Michael Jackson y Sony Music reparten beneficios al 50%, aparte de la pedrea de adelantos, gratificaciones, inversiones a fondo perdido y otras golosinas que convierten al cantante en modelo a imitar para todos los primeros espadas de la industria del entretenimiento.
Michael Jackson supo aprovecharse de la debilidad negociadora de Sony -en el mundo del software (soporte l¨®gico): tras patinar estrepitosamente en la adquisici¨®n de Columbia Pictures, la compa?¨ªa madre japonesa no pod¨ªa permitirse renunciar a los servicios de la principal figura musical de los a?os ochenta. Tras una violenta reestructuraci¨®n en la c¨²pula neoyorquina de Sony Music, han aceptado pr¨¢cticamente todas las condiciones de Michael: aparte de los royalties m¨¢s elevados de la industria, se le concede financiaci¨®n para un sello discogr¨¢fico (Nation Records) y las correspondientes productoras de v¨ªdeo, cine y televisi¨®n.
Semejantes triunfos econ¨®micos deber¨ªan deshacer definitivamente esa visi¨®n de Michael Jackson como inocente Peter Pan: antes de cumplir los 30 a?os hab¨ªa demostrado su sentido comercial al hacerse con el control de las canciones de los Beatles y otros artistas significativos, sin importarle romper con su amigo Paul McCartney, que deseaba lo mismo. Seg¨²n la revista Forbes, Michael Jackson ha ingresado en los dos ¨²ltimos a?os 6.000 millones de pesetas sin hacer nuevo disco ni giras.
Su imagen de cantante exc¨¦ntrico es reforzada por los rumores m¨¢s disparatados sobre su persona: las noticias de que dorm¨ªa en una c¨¢mara hiperb¨¢rica o que deseaba comprar los restos del hombre elefante fueron generadas discretamente por su propia organizaci¨®n. Para el presente disco, Michael ha planteado esc¨¢ndalos prefabricados como el del Concorde que alquil¨® para trasladar desde Los ?ngeles a Londres el master (una cinta DAT, m¨¢s peque?a que una casete) de Dangerous, en un vuelo utilizado ¨²nicamente por dos de sus guardaespaldas.
Dangerous revela tambi¨¦n su renovada seguridad creativa. Ha roto los v¨ªnculos con Quincy Jones, productor de sus discos m¨¢s vendidos, y ahora comparte las labores de producci¨®n con el ingeniero Bruce Swdien y con el brillante Teddy Riley. Como invitados, Michael cuenta con un coro de gospel y Slash, guitarrista de Guns n'Roses, que aporta la credibilidad rockera. El pobre Slash ni siquiera pudo saludar al rey Midas: "Michael s¨®lo aparece en el estudio cuando no hay nadie. Me ofrecieron meter guitarra en dos temas, pero ni siquiera pude tocar de principio a fin. Hice mis riffs y los secuenciaron. A veces pienso que ¨¦l est¨¢ m¨¢s loco que todos nosotros".
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