Frivolidad, adi¨®s

Una revista francesa anuncia: se ha terminado el tiempo de la imagen, de las apariencias; vuelve el de la autenticidad. Los a?os noventa estar¨¢n marcados por un regreso a los valores genuinos. (. ...) Ya no ser¨¢n un signo de distinci¨®n las maletas de Vuitton, el viaje a las islas Barbados, el Rolex de oro o el coche marca BMW.. ( ... )Ahora se habla de la crisis burs¨¢til, de la del arte informal, de la (le la nouvelle cuisine. No existe pol¨ªtico, empresario o soci¨®logo capaz de predecir lo que nos espera: quiz¨¢ otro golpe en Rusia, cada vez mayor recesi¨®n en EE UU, etc¨¦tera. ( ... )

?E Italia? No est¨¢ en liquidaci¨®n, afirma Andreotti, pero es dificil sostener el edificio. "Los italianos", reconoc¨ªa el comunista Giorgio Amendola, "no han gozado nunca de tanto bienestar social". Gente que com¨ªa poco, y casi no conoc¨ªa el uso de la carne, ahora est¨¢ obsesionada por la dieta vegetariana. ( ... )

Parec¨ªa que todo se hab¨ªa vuelto m¨¢s f¨¢cil, con las comodidades que la posguerra nos ha hab¨ªa deparado. Hemos pasado de la vespa a los dos coches por familia, adem¨¢s de la lavadora, el fax y el ordenador personal. Quiz¨¢s en los noventa la vida. vuelva a ser m¨¢s dif¨ªcil, pero seguramente m¨¢s coherente. Ya no tiraremos un objeto porque ha salido un modelo nuevo. ( ... ) Con la ca¨ªda del comunismo ha ca¨ªdo tambi¨¦n la exaltaci¨®n del capitalismo m¨¢s zafio: el del gasto desenfrenado y el derroche.

, 21 de diciembre