"La ilusi¨®n del socialismo volver¨¢"
Hace seis a?os que Julius Nyerere se retir¨® de la escena pol¨ªtica de su pa¨ªs, Tanzania, que incluyendo la lucha por la Independencia, ha dirigido durante 30 a?os. Caso raro en el continente africano, lo hizo por su propio pie, sin que fuese arrasado por un golpe militar o una revoluci¨®n. "El pueblo empez¨® a preguntarse con preocupaci¨®n qu¨¦ iba a ocurrir en Tanzania cuando desapareciese el mualimu", explica el ex dirigente tanzano a este diario a su paso por Madrid. "En estos casos no vale contestar: 'Esperad a que yo muera para saberlo", a?ade jocoso. "As¨ª que dej¨¦ las riendas a mis sucesores y dije: 'Pues vamos a compartir todos el riesgo!".Titulado por la Universidad brit¨¢nica de Edimburgo, traductor de Shakespeare al suahili -la lengua nacional-, supo esquivar los riesgos del tribalismo para forjar un Estado cuya consolidaci¨®n culmin¨® con la uni¨®n de Tanganika y Zanz¨ªbar en 1964. Ferviente cat¨®lico, sue?a con la ujamaa, un socialismo que repudia los conceptos occidentales de capitalismo y marxismo, y cuyo coraz¨®n es la comuna agraria y la solidaridad familiar. Desde hace dos a?os, se dedica a recorrer el mundo para divulgar los resultados del informe sobre desarrollo de la Comisi¨®n Sur.
Pregunta. ?Teme usted que la situaci¨®n en Europa del Este reduzca las ayudas al Sur?
Respuesta. La sensaci¨®n de olvido por parte del llamado primer mundo es real.
Es necesario un replanteamiento. Y en el informe de la Comisi¨®n Sur lo decimos: el desarrollo de los pa¨ªses es ante todo responsabilidad de los pa¨ªses del Sur; si quieren desarrollo este debe venir de ellos mismos y de la adopci¨®n de pol¨ªticas serias.
En este sentido, nuestra primera recomendaci¨®n es que, si los africanos quieren un desarrollo en libertad, deben utilizar sus hombres, su dinero y sus recursos al m¨¢ximo. Otra cuesti¨®n es que cuando los pa¨ªses del Sur buscan cooperaci¨®n extranjera siempre piensan en el Norte. Nunca consideran la posibilidad de la cooperaci¨®n entre, por ejemplo, pa¨ªses-Sur africanos y latinoamericanos.
Por ¨²ltimo, para atraer inversiones extranjeras primero deber¨¢n ser los nativos quienes inviertan en su pa¨ªs en lugar de que los capitales corran al extranjero.
P. ?Hasta qu¨¦ punto puede ayudar una democratizaci¨®n de los pa¨ªses africanos?
R. La democracia puede contribuir motivando a la gente para que se abrochen el cintur¨®n y que no sientan que lo hacen en beneficio del dictador de turno. Pero no se debe confundir la sensaci¨®n de libertad con las necesidades b¨¢sicas que dictan el hambre, la falta de colegios, la carencia de medios de transporte o de tendido el¨¦ctrico.
Y el creer que con el advenimiento del pluripartidismo se van a terminar, de la noche a la ma?ana, todos las angustias econ¨®micas puede crear una peligrosa decepci¨®n y promover golpes de Estado militares.
P. El desbarajuste en los pa¨ªses del Este parece haber declarado la muerte al socialismo y el triunfo del capitalismo...
R. S¨ª, ahora ha nacido un nuevo Dios, el del capitalismo que da respuestas a todo. Pero decir que el socialismo ha fracasado por los resultados a la vista en la URSS equivale a decir que ha fracasado el cristianismo porque 2.000 a?os despu¨¦s de que Cristo predicara en esta tierra "tiende la mejilla a tu enemigo" o "ama a tu pr¨®jimo como a ti mismo", estas recomendaciones no se han cumplido.
Adem¨¢s, yo nunca consider¨¦ a los sovi¨¦ticos como verdaderos socialistas, as¨ª como ellos tampoco creyeron que yo era un aut¨¦ntico socialista. En Tanzania ya lo dijimos muy claro en la Declaraci¨®n de Arusha de 1967: no hay socialismo sin libertad. Y desde luego, cuando yo visit¨¦ la URSS en 1969 se notaba a la legua que los sovi¨¦ticos no eran libres.
Los errores
P. Sin embargo, usted admiti¨® haberse equivocado con su proyecto de socialismo...R. S¨ª. Pero los errores los comet¨ª en la aplicaci¨®n; la idea sigue siendo v¨¢lida y si pudiese empezar de nuevo, lo volver¨ªa a intentar. Lo que ocurre es que el socialismo debe fundarse en actitudes y no puede ser impuesto.
Me dir¨¢n que ya no se estila creer en estas cosas. Pero ?es que tiene m¨¢s sentido creer en una sociedad basada sobre la General Motors? Me niego. Ahora vivimos un momento de decepci¨®n. Pero las condiciones que est¨¢ planteando la euforia capitalista me dan razones para pensarque, en unos diez a?os, la ilusi¨®n del socialismo volver¨¢. Y con m¨¢s fuerza que antes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.