"Madrid fue el comienzo de una nueva era"
Pregunta. ?Llegar a las conversaciones de paz no le convenci¨® [al presidente sirio] de que ¨¦sa era su intenci¨®n?Respuesta. No exactamente. ,Nunca dijo paz con Israel. Nunca lo dijo, y no se muestra muy entusiasta en lo que respecta al t¨¦rmino paz. Prefiere hablar de "acuerdo".
P. Su vida entera ha estado dedicada a establecer el Estado israel¨ª en Oriente Pr¨®ximo y despu¨¦s a alcanzar seguridad y reconocimiento. Bajo estas circunstancias, ?pudo usted discutir sus puntos de vista y sus sentimientos cuando se sent¨® p¨²blicamente por primera vez con representantes de sus vecinos ¨¢rabes en el Palacio Real de Madrid? ?Tuvo usted sensaci¨®n de historia?
R. Para m¨ª fue el comienzo de una nueva era. Nunca debemos ignorar el hecho de que, en esta regi¨®n, se dej¨® que ¨¢rabes y jud¨ªos tuvieran que vivir juntos, y si ¨¦ste es el veredicto, entonces tienen que vivir en paz los unos con los otros. Y nuestra tarea consiste en encontrar una f¨®rmula pol¨ªtica para esta coexistencia. Y estoy seguro de que la encontraremos en el marco de este proceso de paz que se inici¨® en Madrid, o en otro marco. Pero tenemos que trabajar para conseguirlo.
P. Se dice que hace unos d¨ªas usted hizo una declaraci¨®n a algunos colonos; mencion¨® que Israel apoyar¨ªa la expansi¨®n de os asentamientos actuales, pero no mencion¨® nuevos asentamientos. Eso llev¨® a algunos a interpretar que usted puede estar considerando interrumpir la instalaci¨®n de nuevos asentamientos. ?Hay algo de cierto en esto?
R. ?sa no era mi intenci¨®n. Palabras de aliento y bendici¨®n... no es una forma de hacer declaraciones pol¨ªticas, y todo el mundo conoce mis creencias, y tomando nota de ello deben sentarse y negociar.
P. ?ste parece ser el momento de fomentar la confianza. ?Qu¨¦ medidas unilaterales por parte de los ¨¢rabes ser¨ªan las que m¨¢s convencer¨ªan a Israel de que los ¨¢rabes desean la paz?
R. Tienen que decir que desean la paz con nosotros. No una paz general, una paz te¨®rica, abstracta. Tienen que decir que desean la paz con Israel, con el pueblo de Israel, con el Estado de Israel.
Saben, recuerdo la forma en que el difunto presidente egipcio Anuar el Sadat expresaba este mismo deseo suyo en nombre de Egipto. Y todo el mundo en Israel confiaba en ¨¦l.
P. Desde el lado ¨¢rabe, cuando hablan de las medidas que Israel podr¨ªa adoptar para ayudar a construir esta confianza, hablan primero de los asentamientos.
R. Bien, es una cuesti¨®n de negociaciones. No puedes traer y proponer todo en la agenda de las negociaciones. He dicho varias veces que los asentamientos constituyen parte del programa territorial, y el programa territorial es parte importante de nuestro conflicto. Es un hecho. Nadie podr¨ªa ignorarlo. Tenemos un conflicto, existe un conflicto entre Israel y los ¨¢rabes y el mundo ¨¢rabe. Y una parte importante del conflicto es el tema territorial. D¨¦jennos negociarlo.
P. Aparte de esos temas en los que las negociaciones son necesarias, ?existen acciones unilaterales que Israel debiera adoptar para demostrar su buena fe?
R. En primer lugar, no creo que debamos iniciar medidas unilaterales. Creo que tenemos que llegar a un entendimiento sobre compromisos vinculantes para ambas partes. Y como resultado de este entendimiento, decidir y acordar las medidas apropiadas.
P. ?Puede dar un ejemplo tangible de un entendimiento? ?Interrumpir¨ªa usted los asentamientos?
R. No es una cuesti¨®n de asentamientos; es una cuesti¨®n de los l¨ªmites de las fronteras. Y en el momento en que lleguemos a un acuerdo sobre los l¨ªmites, nadie hablar¨¢ de los asentamientos, porque, si se reconoce el derecho de una parte a su territorio, est¨¢ claro que tiene el derecho a hacer lo que desee en este territorio.
