Roma no paga 'traidores'
El Vaticano da la espalda a los curas checoslovacos casados durante el r¨¦gimen comunista
ENVIADA ESPECIALCientos de hombres fueron sacerdotes cat¨®licos en la Che coslovaquia comunista en el m¨¢s estricto secreto. En 40 a?os de vitas abscontitas no pisaron altares ni vistieron sotanas. La actividad pastoral de estos seres de doble identidad se iniciaba al anochecer en misas oscuras y silenciosas realizadas en los s¨®tanos de sus hogares. Eran conocidos en sus pueblos y ciudades c¨®mo ingenieros, enfermeros o empleados municipales. Estructurados en c¨¦lulas clandestinas y algunos de ellos casados y con hijos, estudiaban en seminarios teol¨®gicos itinerantes, donde cientos fueron ordenados por obispos consagrados tambi¨¦n secretamente. Versiones enigm¨¢ticas aseguran que tres mujeres recibieron tambi¨¦n los votos sacerdotales.
El suspiro de alivio que experimentaron los alrededor de 350 a 600 sacerdotes ordenados secretamente con la revoluci¨®n de terciopelo se transform¨® en rabia. En vez de ser vistos como h¨¦roes se les sigue prohibiendo oficiar misas y son vistos por la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica checoslovaca -que duda de la validez de sus ordenaciones- como "un problema m¨¢rginal".
"Mi cruz es de madera"
El obispo Fridolin Zahradnik, casado, con dos hijos y ocho nietos y l¨ªder de uno de los movimientos clandestinos fuera del control del Vaticano, no disimula su disgusto frente a la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica checoslovaca.
Al compararse con el arzobispo de Praga, Miroslav VIk, dice: "Yo soy un obispo que trabaja, ¨¦l es uno de pantalla. Mi cruz est¨¢ hecha de madera, la suya de oro". Zahradnik, que cumpli¨® una condena de seis a?os de c¨¢rcel dictada por los comunistas, vive en una casa modesta en la ciudad de Rychnov, a 80 millas al este de Praga, y trabaja en el Gobierno local como director de servicios sociales.
El clero oficial de Rychnov le tolera trabajar con la minor¨ªa gitana y otros indigentes, y tiene las llaves de la catedral de la ciudad pero no puede oficiar misa En su oficina, llena de libros y archivos, una fotograf¨ªa de Juan Pablo II, pero advierte que si "la Santa Sede no nos reconoce vamos a continuar sirviendo donde se nos necesite".
En el estricto secreto del Santo Oficio, sus casos fueron enviados hace un a?o a la Congregaci¨®n de la Fe del Vaticano, donde el cardenal Joseph Ratzinger estudia caso por caso y tendr¨¢ que dictar sentencia, se espera, a fines de este a?o.
La Iglesia clandestina tuvo muchos rostros y en la Rep¨²blica checa se han integrado unos 65 sacerdotes que pertenec¨ªan a distintos movimientos clandestino que mantuvieron contacto dusante la era comunista con el Vaticano. Algunos de ellos fueron ordenados en Polonia por el entonces obispo de Cracovia, Karol Wojtyla, ahora el papa Juan Pablo II. Otros recibieron sus votos a trav¨¦s de obispos que hab¨ªan recibido el mandato de Roma, adjudicado oralmente, ante el riesgo de que la polic¨ªa secreta checoslovaca descubriera documentos que pudieran desmantelar la iglesia subterr¨¢nea.
El grupo m¨¢s controvertido de la iglesia clandestina es el c¨ªrculo secreto de los birr¨ªtualistas -con alrededor de 300 sacerdotes-, cuya figura central es el enigm¨¢t¨ªco obispo F¨¦lix Mar¨ªa Davidek, ordenado oficialmente como sacerdote al t¨¦rmino de la II Guerra Mundial y que muri¨® poco antes de la instauraci¨®n de la democracia en Checoslovaquia. "Un megalomaniaco", dice el padre Otto Madr, que organizaba seminarios teol¨®gicos clandestinos y fue compa?ero de celda de Davidek, pero reconoce "que lo hizo todo por la fe". Davidek cumpli¨® 14 a?os de condena en prisiones miserables, que en 1967, tres a?os despu¨¦s de su liberaci¨®n, fue consagrado como obispo.
Religiosos enemigos y simpatizantes de Dadivek reconocen que al comienzo tuvo la autorizaci¨®n del Vaticano para ordenar sacerdotes, enviada presumiblement¨¦ con un mensajero del desaparecido papa Pablo VI. Pero luego la Santa Sede vio con preocupacion que Davidek formaba una iglesia personal que escapaba de su control, porque Davidek comenz¨® adem¨¢s a consagrar a un total de 20 obispos.
Doble rito
Esta iglesia, sin celibato obligatorio, un espacio para el liderazgo religioso femenino, es fruto tanto del miedo de vivir con el riesgo permanente de ser descubierto y de un pensamiento teol¨®gico progresivo. El c¨ªrculo Davidek adopt¨® en parte el birritualisTo identific¨¢ndose tanto con el rito de la Iglesia cat¨®lica-romana como con la greco-cat¨®lica (uniata), tambi¨¦n obediente a Roma. El rito cat¨®lico-oriental contempla la ordenaci¨®n de sacerdotes casados, pero no les permite contraer nupcias si ya son cl¨¦rigos.
