Guerrilla y elecciones

LOS ENFRENTAMIENTOS militares entre el Ej¨¦rcito argelino y las guerrillas integristas han producido, hasta la fecha, 26 muertos entre los miembros de un autodenominado y desconocido Frente Armado Isl¨¢mico por una baja en las Fuerzas Armadas. La versi¨®n oficial indica que con la ¨²ltima operaci¨®n militar la guerrilla ha quedado desarticulada. Sin duda ser¨¢n los pr¨®ximos comicios generales del 26 de diciembre, en el supuesto de que el integrista Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (FIS) opte por presentarse, los que legitimen la capacidad de convocatoria de quienes desde la fe religiosa se oponen al sistema pol¨ªtico. El ministro de Defensa del Gobierno reformista de Gozafi, por su parte, ha se?alado al FIS como c¨®mplice %ndirecto" de los ataques. Aunque no parecen existir pruebas de la implicaci¨®n del movimiento, varios miembros de la guerrilla hab¨ªan militado en dicha formaci¨®n.Estos choques sangrientos deben situarse inmersos en la campa?a electoral iniciada el 5 de diciembre y cuya primera vuelta se realizar¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 26. Es dificil saber los motivos por los que un grupo integrista se lanza a una serie de operaciones militares pero es evidente que al Gobierno de Gozali le conviene presentar al FIS vinculado a una violencia que, l¨®gicamente, rechaza la poblaci¨®n. No se debe olvidar que en el pasado junio las movilizaciones populares integristas alcanzaron tal amplitud que el Gobierno decidi¨® aplazar las elecciones. El plan gubernamental era apoyarse en el voto ciudadano para superar la dictadura del Frente de Liberaci¨®n Nacional pero sin caer por ello bajo un nuevo totalitarismo: el de los fan¨¢ticos del Islam.

Desde entonces, el Gobierno de Gozali, con el apoyo del Ej¨¦rcito, ha utilizado medidas represivas contra el FIS -mientras liberalizaba la vida pol¨ªtica en general- para tratar de minimizar sus resultados. Los dos principales l¨ªderes del FIS, Madani y Benhadj, fueron encarcelados bajo la acusaci¨®n de organizar la subvervi¨®n contra el orden establecido. Ahora dudan entre el boicoteo electoral y la presentaci¨®n de c¨¢ ndidatos. ¨²ltimamente el integrismo parece haber perdido simpatizantes a tenor de la menor asistencia a sus manifestaciones. Al mismo tiempo se enfrenta con movimientos, como el de Ben Bella, que antes parec¨ªan aceptar su hegemon¨ªa. Un cuadro confuso en el que el Ej¨¦rcito y los integristas parecen haber asumido el protagonismo de la violencia en una sociedad que vive v¨ªsperas electorales.