Comienza en Santander el juicio contra el 'asesino de ancianas'
Hoy comienza en la Audiencia Provincial de Santander la vista oral del juicio contra Jos¨¦ Antonio Rodr¨ªguez Vega, a punto de cumplir 34 a?os de edad, conocido como el asesino de ancianas, a quien el ministerio fiscal imputa 16 asesinatos y otras tantas agresiones sexuales y para quien pide 432 a?os de prisi¨®n y 80 millones de indemnizaci¨®n para los herederos de sus v¨ªctimas.
Los psiquiatras le consideran un psic¨®pata desalmado, un pervertido sexual m¨²ltiple y un sujeto peligroso para la sociedad, capaz de cometer en el futuro los mismos cr¨ªmenes por los que ahora ser¨¢ condenado; un tipo perteneciente, seg¨²n K?gler, -citado en el informe psiqui¨¢trico- a ese grupo de "naturalezas humanas aceradas, que andan sobre cad¨¢veres y cuyos fines no necesitan ser ego¨ªstas, sino que pueden responder a ideales".En pol¨¦mica con un articulista prensa que se hab¨ªa referido a ¨¦l, aunque sin nombrarle, Rodr¨ªguez Vega se entretuvo en su celda de la c¨¢rcel provincial en redactar tres p¨¢ginas que envi¨® al peri¨®dico, ilustradas con un poema, en las que se ufanaba de la precocidad de su vida sexual, dejando bien claro que no se considera un asesino. "A los ocho a?os de edad ya sab¨ªa sembrar legumbres, tener relaciones con mujeres, tener ilusi¨®n por Ia vida; a los 13 ya hab¨ªan pasado por mi vida cinco mujeres, sin contar las anteriores, mucho mayores que yo. A los 15, ya sab¨ªa hacer paredes y muchas m¨¢s cosas", escribi¨® Rodr¨ªguez.
Agresiones sexuales
La gerontofilia y sus irresistibles impulsos sexuales le indujeron a lo largo del periodo m¨¢s tenebroso de su vida, que comenz¨® en abril de 1987 y se prolong¨® durante 12 meses, a cometer, seg¨²n el ministerio fiscal, 16 asesinatos de ancianas que viv¨ªan solas y cuya confianza se ganaba con su locuacidad al ofrecerles sus servicios para la realizaci¨®n de diversas tareas de car¨¢cter dom¨¦stico, desde poner un azulejo hasta ajustar el aparato de televisi¨®n. La de menor edad, una prostituta con la que ya se hab¨ªa acostado varias veces, ten¨ªa 61 a?os, y la m¨¢s anciana, 92. Las 16 sucumbieron de la misma forma, asfixiadas por las fornidas manos de Rodr¨ªguez Vega; las muertes sobrevinieron en todos los casos por asfixia, edema pulmonar y parada card¨ªaca. El fiscal le acusa adem¨¢s de haber agredido sexualmente a sus vict¨ªmas.La alarma cundi¨® en la ciudad en la primavera de 1987 cuando tres mujeres de edad aparecieron muertas en sus camas aparentemente de forma natural. Sin embargo, se revel¨® que una de ellas hab¨ªa sufrido lesiones.
La polic¨ªa comenz¨® entonces a revisar el archivo de s¨¢dicos y violadores y fue entonces cuando apareci¨® la ficha de Rodr¨ªguez Vega, condenado por violaci¨®n en 1979 a 15 a?os de c¨¢rcel y puesto en libertad condicional en diciembre de 1987. Un psiquiatra y un soci¨®logo consultados para encauzar la investigaci¨®n hab¨ªan trazado el retrato robot: el asesino deb¨ªa llevar una vida normal y se ganaba f¨¢cilmente la confianza y simpat¨ªa de sus v¨ªctimas. Cuando el 19 de abril fue detenido en su piso, la polic¨ªa hall¨® m¨²ltiples objetos de escaso valor hurtados a las ancianas y que sus herederos reconocieron.
Rodr¨ªguez Vega manifiesta haber tenido una infancia complicada, hijo de un hombre muy trabajador, pero aficionado a la bebida, y de una madre de car¨¢cter autoritario. Nunca, consumi¨® sustancias t¨®xicas y su capacidad de juicio y raciocinio son, seg¨²n los psiquiatras que estudiaron su personalidad, completamente normales. Es capaz de distinguir entre lo que es l¨ªcito y aquello que no lo es y carece del sentimiento de la compasi¨®n.
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