La confesi¨®n del juez Falcone
El magistrado siciliano escribe desde Roma un tratado sobre la esencia de la Mafia
"Se puede perfectamente tener una mentalidad mafiosa sin ser un criminal", dice Giovanni Falcone, el juez siciliano de 52 a?os famoso por su lucha contra la Mafia, en Cosas de Cosa Nostra, un libro que acaba de sacar al mercado para explicar "la racionalidad de las reglas en que se basa esta organizaci¨®n". Pero la obra es tambi¨¦n un apasionante mapa de la intrincada geograf¨ªa mental de este juez de Palermo -cuna de la Piovra (el Pulpo)-, hoy reciclado en Roma al frente de la Direcci¨®n General de Asuntos Penales, adonde lleg¨® en marzo de este mismo a?o en un trasvase que algunos juzgaron como la demostraci¨®n de que la Piovra era invencible.Sinuoso y sutil, como el paisaje y el tejido social en el que creci¨® hasta los 25 a?os, Falcone comprende la doblez de una Sicilia que "deb¨ªa defenderse del mundo externo", y reconoce que la Mafia es "mucho m¨¢s funcional y eficiente que nuestro Estado". Es la raz¨®n moral la que le separa de los hombres de honor, "pues la Mafia no es una sociedad de servicios que opera en favor de la colectividad, sino una asociaci¨®n de ayuda mutua que act¨²a a costa de la sociedad civil y en beneficio exclusivo de sus miembros".
Una ni?ez impregnada de "violencia, extorsiones, asesinos", mientras la cultura institucional negaba la evidencia de una Mafia omnipresente, le hizo desarrollar la percepci¨®n de que "en el mundo de la Cosa Nostra todo es mensaje, todo est¨¢ cargado de significado, no existen detalles despreciables".
Recuerda, por ejemplo, c¨®mo el arrepentido Tomasso Buscetta le dijo en un interrogatorio: "Acept¨¦ ayer sus cigarrillos porque el paquete estaba abierto. Un paquete cerrado hubiera significado que usted quer¨ªa humillarme". Y afirma que el magistrado que no tenga esa capacidad para emitir y recibir se?ales corre grave riesgo al adentrarse en el mundo de los mafiosos.
?l tampoco puede sentirse a salvo. Durante la instrucci¨®n del famoso maxiproceso de Palermo, en el que gracias a las declaraciones de Buscetta puso en el banquillo a 400 mafiosos, se insinu¨® que Falcone colaboraba con una parte de la Mafia para eliminar a otra, y el juez lanza ahora un mensaje preventivo: "Mis actas est¨¢n a la vista de todos, y desaf¨ªo a cualquiera a que descubra cualquier tipo de irregularidad".
Marcelle Padovani, la periodista que ha elaborado Cosas de Cosa Nostra a partir de 20 horas de conversaciones con Falcone, califica de fascinaci¨®n esta peculiar interiorizaci¨®n del mundo de la delincuencia siciliana por parte del juez que m¨¢s la ha combatido. Por su parte, Falcone describe a los mafiosos como "cardenales de una Iglesia", y a?ade que de ese mundo cerrado no logran salir ni siquiera los arrepentidos.
?l mismo, hereje irreductible de esa religi¨®n, "mucho menos ben¨¦vola que la cat¨®lica", parece resignado a una comuni¨®n cuando declarda Padovani: "Mi cuenta con la Cosa Nostra sigue abierta. S¨®lo la saldar¨¦ con mi muerte, natural o menos". Giovanni Falcone ya sufri¨® un atentado de bomba el 21 de junio de 1989 mientras estaba en una playa considerada inexpugnable. "La Mafia ha decidido matarme, lo que no ha decidido todav¨ªa es el momento", ha declarado el juez en m¨¢s de una ocasi¨®n.
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