Umberto Eco prev¨¦ una Europa pol¨ªglota y hecha de confederaciones ¨¦tnicas
El pensador inaugura el curso de la Academia Espa?ola en Roma
El pensador y literato italiano se expres¨® as¨ª durante una conversaci¨®n con este diario, poco antes de inaugurar, el pasado mi¨¦rcoles, el curso de la Academia Espa?ola en Roma con una conferencia sobre Raimundo Lulio. Y el inter¨¦s de Eco por el monje mallorqu¨ªn que, en los albores del siglo XIII, aplic¨® la combinatoria a la b¨²squeda de una lengua capaz de convertir a los infieles no es casual. "Estoy dando un curso y escribiendo un libro sobre la b¨²squeda de la lengua universal europea, sobre el sue?o de poder tener una lengua com¨²n. Lo que se produce es siempre el polo opuesto, es decir, fragmentaci¨®n de las lenguas y poliglotismo", afirma Umberto Eco.
?Es positiva o negativa la fragmentaci¨®n actual? "En la historia", responde, "no es posible decir si un proceso es positivo o negativo, a menos que se sea hegeliano y se diga que todo lo que es real es racional. Para m¨ª, lo que es real es simplemente real, y trato de entenderlo. El proyecto Erasmo, por ejemplo, que cuando funcione servir¨¢ para que todo estudiante europeo curse un a?o en el extranjero, tendr¨¢ m¨¢s importancia sexual que cultural, ya que significar¨¢ una gran cantidad de matrimonios mixtos. Y eso contribuir¨¢ a que, dentro de 30 a?os, la nueva clase dirigente europea sea mayoritariamente biling¨¹e. Puede ocurrir que subsista un ingl¨¦s como lengua franca, como puede ser que la lengua franca sea el japon¨¦s o, no s¨¦, que tal vez no haya ninguna lengua franca dominante".
Eco mira el modelo confederal de Suiza como la mejor soluci¨®n frente a este "retorno a las lenguas ¨¦tnicas, que dar¨¢ mayor fuerza a las reivindicaciones de los nacionalismos", pero dentro de un contexto europeo.
"En un primer momento", explica, pens¨¦ que la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn y la ca¨ªda del comunismo pondr¨ªan en cuesti¨®n a Europa, que hab¨ªa sido el elemento de equilibrio entre los dos polos. Pero ahora veo que la idea de Europa resulta m¨¢s interesante todav¨ªa, como elemento de freno de esa fragmentaci¨®n. La uni¨®n europea es el ¨²nico ant¨ªdoto contra la balcanizaci¨®n, que amenaza a toda Europa, ya que tambi¨¦n ustedes est¨¢n balcanizados entre vascos, catalanes, castellanos, y ¨¦se es un peligro enorme".
Guerra fr¨ªa
El mundo que emerge de la guerra fr¨ªa es "claramente pluripopular", seg¨²n Eco. "Ante todo", explica, "hay que evitar decir lo que suceder¨¢, porque en el curso de s¨®lo dos a?os hemos asistido a una concentraci¨®n de cambios que nos parec¨ªa inimaginable, al menos en el sentido de que pudieran ocurrir todos simult¨¢neamente. En el plano te¨®rico, se puede decir que el bipolarismo fue una estructura que hizo existir a los dos polos. Cuando desaparece uno, desaparece tambi¨¦n el otro, de manera que, aun siendo cierto que en este momento prevalece lo que llamamos modelo capitalista norteamericano, que es ya un modelo universal, la crisis actual perjudica incluso a Estados Unidos, que pierde al menos parte de su imagen de salvaguardia".
"La ca¨ªda de la URSS no convierte a Estados Unidos en el ¨²nico punto de referencia. Es verdad que es el pa¨ªs econ¨®micamente m¨¢s potente, pero ante el nacimiento de la confederaci¨®n eslava y del fen¨®meno europeo, su futuro es tambi¨¦n extremadamente incierto. La prueba fue la guerra del Golfo. Estados Unidos ten¨ªa un ej¨¦rcito de infinita potencia. Si quer¨ªan, pod¨ªan aplastar definitivamente a Sadam, pero no pudieron hacerlo porque el mundo es multipolar, como es multipolar la misma opini¨®n norteamericana. Lo hicieron hasta un cierto punto, y luego han debido pararse. Un pa¨ªs como Italia habr¨ªa podido, retirar sus 12 tornados, que eran poqu¨ªsima cosa, pero que habr¨ªa creado un desequilibrio de imagen. Y ¨¦se es el l¨ªmite del inmenso poder de un pa¨ªs como Estados Unidos".
El fin de la guerra fr¨ªa tiene tambi¨¦n consecuencias para la pol¨ªtica interna de cada Estado europeo y especialmente en Italia, "m¨¢s que en Francia, donde la posici¨®n de los comunistas era marginal, m¨¢s que en Espa?a, que ha llegado al debate democr¨¢tico cuando la guerra fr¨ªa se estaba ya disolviendo, y m¨¢s que en Alemania, que al fin de la guerra fr¨ªa se ha encontrado con otros problemas que le son particular¨ªsimos".
"La sociedad italiana no sabe bien c¨®mo afrontar este inmenso problema en el piano pol¨ªtico", explica Umberto Eco. "Piense s¨®lo en la posici¨®n de la Democracia Cristiana, que viv¨ªa del hecho de que se presentaba como el baluarte frente al comunismo y que ahora, al perder esa funci¨®n de baluarte, se ha quedado sin el de su raz¨®n de ser. El PDS pierde otro 50% de su raz¨®n de ser, y los partidos menores, que viv¨ªan con un cierto apoyo norteamericano porque representaban los intereses norteamericanos en Italia, la pierden en un 80%".
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