Con la venganza no se consigue nada
Un personaje de una de las novelas policiacas de John le Carr¨¦ dec¨ªa de los norteamericanos que trabajan en la clandestinidad: "Quieren resultados. Pero no puede haberlos, lo sabe todo el mundo. Cuantos m¨¢s fan¨¢ticos se mate, m¨¢s va a haber".Thomas Sutherland y Terry Waite acaban de salir de las mazmorras de Beirut, reino de los fan¨¢ticos. Uno de estos iluminados le dec¨ªa el lunes a Waite mientras le desencadenaba: "Le pedimos disculpas por haberle capturado. Ahora nos damos cuenta de que no deb¨ªamos haberlo hecho, de que manteniendo a personas como rehenes no se consigue que se cumpla ning¨²n objetivo constructivo". Probablemente, Waite, como cristiano, encontr¨® en su coraz¨®n la forma de aceptar esa disculpa.
La Yihad Isl¨¢mica, grupo que reten¨ªa a Terry Waite y a Thomas Sutherland, ten¨ªa un motivo concreto para secuestrarlos, al mismo tiempo que cumpl¨ªa el objetivo m¨¢s general de ponerle las cosas dif¨ªciles a Estados Unidos y al Reino Unido, Gran Sat¨¢n y Peque?o Sat¨¢n, respectivamente, por su apoyo a Israel y al ¨²ltimo de los monarcas de Ir¨¢n.
Su objetivo era la liberaci¨®n de l7 de sus miembros que se encontraban prisioneros en Kuwait, tras haber cometido atentados en ese pa¨ªs por la causa de la liberaci¨®n isl¨¢mica. En el transcurso de los tratos infinitamente complejos que se ven¨ªan sucediendo desde -hac¨ªa cinco a?os acerca de los civiles detenidos en Beirut, los aviadores israel¨ªes en manos de los palestinos o de los libaneses, y los libaneses y palestinos atrapados en prisiones y campos de concentraci¨®n israel¨ªes, algo hizo pensar a los dirigentes de la Yihad que exist¨ªa la posibilidad de que se liberase a sus miembros en Kuwait.
Est¨¢ claro que cre¨ªan que, de esta manera, iban a poder comprar un trato de favor para sus prisioneros. Robert Fisk, del diario The Independent de Londres, declar¨® que se recurri¨® a ¨¦l para llevar al L¨ªbano una serie de cartas personales de algunos de los prisioneros a sus familias. Pero la negociaci¨®n, si es que lleg¨® a existir, fue un fracaso.
Todo esto se desarrollaba al mismo tiempo que la farsa del Irangate, y todo el mundo sabe que Terry Waite, inocentemente o no, hab¨ªa estado relacionado con el teniente coronel Oliver North. Por tanto, los secuestradores, desde su punto de vista y seg¨²n le hab¨ªan explicado a Waite, ten¨ªan un "objetivo constructivo".
Pero en este caso Estados Unidos persegu¨ªa un objetivo constructivo cuando bombarde¨® Libia en 1986, en represalia por una explosi¨®n en un cabaret de Berl¨ªn, provocada por agentes libios y que le cost¨® la vida a varios norteamericanos. Ese ataque a¨¦reo constitu¨ªa al mismo tiempo la respuesta a la generosa financiaci¨®n por parte del coronel Gaddafl de grupos terroristas antioccidentales.
Los estadounidenses consideraron cumplido su objetivo al mostrarse el coronel, a ra¨ªz de aquello, m¨¢s tranquilo o m¨¢s prudente. Pero ahora Estados Unidos y el Reino Unido afirman que los libios estuvieron detr¨¢s de la explosi¨®n del vuelo 103 de Pan Am sobre Lockerbie, Escocia, en 1988. Destacadas autoridades libias podr¨ªan estar implicadas, entre ellas el cu?ado del coronel Gaddafi, de aceptarse los resultados de una investigaci¨®n desarrollada simult¨¢neamente por los franceses acerca de la destrucci¨®n de un avi¨®n de pasajeros franc¨¦s sobre el S¨¢hara unos meses mas tarde.
Francia ha cursado ¨®rdenes de detenci¨®n internacionales contra estos funcionarios libios. El atentado contra el avi¨®n de Pan Am, seg¨²n fuentes dignas de cr¨¦dito, fue una represalia por el bombardeo estadounidense sobre Libia y por el derribo por parte de la Marina norteamericana de un avi¨®n de pasajeros iran¨ª durante los ¨²ltimos meses de la guerra entre Ir¨¢n e Irak.
Y as¨ª sucesivamente: "ojo por ojo", como ordenaba el c¨®digo de Hammurabi hace 4.000 anos, convertido en norma para los enfrentamientos en Oriente Pr¨®ximo desde entonces, Israel es escrupulosamente fiel a esta ley, aunque es discutible si esto ha constituido un ¨¦xito. Son muchos los que recomendar¨ªan ahora a Estados Unidos que saque un par de ojos en Oriente Pr¨®ximo en venganza por el atentado contra el avi¨®n de Pan Am.
Quiz¨¢ sea cierto que exigir el "ojo por ojo" sea la conducta inevitable en estos casos, ya que nadie es capaz de dar con una alternativa ¨²til, y la prensa y la opini¨®n p¨²blica exigen que se tomen medidas.
No obstante, los resultados no han sido excesivamente brillantes. Mueren personas que no tienen nada que ver mientras que los principales responsables (digamos Sadam Husein) siguen estando c¨®modos y seguros. Los soldados de a pie del terror est¨¢n convencidos de que el camino que siguen les conduce al para¨ªso, o a una venganza paradisiaca, o simplemente disfrutan con ello, al igual que ciertas personas. En cualquier caso, no se les va a parar.
La venganza es la forma en que funciona ese mundo como lo prueban los casos de Terry Waite y de Thomas Sutherland. Estados Unidos se ha vengado en otras ocasiones y seguir¨¢ haci¨¦ndolo. Pero lo importante es recordar que no se consigue nada con ello. Se hace, pero no sirve para nada. Es lo que le dec¨ªa a Terry Waite su carcelero. Una vez que se comienza a pensar que la venganza es ¨²til, se ha entrado a formar parte del mundo de los fan¨¢ticos, y entonces son ellos quienes han conseguido la venganza definitiva.
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