Alemania abre los archivos secretos del antiguo r¨¦gimen comunista
Los ciudadanos alemanes pueden, desde ayer por la ma?ana, buscar, leer e incluso llevarse una copia de las informaciones que sobre ellos almacen¨® durante a?os la Stasi, la polic¨ªa pol¨ªtica del antiguo r¨¦gimen comunista cuyas carpetas sobre seis millones de personas -cuatro millones del Este y dos millones del Oeste- ocupan 202 kil¨®metros de archivos, repartidos en 14 ciudades de la antigua RDA.
La apertura de esta caja de pandora es para algunos un necesario ajuste de cuentas con el pasado. Para otros, sin embargo, destrozar¨¢ familias, amistades e, incluso, puede llevar al asesinato por venganza.Tras una dura pol¨¦mica entre partidarios y opositores de abrir el acceso a estas informaciones, el Bundestag (C¨¢mara baja del Parlamento) reconoci¨® finalmente "el derecho de todos los alemanes a obtener la informaci¨®n sobre su carpeta personal del Ministerio para la Seguridad del Estado", de la antigua RDA a partir del 1? de enero de 1992. Habr¨¢ que hacer cola y esperar turno, ya que se espera una media de 70.000 solicitudes al mes. La instituci¨®n creada tras la unificaci¨®n para investigar estas fichas, presidida por el pastor protestante Joachim Gauck, ya se ha quejado de que con un personal inferior a las 800 personas, podr¨ªa verse colapsada.
El examen de la carpeta es gratuito y no hay que justificarlo. Tambi¨¦n tienen acceso a ¨¦sta, aunque con ciertas condiciones, los antiguos trabajadores del citado ministerio. Tienen preferencia los presos pol¨ªticos, los disidentes que sufrieron persecuci¨®n y aquellos que fueron expulsados del pa¨ªs. As¨ª, la pintora B¨¢rbel Bohley, una de las fundadoras del grupo opositor Nuevo Foro que surgi¨® a mediados de 1989, el matrimonio Ulrike y Gerd Poppe y Rainer Eppelmann, fundador del partido Amanecer Democr¨¢tico y que fuera el ¨²ltimo ministro de Defensa de la RDA, fueron,los primeros en acceder ayer a sus fichas en la central berlinesa. La mayor¨ªa de quienes esperaban afuera tan s¨®lo fueron a recoger la solicitud.
Armario de esqueletos
Las fichas de la Stasi son para los alemanes lo m¨¢s parecido al armario de los esqueletos. Desde la unificaci¨®n, e incluso antes, su contenido ha perseguido a un gran n¨²mero de pol¨ªticos, que tras ser revelado su pasado se vieron obligados a dimitir. Desde el l¨ªder socialdem¨®crata Ibrahim B¨®hme, hasta el ¨²ltimo primer ministro de Berl¨ªn Oriental, Lothar de Maiziere, de quienes se descubri¨® que hab¨ªan sido chivatos de la Stasi. Pero a partir de ahora la infamia y la verg¨¹enza dejar¨¢ el exclusivo campo de la pol¨ªtica para penetrar en el ¨¢mbito de lo privado.
Se hace dif¨ªcil entender como en un pa¨ªs de apenas 16 millones de habitantes, pod¨ªa haber 90.000 profesionales dedicados exclusivamente a espiar a sus conciudadanos, ayudados por otros 150.000 colaboradores privados. En las fichas que ahora se abren aparece bien claro el nombre y apellidos de todos ellos y tan s¨®lo se han borrado los nombres de personas que aparecen por azar.
Como anticipo de lo que se avecina est¨¢ el caso de Vera Wollenberg, actualmente diputada en el Parlamento por la coalici¨®n B¨¹ndnis 90-Verdes, que descubri¨® hace poco que hab¨ªa sido espiada por su marido durante cinco a?os. Miembro del partido comunista (SED) desde 1975 a 1983, fue expulsada del mismo y se le prohibi¨® ejercer su profesi¨®n por manifestarse contra la instalaci¨®n de armas nucleares. Mientras se reunia con grupos opositores al r¨¦gimen, su marido Knut cuidaba de la casa y los hijos, pero, adem¨¢s, informaba a la Stasi sobre las actividades de su mujer.
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