Una d¨¦cada de democracia

La democracia reside en los detalles. (...) Las grandes cosas vienen m¨¢s tarde: constituciones, elecciones libres, parlamentos, presidentes. A veces funcionan, otras veces vuelven los d¨¦spotas. (...) Pero en los ¨²ltimos 10 a?os, la democracia ha surgido de las turbulencias del siglo XX, como un p¨¢jaro al vuelo. Seguir su derrotero es ver una vez m¨¢s que la mejor prueba contra el totalitarismo es el impulso humano hacia la libertad. No s¨®lo los marxistas, sino tambi¨¦n d¨¦spotas de toda clase, han ca¨ªdo como una fruta podrida. Cuando la vanguardia del proletariado se deshizo en el mont¨®n de cenizas de la historia, rostros individuales, frescos, intensos, inolvidables, se alzaron sobre las multitudes. (...) Con el derrumbe del sistema sovi¨¦tico, y los despotismos hundi¨¦ndose en otros muchos pa¨ªses, la democracia se destac¨® entre las ruinas de la competencia.La d¨¦cada no logr¨®, sin embargo, un final pl¨¢cido, sencillo ni feliz. Tras jugar a los bolos durante ocho a?os de euforia en constante aumento, se exalt¨®. El derrumbe del marxismo-leninismo amenaz¨® con liberar los venenos del nacionalismo tribal. En un oscuro presagio de lo que puede ocurrir en la URSS, Yugoslavia se desgarr¨® en una guerra civil.

Pese a que las grandes expectativas que marcaron la d¨¦cada de la democracia pudieran ser un poco ingenuas, no estaban, sin embargo, equivocadas.

28 de diciembre