Occidente separa al hombre de Dios m¨¢s f¨¢cilmente que el marxismo, dice Suqu¨ªa
Las sociedades occidentales han sido m¨¢s capaces de separar al hombre de Dios "que la pobre propaganda antirreligiosa de los pa¨ªses comunistas" dijo ayer el presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola, cardenal ?ngel Suqu¨ªa. En su discurso de inauguraci¨®n de la asamblea plenaria de obispos, Suqu¨ªa fue contundente con el marxismo y con el capitalismo, al que no se refiri¨® por su nombre.
El eje de la intervenci¨®n del presidente de los obispos fue una bomba de profundidad contra la democracia sin valores o sin Dios. Suqu¨ªa secund¨® la idea de Dostoievski de que la libertad absoluta conduce al despotismo absoluto. Pero no fue el autor ruso el principal inspirador de las palabras del cardenal. El protagonismo recay¨® en Juan Pablo II: de 46 citas a pie de p¨¢gina del discurso del arzobispo, 37 correspond¨ªan al actual Pont¨ªfice.El esquema utilizado ayer por Suqu¨ªa fue descalificar los extintos sistemas de socialismo real para luego proceder argumentalmente contra las sociedades occidentales, para las que, en esta ocasi¨®n, no utiliz¨® el sin¨®nimo liberalismo. "La ra¨ªz de los males -humanos, morales, culturales, pol¨ªticos y econ¨®micos- del socialismo marxista es, como ha se?alado el Papa, un error de car¨¢cter antropol¨®gico, que tiene su causa principal en el ate¨ªsmo", subray¨® Suqu¨ªa. "La negaci¨®n de la verdad de Dios lleva al totalitarismo", a?adi¨® el cardenal.
De esa negaci¨®n de Dios parecen ser hijas las ideolog¨ªas surgidas de la Ilustraci¨®n, a juzgar por lo dicho por Suqu¨ªa. "Y es que el intento de desarraigar al hombre de la verdad originaria, que funda su dignidad y libertad, no es, patrimonio exclusivo del marxismo, sino que tiene su origen com¨²n de las modernas ideolog¨ªas europeas", asegur¨® el presidente del episcopado.
Anarqu¨ªa moral
No faltaron cr¨ªticas al llamado "pensamiento d¨¦bil", fruto de estas ideolog¨ªas, y al fracaso de la moral laica que "tiende a sofocar la vida, civil entre las luchas de poder y el hedonismo que han invadido todos los ¨®rganos vitales de la sociedad, con la complicidad sumisa de los medios de comunicaci¨®n social y la protecci¨®n complaciente del Estado", a juicio del cardenal. As¨ª, en las sociedades occidentales, si no se llega a la anarqu¨ªa social y pol¨ªtica es "por temor a perder el bienestar material".
Todo ello sucede porque las sociedades occidentales han perdido el referente divino, seg¨²n Suqu¨ªa y el propio Juan Pablo II. "La democracia, m¨¢s que ning¨²n otro r¨¦gimen, tiene necesidad de una s¨®lida base moral", porque, en caso de no existir "una verdad ¨²ltima, las ideas y las convicciones humanas pueden ser instrumentalizadas para fines de poder: una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible y encubierto", dijo el cardenal, sintetizando el pensamiento del Papa polaco. La idea ya hab¨ªa sido anticipada .por la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica espa?ola en el documento La verdad os har¨¢ libres,. sobre la situaci¨®n moral en la sociedad espa?ola, que fue publicado. a finales del pasado a?o. Esta vez, sin embargo, el cardenal no quiso dejar cabos sueltos y que dieron pie a acusaciones de poca fe en la democracia -de que fueron objeto los obispos- por parte de algunos pol¨ªticos. Suqu¨ªa subray¨® ayer que "las cr¨ªticas a la sociedad del bienestar no significan recelo en la democracia, ni van dirigidas tanto contra un sistema econ¨®mico cuanto contra un sistema ¨¦tico cultural".
Y ese sistema es el que, a juicio del cardenal, justifica que "todo aquello que produce satisfacci¨®n es l¨ªcito" y conduce al consumo de droga, expresi¨®n de la falta de "verdad y amor" de la sociedad del bienestar.
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