Cr¨ªtico y corresponsal
Alg¨²n profesor habr¨¢ de determinar alg¨²n d¨ªa, si es que ello es posible, qu¨¦ deuda tiene La voz a ti debida, escrita en la dificil¨ªsima segunda persona del singular ("?Si me llamaras, s¨ª, si me llamaras!") con los varios miles de cartas que escribi¨® Salinas a lo largo de su vida y que, como la correspondencia de Flaubert, pueden suponer una aproximaci¨®n ¨²nica al hombre y su obra. A su mujer, Margarita Bonmat¨ª; a los intelectuales de su ¨¦poca; a Jorge Guill¨¦n, correspondencia esta ¨²ltima que, a juzgar por lo que dicen los estudiosos de ella, como Andr¨¦s Soria, constituye un gran documento, no s¨®lo sobre una amistad, sino sobre el exilio espa?ol. Soria es uno de los especialistas que participan esta semana en un Curso Internacional sobre Salinas, en su centenario, que organiza la Universidad de Murcia.La correspondencia de Salinas, dice Soria, "sorprende de forma notable porque el poeta se revela como un epistol¨®grafo (corresponsal) magn¨ªfico. Las cartas suponen una regi¨®n aut¨®noma y sustantiva en su obra".
Amigos, colegas e incluso c¨®mplices que se sustitu¨ªan mutuamente en cargos docentes, Salinas y Guill¨¦n sostienen a lo largo de los a?os un di¨¢logo en m¨¢s de 2.000 cartas, a raz¨®n de dos o tres al mes, que se convierte en hist¨®rico cuando Salinas le cuenta a Guill¨¦n, residente entonces en Cambridge, la cr¨®nica de la ca¨ªda de la Monarqu¨ªa, o, despu¨¦s de la Guerra Mundial, su decepci¨®n por la inhibici¨®n de los aliados con Espa?a o su angustia por la bomba at¨®mica.
Discreto
Salinas escribi¨® poes¨ªa, ensayo, narrativa y teatro, en una obra conocida por ese orden. Hay quien subraya su valor como ensayista. Seg¨²n Francisco Brines, poeta de la Generaci¨®n del Medio Siglo, ten¨ªa la mayor capacidad cr¨ªtica del 27. Adem¨¢s de sus ensayos sobre Rub¨¦n Dar¨ªo o Manrique, sus recensiones de libros suponen un modelo, por su tono original, ajeno al academicismo, y su precisi¨®n en la brevedad.
Jaime Salinas recuerda que cuando lleg¨® a Espa?a, en mitad de los cincuenta, el momento de Salinas hab¨ªa pasado y se le¨ªa a Machado, por un lado, y a los poetas sociales.
Brines observa que "no se le supo ver en el momento en que estaba en auge la poes¨ªa social. Entonces se le estim¨® como exiliado, aunque se le tachaba de burgu¨¦s. Lo cierto es que su poes¨ªa habla de ecologismo, pacifismo y feminismo, al cantar a una mujer intelectualmente igual que el hombre. Hablaba desde una verdad suya personal. Era un adelantado". Casi todos los grandes poetas del 27 han tenido el pleno reconocimiento debido a su obra, comenta Brines. Es justo que Salinas tenga ahora el suyo.
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