Seguridad privada
Por medio de la presente quiero manifestar p¨²blicamente mi total indignaci¨®n con el Gobierno por muchas razones, pero concretamente, en este caso, por la aprobaci¨®n del anteproyecto de Ley de Seguridad Privada.Soy, y con orgullo, vigilante jurado de seguridad y llevo desde 1983 ejerciendo mis funciones con total seriedad y profesionalidad. He realizado numerosas intervenciones que han dado lugar a la detenci¨®n de muchos delincuentes.
He desbaratado intentos de atraco; un intento de violaci¨®n, que gracias a mi presencia fue evitado y detenido su autor. He realizado los primeros auxilios a una persona que sufr¨ªa un infarto de miocardio, durante 15 minutos, -salvando- con ello su vida. En cierta ocasi¨®n colabor¨¦ con el Grupo de Estupefacientes de la localidad en que resido en la localizaci¨®n de 250 gramos de droga. He pacificado peleas en locales p¨²blicos, evitado da?os de consideraci¨®n en las personas y las cosas, etc¨¦tera. Y todo ello en cumplimiento de la labor social y de colaboraci¨®n con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que inspiran mi car¨¢cter de agente de la autoridad. Funciones por las que no cobro nada del Estado, pero que dan contenido a mi profesi¨®n y, sobre todo, me diferencian de una alarma electr¨®nica o de un perro guardi¨¢n.
Pero todo esto me ha costado, adem¨¢s de esfuerzo y tiempo, el ser amenazado de muerte y agredido en multitud de ocasiones, peligrando mi vida en al menos seis de ellas.
Y como yo, la mayor¨ªa de vigilantes jurados han realizado acciones similares, y algunos incluso merecedoras de condecoraci¨®n.
Ahora, con este proyecto de ley se pretende que el vigilante jurado de seguridad deje de ser un agente de la autoridad y que deje de llevar armas en la mayor¨ªa de los servicios, bas¨¢ndose en los incidentes ocurridos con algunos compa?eros. Ycomo comprender¨¢n, no puedo estar m¨¢s en desacuerdo. Porque si hay que hablar de esos casos, que se comparen p¨²blicamente con los que han sufrido las Fuerzas de Seguridad del Esta do y ver¨¢n que son infinitamente menos. No creo que se pueda dejar a¨²n m¨¢s indefenso a un colectivo que debe luchar con los mismos delincuentes que las Fuerzas de Seguridad del Estado y dotar a ¨¦stas de m¨¢s medios, bas¨¢ndose en la peligrosidad creciente de esos mismos delincuentes. Porque eso ser¨ªa casi complicidad en las agresiones que sufriremos por esta absurda ley pol¨ªtica. Si el Estado cree que la peligrosidad de los delincuentes ha bajado tanto, que desarme a todos los cuerpos de seguridad, incluidos los del Estado; pero si no es as¨ª, que no nos condene a tener que abandonar nuestro trabajo o morir en el intento.
Se?ores ciudadanos, piensen que si la polic¨ªa tarda tanto en llegar al lugar del delito es por falta de medios humanos y materiales, y de ello doy fe. Entonces, ?c¨®mo quieren suplir nuestra funci¨®n? ?De d¨®nde va a sacar el Gobierno a 45.000 nuevos funcionarios para cubrir nuestros puestos? ?Y el dinero necesario para ello?
Cr¨¦anme, nosotros somos los m¨¢s interesados en que se profe sionalice m¨¢s el sector. Que se obligue a los vigilantes jurados a un curso de reciclaje y que se elimine al que no valga. Que se exija m¨¢s conocimientos t¨¦cnicos y pr¨¢cticos, etc¨¦tera. Pero no se deje a 45.000 familias sin oficio ni beneficio por una absurda ley pol¨ªtica que s¨®lo beneficia a los delincuentes, que, al igual que los traficantes de droga celebra ron la despenalizaci¨®n del consumo, celebrar¨¢n nuestra desaparici¨®n. Por todo ello les ruego que, si no desean que se lleve a t¨¦rmino este error, nos apoyen.-
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