Seguridad en Asia
REFORZAR LA tradicional alianza con Jap¨®n, mejorar las relaciones con China corriendo un tupido velo sobre la represi¨®n de Tiananmen en 1989 y presionar diplom¨¢ticamente para que el dictador de Corea del Norte renuncie a la bomba at¨®mica fueron lostres objetivos esenciales del reciente viaje del secretario de Estado de EE UU, James Baker, por la regi¨®n. Tambi¨¦n, asistir al F¨®rum de Cooperaci¨®n Econ¨®mica Asia-Pac¨ªfico, que se ha reunido este a?o en Se¨²l.En Tokio, la estancia de Baker fue placentera. El renovado equipo gubernamental, con el nuevo jefe de Gobierno, Miyazawa, y el ministro de Asuntos Exteriores, Watanabe, est¨¢ dispuesto a impulsar la presencia japonesa en la pol¨ªtica internacional, incluso con la participaci¨®n de tropas niponas en acciones pacificadoras de la ONU. Sin embargo, Miyazawa choca con una fuerte oposici¨®n interior y no es seguro que obtenga el apoyo parlamentario suficiente. El problema m¨¢s serio se plantea en otros pa¨ªses asi¨¢ticos. Incluso entre los aliados m¨¢s fieles de EE UU, como Corea del Sur, existen fuertes reservas ante un mayor activismo japon¨¦s, sobre todo con fuerzas militares aunque est¨¦n encuadradas en la ONU. Estados Unidos empuja a Jap¨®n a elevar su presupuesto militar, pensando quiz¨¢ en que podr¨¢ aligerar as¨ª sus propios compromisos en Asia.
En Pek¨ªn, las discusiones de Baker han sido particularmente duras. En dos cuestiones que EE UU considera primordiales -la venta de armas peligrosas para la estabilidad internacional a determinados pa¨ªses, y el d¨¦ficit de EE UU en su comercio con China-, Baker obtuvo resultados que considera positivos. En cambio, en ¨¦l tema de los derechos humanos y la represi¨®n contra los dem¨®cratas, el Gobierno chino no ha dado ning¨²n paso relevante.
En cuanto a la amenaza que representan las instalaciones nucleares del dictador Kim II Sung, los esfuerzos de Baker han tendido a lograr que Jap¨®n, la URSS y China presionen, con EE UU, sobre Corea del Norte. En realidad, despu¨¦s de las promesas de Bush del 29 de septiembre de retirar las armas nucleares de Corea, existe una base para que dicha pen¨ªnsula se convierta en zona desnuclearizada. Es imprescindible que Corea del Norte, que adem¨¢s ha firmado el Tratado de No Proliferaci¨®n, acepte -como hacen todos los f¨ªrmantes- las inspecciones de la Agencia, de la Energ¨ªa At¨®mica de Viena.
En todo caso, la amenaza representada por los planes nucleares de Corea del Norte acent¨²a la necesidad de constituir un sistema para proteger laseguridad de la zona. Estados Unidos siempre se ha opuesto a propuestas de ese g¨¦nero bas¨¢ndose en la presencia de sus Fuerzas Armadas y en la alianza con Jap¨®n, pero ahora la situaci¨®n es completamente distinta y Washington prepara la retirada de parte de sus tropas. Recientemente, Canad¨¢ ha propuesto una conferencia de seguridad del Pac¨ªfico norte, con las dos Coreas, China, EE UU, URSS y Jap¨®n. Australia ha hecho otra propuesta abarcando una zona m¨¢s amplia. Estados Unidos no podr¨¢ prolongar mucho tiempo su indecisi¨®n ante el problema del sistema de seguridad que Asia requiere.
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