A¨²n no se ha encontrado la verdad para las contradictorias versiones sobre las tres mujeres sacerdotes. El obispo secreto Stanislav Kratky asegura que el l¨ªder del circul¨® secreto "era uno de los elementos m¨¢s progresistas,de la iglesia y sab¨ªa que hab¨ªa que encontrar una soluci¨®n a la ordenaci¨®n de m¨²jeres y por lo menos desarroll¨® esta pregunta teol¨®gicamente. "Todos los actos realizados por ellas son inaceptables", seg¨²n el padre Miloslav Siala, portavoz de la Conferencia Episcopal checa.
Miroslav VIk, consagrado como obispo de Praga el a?o pasado, expresa poca simpat¨ªa por los sacerdotes clandestinos, quienes en su mayor¨ªa siguen activos en peque?as comunidades de base. "Los sacerdotes que no fueron correctamente ordenados no son sacerdotes, est¨¢ claro", dijo. El obispo secreto Zaliradnik se justifica: "Nosotros consagr¨¢bamos y orden¨¢bamos a aquellos que no ten¨ªan posibilidad alguna de serlo oficialmente".
En una peque?a casa parroquial vecina del pueblo de Hradek, en la frontera con Austria, vive el obispo secreto Stanislav Kratky, que tambi¨¦n espera respuesta del Vatican¨¦. De un perchero cuelgan, sus chaquetas zurzidas y su boin¨¢ vasca. El fr¨ªo entra por las ventanas, y afirma que la iglesia clandestina "nunca tuvo muchas flusiones". "Nuestra tarea se inici¨® en el total¨ªtarismo y estamos decididos ¨¢ir a Siberia nuevamente si es necesario", dice sin perder la sonrisa. Su lealtad al Vaticano la mantiene hasta las ¨²ltimas consecuencias. "No construimos una iglesia paralela. Nuestra funci¨®n fue s¨®lo complementaria. Todos hemos sufrido por la misma Iglesia".
Teolog¨ªa y amor
V. S., Davidek, intentando matar el tedio y la soledad en la c¨¢rcel, se dedic¨® a dar charlas de teolog¨ªa a sus, compa?eros y luego las transcribi¨¦ cuidadosamente en rollos de papel higi¨¦nico. Este hombre peque?o y fr¨¢gil, que ejerc¨ªa un extra?o poder so bre sus disc¨ªpulos, aprendi¨® tambi¨¦n en solitario un perfecto ingl¨¦s que utiliz¨® luego para escribir sutiles poemas amoroso-er¨®ticos con el seud¨®nimo de V¨¢cIav Ara. Al salir de la c¨¢rcel en 1964, despu¨¦s de 14 a?os, encontr¨® trabajo como en cargado de desinfecci¨®n en un hospital de ni?os de la ciudad de Brunn.
A los pocos d¨ªas de experimentar la libertad olvidada recibi¨® un misterioso paquete con todos sus escritos, que hab¨ªan sido confiscados en la c¨¢rcel. Seguramente, un regalo enviado por un polic¨ªa secreto arrepentido. E?legado teol¨®gico y po¨¦tico de Davidek lo guarda celosamente bajo llave Ludmila Javorova, vicaria general de la ciudad de Brunn y que fue la mano derecha del l¨ªder religioso. Esta mujer de pocas palabras, que viste de negro, lleva colgada: una cruz en,el pecho y ha dedicado su vida a la Iglesia, pero niega, aunque muchos lo aseguran, que haya sido ordenada sacerdote por el obispo Davidek.
El fantasma de la colaboraci¨®n
V. S., Entre la Iglesia oficial y la secreta han surgido argumentos descalificadores de ambas, y el fantasma de la colaboraci¨®n con la polic¨ªa secreta checoslovaca (STB) se ha convertido en una amenaza a las versiones que cada uno da de la historia. El arzobispo de Praga, Miroslav VIk, dice: "Quien no tenga culpa que tire la primera piedra".
En la d¨¦cada de los a?os cincuenta hubo una feroz re-presi¨®n de los comunistas a la Iglesia cat¨®lica. Entonces, monjas y sacerdotes fueron encarcelados, o concentrados en monasterios, aisl¨¢ndolos del mundo exterior. Se clausuraron iglesias y se cerraron centros religiosos. El n¨²mero de sacerdotes baj¨® en dos tercios y los que quedaron fueron reunidos en la organizaci¨®n Paceni in Terris, cercana al r¨¦gimen. S¨®lo dos seminarios fueron autorizados.
El arzobispo Vlk reconoce que "que muchos seininaristas estaban bajo la presi¨®n de la polic¨ªa, pero qu¨¦ frutos o resultados les trajo esa situaci¨®n no se sabr¨¢ nunca".
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