110.000 personas han solicitado legalizar su situaci¨®n a tres d¨ªas de que termine el plazo

La afluencia de inmigrantes deseosos de regularizar su situaci¨®n en Espa?a ha aumentado de forma considerable en los ¨²ltimos d¨ªas, a medida que se agota el plazo. 110.000 aproximadamente, han presentado ya la solicitud y los papeles. Doscientos funcionarios de la Direcci¨®n General de Migraciones est¨¢n dedicados en exclusiva a ultimar el largo y complicado proceso, abierto hace meses para legalizar a los emigrantes que hasta ahora estaban en situaci¨®n ilegal. Los extranjeros deben reunir solamente tres requisitos aparentemente sencillos: pasaporte en regla, acreditar que llegaron a Espa?a antes del 15 de mayo y disponer de un contrato de trabajo o "presentar un proyecto viable" para un negocio propio.Desde el pasado lunes, las cerca de 70 oficinas habilitadas en toda Espa?a para recibir las solicitudes han estado funcionando de forma continua en turnos de ma?ana y tarde. Las oficinas permanecer¨¢n abiertas hasta las doce de la noche del pr¨®ximo d¨ªa 10, ¨²ltimo h¨¢bil para entregar la documentaci¨®n, seg¨²n ha informado el director general de Migraciones, Raimundo Arag¨®n Bomb¨ªn.

La mitad, marroqu¨ªes

Entre los 110. 000 que han decidido seguir el consejo oficial de "sal a la luz, ponte en regla", casi la mitad son de nacionalidad marroqu¨ª, seguidos a muy larga distancia por dominicanos, argentinos, senegales, chinos, peruanos, filipinos y polacos. La tercera parte de estos extranjeros reside en Madrid, seg¨²n el Ministerio del Interior. El Gobierno, tras estudiar caso a caso, est¨¢ entregando a diario una media de 1.100 tarjetas con el visto bueno a otros tantos peticionarios de legalizaci¨®n.

"En la ¨²ltima semana se ha producido una avalancha de solicitantes muy notable", se?ala Arag¨®n Bomb¨ªn, quien a?ade que "son las consecuencias perversas del efecto llamada". En este c¨²mulo de solicitudes se ha advertido gran cantidad de irregularidades y falsificaciones. Algunas personas intentan aprovechar el barullo para colar su documentaci¨®n, con la esperanza de legalizar su estancia en Espa?a aun a sabiendas de que no cumplen los requisitos.

En el proceso de regularizaci¨®n que se llev¨® a cabo en Espa?a durante nueve meses de los a?os 1985 y 1986 s¨®lo se tramitaron 40.000 solicitudes. Por el contrario, el proceso que ahora termina ha desbordado todas las previsiones iniciales de la Administraci¨®n, que cifraba entre 60.000 y 90.000 los extranjeros que podr¨ªan salir a la luz. El director general de Migraciones, Raimundo Arag¨®n, opina que el ¨¦xito se debe a que "ha sido un proceso cre¨ªble" y a que la tramitaci¨®n se ha hecho por v¨ªa laboral y no por conducto policial. "No es lo mismo ir a una oficina de trabajo que ir a una comisar¨ªa", agrega Arag¨®n.

Organizaciones no gubernamentales (ONG) estiman que en nuestro pa¨ªs hay alrededor de 294.000 extranjeros ilegales, por lo que deducen que muchos de ellos no podr¨¢n arreglar su situaci¨®n. Pero el director general de Pol¨ªtica Interior, Fernando Puig de la Bellacasa, opina que "s¨®lo se van a quedar fuera los delincuentes y los mendigos".

Tanto el Ministerio del Interior como el de Trabajo est¨¢n muy satisfechos de la colaboraci¨®n prestada por las organizaciones sindicales y religiosas, que han ayudado a miles de extranjeros a llevar a cabo la tramitaci¨®n y han avalado sus peticiones. No obstante, otros muchos inmigrantes han presentado su solicitud de forma individual o apoyados por sus propios patronos. "Yo he visto en m¨¢s de una ocasi¨®n c¨®mo el capataz de una obra, por ejemplo, tra¨ªa en una furgoneta a sus obreros para que pudieran presentar la documentaci¨®n", relata Raimundo Arag¨®n.

La Asociaci¨®n de Trabajadores e Inmigrantes Marroqu¨ªes en Espa?a (ATIME) y otras organizaciones han realizado movilizaciones para pedir una pr¨®rroga del proceso de regularizaci¨®n, debido a que muchos extranjeros no han podido reunir todav¨ªa los papeles requeridos. El Gobierno ha zanjado la cuesti¨®n y asegura que el pr¨®ximo martes es el ¨²ltimo d¨ªa. No hay pr¨®rroga.