P. Lo que es como decir que los asentamientos en los denominados territorios ocupados no es un tema que le preocupe.
R. No reconocemos ni aceptamos el t¨¦rmino "territorios ocupados". Nunca hemos ocupado territorios. Nunca hemos ocupado territorios de un pa¨ªs extranjero. Nunca hubo un pa¨ªs palestino en Oriente Pr¨®ximo. Por tanto, nunca hemos ocupado territorios que no nos pertenecieran. La cuesti¨®n es a qui¨¦n pertenece esta tierra. En el momento que se alcance un entendimiento sobre ello, no se hablar¨¢ para nada de los asentamientos.
P. Entonces, ?de qu¨¦ hay que hablar con los palestinos? Si no hay fronteras, no pueden llegar a un acuerdo sobre fronteras con Israel.
R. Tienen algunas pretensiones. Dej¨¦mosles expresarlas. Pero no debemos olvidar que, en la primera etapa de nuestras negociaciones con ellos, s¨®lo nos dejaron discutir el problema de la autonom¨ªa, del autogobierno, para la poblaci¨®n palestina que vive bajo nuestro control, nuestro gobierno. Y tienen ustedes raz¨®n. No habr¨¢ ninguna cuesti¨®n sobre fronteras.
El problema de la tierra
P. ?Existe alguna raz¨®n para que no resultara aceptable para usted la utilizaci¨®n de la tierra como algo que los palestinos pudieran hacer de acuerdo con sus reglas?
R. Bien, no creo que tenga que comenzar ahora las negociaciones con ustedes. Y, saben, gran parte de esto, de todas estas cuestiones, se trat¨® en el Acuerdo de Camp David, en las negociaciones de hace 12 a?os. O menos, en 1982. Incluso en 1981. Incluso los ¨¢rabes palestinos aceptar¨¢n todo lo que sus predecesores, los egipcios, han aceptado. Si ellos aceptaron, nosotros tambi¨¦n podemos aceptarlo.
P. En Madrid, los palestinos adoptaron un tono relativamente moderado respecto a las negociaciones y entonces vimos im¨¢genes de j¨®venes palestinos en CisJordania y en Gaza lanzando ramas de olivo en lugar de piedras sobre los jeeps del Ej¨¦rcito israel¨ª. ?Qu¨¦ opina de esta aparente moderaci¨®n palestina en t¨¦rminos de perspectivas de paz?
R. Bueno, no s¨¦ si es moderaci¨®n o no. En cualquier caso, todo lo que no sea violencia es mejor que la violencia. Y dir¨¢ mucho a favor de los palestinos si interrumpen todo tipo de violencia. Pero ¨¦se es su problema.
P. ?Influir¨ªa eso en la opini¨®n p¨²blica israel¨ª o en la postura del Gobierno en las negociaciones?
R. Puede ser. Pero no s¨¦ lo que estamos pidiendo ahora, en el marco de estas negociaciones. Lo estamos pidiendo, como Gobierno, al pueblo que vive bajo su control. No utilizar la violencia va en su propio inter¨¦s, porque todas est¨¢s cuestiones violentas son in¨²tiles. Y yo creo que ya tienen, que ya han tenido, suficiente tiempo para llegar a esta conclusi¨®n; que Israel no se dejar¨¢ impresionar por ninguna acci¨®n violenta en su contra.
P. Hasta un 86% de los americanos apoy¨® al presidente Bush en su decisi¨®n de retrasar el estudio de la concesi¨®n de avales de pr¨¦stamo de 10 billones de d¨®lares que busca Israel para acoger a los inmigrantes jud¨ªos sovi¨¦ticos. ?Preocupa esto a Israel?
R. No podemos implicarnos en los problemas americanos. Tenemos nuestras propuestas, nuestras aspiraciones. Y tanto el presidente de Estados Unidos como el Congreso saben que necesitamos esta ayuda para la absorci¨®n de nuestros inmigrantes.
P. Las cifras demuestran que la inmigraci¨®n sovi¨¦tica ha descendido este a?o. ?Va a suponer esto que sea m¨¢s dificil conseguir los 10 billones de d¨®lares?
R. No. No es una cuesti¨®n de cifras; es m¨¢s una cuesti¨®n de principios. Porque la inmigraci¨®n es considerable -10.000 personas al mes, lo que supone 120.000-150.000 al a?o para un pa¨ªs peque?o como el nuestro-, es una inmigraci¨®n muy elevada.
P. Un libro nuevo, La opci¨®n Sans¨®n, hace acusaciones referentes al programa nuclear militar israel¨ª y la reserva que ensombrece las relaciones Estados Unidos-Israel. ?Tiene alg¨²n comentario que hacer?
R. No he le¨ªdo estos libros. Son simples mentiras.
Copyright 1991, Los Angeles Times. Distribuido por Los Angeles Times Syndicate.
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