Los beneficios empresariales cayeron un 30% en 1990, el peor ejercicio desde que el PSOE lleg¨® al Gobierno
Las empresas son las que m¨¢s han notado los efectos de la pol¨ªtica de enfriamiento econ¨®mico iniciada a mediados de 1989, seg¨²n los datos de la Central de Balances del Banco de Espa?a. El a?o pasado fue as¨ª su peor ejercicio en cuanto a producci¨®n, resultados econ¨®micos y capacidad de financiaci¨®n. El Banco de Espa?a, adem¨¢s, considera que "los s¨ªntomas de recuperaci¨®n son d¨¦biles y escasos", por lo que prev¨¦ que el crecimiento econ¨®mico se situar¨¢ el pr¨®ximo a?o por debajo del 3%. Esa "debilidad" -seg¨²n fuentes cercanas al Banco de Espa?a- obedece a que "la desaceleraci¨®n ha tenido un escaso impacto en los precios y se ha traducido en un deterioro de los beneficios empresariales y un empeoramiento de su situaci¨®n financiera".
Las empresas espa?olas atravesaron en 1990 su peor a?o desde 1982, seg¨²n el avance de resultados de la Central de Balances del Banco de Espa?a que se hizo p¨²blico ayer sin la tradicional presentaci¨®n multitudinaria que patrocinaba la Asociaci¨®n para el Progreso de la Direcci¨®n (APD).El valor a?adido bruto -como medida de la producci¨®n global de las empresas- creci¨® s¨®lo un 6,4% el a?o pasado, mientras que el crecimiento medio desde 1982 superaba el 10%; los beneficios brutos empresariales pr¨¢cticamente no crecieron nada en 1990; sus resultados despu¨¦s de impuestos cayeron casi un 32%, y los fondos destinados a autofinanciaci¨®n de las inversiones tambi¨¦n se redujeron en pr¨¢cticamente un 11%.
M¨¢s morosos
La estructura comparada del balance de las empresas que voluntariamente facilitan datos a la Central de Balances muestra un claro empeoramiento de su situaci¨®n financiera. En el activo, la partida de clientes ha experimentado un fuerte aumento que -seg¨²n el an¨¢lisis del banco emisor- viene empujado por el crecimiento del n¨²mero de morosos y las operaciones pendientes de pago.
En el pasivo, en cambio, se ha reducido considerablemente el patrimonio neto de las empresas y, a cambio, ha aumentado su endeudamiento con bancos y cajas, as¨ª como el impacto de otros pr¨¦stamos, entre los que destacan los pagar¨¦s de empresa y los fondos de pensiones. El empleo se resinti¨® del impacto del enfriamiento en mucha mayor medida que la remuneraci¨®n de los que han conseguido mantener su puesto de trabajo.
Sin embargo, la remuneraci¨®n total de los trabajadores empleados creci¨® durante el a?o 1990 un 11%, una tasa s¨®lo superada en 1982 y 1989 dentro del periodo de comparaci¨®n. El empleo, en cambio, s¨®lo aument¨® un 1%, mucho menos que el 3,2% registrado en el ejercicio anterior.
Esta "desaceleraci¨®n" en el crecimiento del empleo se ha acentuado este a?o, tal y como muestran los ¨²ltimos datos de la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA). Seg¨²n el an¨¢lisis del Banco de Espa?a esta "insensibilidad" de los salarios al empeoramiento de las condiciones econ¨®micas es la principal causa del retraso en la reactivaci¨®n.
El reparto de la producci¨®n de las empresas (su valor a?adido bruto) entre los gastos de personal y su resultado bruto de explotaci¨®n es, seg¨²n los an¨¢lisis del banco emisor, el mejor reflejo de esta situaci¨®n. En concreto, el reparto de la tarta asign¨® el 59,2% del valor a?adido empresarial a los gastos de personal frente a un 40,8% que pas¨® a engrosar el resultado de explotaci¨®n.
Este mismo esquema se produjo en el a?o 1984, pero la recuperaci¨®n econ¨®mica que se inici¨® entonces estuvo acompa?ada de una ca¨ªda de la participaci¨®n de los trabajadores en la producci¨®n empresarial. El punto m¨ªnimo se produjo durante 1988, precisamente el a?o donde se alcanz¨® el m¨¢ximo crecimiento econ¨®mico.
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